Ximo Puig pospone cambios en el Consell hasta que se decida el Gobierno central

El mapa político de España se torna ingobernable. Y sabedores de ello, los tres partidos que dan apoyo parlamentario al Consell son conscientes de que no habrá ni un movimiento hasta que Madrid juegue sus cartas. Fuentes del PSPV insisten en que cambios en el Gobierno autonómico habrá sin duda, pero los tiempos los marcará quien se haga con La Moncloa. Y se harán tanto para dar entrada a Podemos y compartir responsabilidades de Consell como para remodelar alguna cartera que no está funcionando todo lo bien que al presidente y a la vicepresidenta les gustaría.

Margen hay, reconocían ayer las mismas fuentes, pero será el partido de Pablo Iglesias en Madrid quien decida en qué momento hacen su entrada en el Gobierno valenciano y de qué carteras disponer. Y los socialistas no parecen dispuestos a rebatir este aspecto. El entorno de Puig reconoce que es una posibilidad, si bien los tiempos se han alargado con el escenario que se presenta en el Congreso, aunque el presidente se mostrará favorable a esos cambios incluso ampliando en número de carteras, ya que el actual Ejecutivo valenciano es uno de los más cortos en consellerias del resto del territorio. Aunque la explicación sería complicada, en plena oleada de austeridad, no supone un problema. El inicio del próximo año es «un buen momento para plantear una nueva etapa también del Gobierno», reconoció ayer el presidente de la Generalitat, Ximo Puig, en declaraciones a los medios. Los cambios, si bien se harán, no parece que vayan a llegar de inmediato. Los principales beneficiados, Podemos, también trataron ayer de quitar importancia al asunto por el momento, en boca de su líder, Antonio Montiel. «La situación autonómica está funcionando bien y puede mejorar», dijo tras asegurar que no van a pedir entra en el Consell ahora. Y el matiz es ese ahora, ya que la posibilidad no sólo ha estado sobre la mesa, sino que tendría el beneplácito de todas las partes. Era uno de las consecuencias de que el PSPV se viera superado por la entente Compromís-Podemos el 20-D. Pero habrá que esperar. En buena parte porque la situación general en Madrid no permite ningún movimiento en falso. Pero también porque la extrapolación de los resultados nacionales a unas futuribles Corts dejaría el Gobierno valenciano en manos de un pacto PP-Ciudadanos, justo en el filo de la mayoría absoluta.

Por el momento, tanto PSPV como Compromís y Podemos pusieron ayer calma a la situación hasta que se decida el Gobierno en España. No habrá movimientos por ahora, pero los habrá. Puig negó ayer que se sienta «amenazado» por el avance de la coalición Compromís-Podemos y precisó que lo que tiene que ver ahora el PSOE es «cómo plantea la modernización» de su proyecto político. Para el presidente, se abre un nuevo escenario y un nuevo tiempo en España que pasará necesariamente, como ha ocurrido en la Comunitat, por «mucho diálogo» y una nueva forma de hacer política, por lo que ha pedido que haya «la suficiente conciencia» para llevar hacia adelante los retos fundamentales de toda España y de la Comunitat.

Por su parte, la vicepresidenta del Consell, Mónica Oltra también defendió que el pacto de gobierno en la Generalitat es «para cuatro años», y aseguró que la repercusión de las elecciones generales es en el Congreso y en el Senado, «en principio ninguna más», y negó que en estos cuatro años vaya a pedir a Puig un turno en la presidencia del Consell. Es decir, no le disputará la Presidencia, consciente de que su éxito pasa por esperar a 2019. Además, Compromís tiene mucho más que perder si pasa a la acción contra el PSPV, porque podría acabar pasando como con el PSOE en la noche del domingo.

Oltra explicó que el del Botánico es un acuerdo «vivo en todos los sentidos, en el sentido político y en la composición del Gobierno» y señaló que «casi la mitad de las líneas» se han cumplido en los primeros seis meses, y habrá que ampliarlas.

Sin embargo, a la presidenta del PPCV, Isabel Bonig, no le cabe «la menor duda» de que habrá repercusiones «negativas» en el Consell, donde se va a ahondar en la «radicalización» y la «parálisis», y surgirán «tensiones y ambición de poder, por encima de los intereses de los valencianos». Para C's la entrada de Podemos en el Consell es «de facto una realidad» ya.