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Mi primera 'Ballot Party'
Begonya de Salvo
Los Ángeles
Martes, 22 de octubre 2024, 18:30
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Begonya de Salvo
Los Ángeles
Martes, 22 de octubre 2024, 18:30
Ésta es mi primera «Ballot Party», una reunión en un bar para rellenar, todos a la vez, la papeleta electoral. Decidí hacerlo así esta vez ... porque disfruto mucho más del proceso. Mientras estaba sentada en la mesa del bar en Pasadena, rodeada de amigos y vecinos, sentí un sentido de camaradería y propósito. Como que soy parte de algo importante. Las conversaciones fluían mientras compartíamos nuestros pensamientos sobre los candidatos y las medidas, y era reconfortante saber que estábamos todos juntos en esto. La atmósfera era animada, llena de risas y el aroma de deliciosos aperitivos hacían la experiencia aún más agradable.
Aunque nací en Valencia, soy muy de pueblo. Tengo raíces maternas en Cullera, 'los Cabreros' y paternas en Moixent, 'Llapisera'. Vivo en Pasadena, en el condado de Los Ángeles, con mis hijos Kieran, de 13 años, y Samantha, de 10. Trabajo en el centro de Los Ángeles, en el Tribunal Penal, donde se hacen todos los grandes juicios penales.
Así, me encontré lidiando con la decisión de si enviar mi papeleta por correo o guardarla para el gran día. Por un lado, enviarla temprano aseguraría que mi voto fuera contado sin el estrés de posibles complicaciones de última hora. Podría dejarla en el buzón y quedarme tranquila. Por otro lado, había algo emocionante en la idea de llevar mi papeleta a las urnas, sumergirme en la energía del día y emitir mi voto en persona. Mientras sopesaba mis opciones, escuché a otros compartir sus estrategias. Algunos preferían la seguridad de enviar sus papeletas temprano y otros disfrutaban de la tradición de votar en persona. Esto generó una animada discusión sobre los pros y los contras de cada método. Me di cuenta de que, al final, la elección era personal y debía alinearse con lo que me hiciera sentir más cómoda y empoderada.
A medida que avanzaba la noche, completé mi papeleta, considerando cuidadosamente cada elección. El apoyo de quienes me rodeaban dejaba claro que esto era más que solo votar; se trataba de la participación comunitaria, la conciencia y el poder de nuestras voces colectivas. No importaba cómo presentar mi papeleta. Sabía que era parte de algo más grande: un movimiento hacia la construcción del futuro de nuestra comunidad.
Al final, decidí tomarme mi tiempo para pensarlo bien y tal vez consultar con mis compañeros votantes una última vez antes de tomar mi decisión final. Cada voto cuenta, y quería que el mío reflejara mis verdaderas creencias y esperanzas para el futuro, ya que en estas elecciones se deciden muchas cosas más, aparte de la presidencia de los Estados Unidos. Vamos a decidir sobre propuestas de ley para mejorar nuestras ciudades y también quiénes van a ser los jueces que decidan sobre nuestros casos en los juzgados. Incluso, vamos a decidir qué tipo de fiscalía y respuesta policial necesita nuestra comunidad.
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