Mazón no descarta celebrar el pleno de investidura antes del 23-J

En la junta directiva autonómica del PP celebrada a las 24 horas de que Mazón se convirtiera en ganador de las elecciones autonómicas ya se advirtió de que hay libertad para establecer pactos municipales, si bien cualquier paso debe consultarse con la cúpula orgánica. ¿Y por qué? Porque estamos ya en plazos de precampaña, a menos de dos meses de una nueva cita con las urnas.

Los 40 escaños, sumados a los 13 de Vox permitirán a Mazón superar el debate de investidura y alcanzar la presidencia de la Generalitat. El adelanto electoral retrasará unos días el debate, lo que permite a Mazón ganar tiempo de cara a las negociaciones. La eventual incorporación de Vox al Consell será un argumento que empleará la izquierda para movilizar a su electorado. Los populares consideran que no hay necesidad de cerrar un acuerdo con Vox porque muy probablemente el debate de investidura de Mazón tendrá lugar después de las elecciones generales. Como poco, no hay tanta urgencia. El líder del PP ya señaló este lunes que «lo importante no es el quién sino el para qué».

Los populares, con la vista en el potencial electorado que deben votar el 23 de julio, abogan por un «entente cordiale», evitar las salidas de tono, medir los tiempos y esquivar las estridencias. La idea, según fuentes del PP, es «no hacernos daños, demostrar que la prioridad es echar a Sánchez», de modo que habrá que ver «si pactamos una coalición, o un apoyo externo, o quizá se queden fuera inicialmente y luego ya veremos».

El domingo por la noche, el candidato de la formación de Vox a la Generalitat, Carlos Flores, evitó reclamar abiertamente la entrada de su partido en el próximo Consell. Flores se limitó a tender la mano a los populares, y a añadir que Vox no será mera comparsa de estos. Sin embargo, fuentes de la formación liderada por Abascal consideran que «tenemos que estar en el Consell sí o sí, y recuerdan la situación en Castilla y León».

Los voxistas castellanos registraron un apoyo en las urnas durante las elecciones autonómicas de 2022 de un 17%, un porcentaje sensiblemente superior al de Vox en la Comunitat, en torno al 12%, frente a los populares liderados por Mañueco, que lograron un 31% de los votos mientras que Mazón ha ganado las elecciones con el 36%. Los populares valencianos pesan más y las concesiones podrían ser menores a Vox que en Castilla y León, donde el voxista Carlos Pollán preside la Asamblea autonómica y cuentan con una vicepresidencia del gobierno y tres consejerías: Industria, Agricultura y Cultura y Turismo. Precisamente, el vicepresidente de Castilla y León, García Gallardo, ya advirtió de que su partido aspira a dar un giro a las políticas educativas de la Comunitat.

La síndica de Vox en Les Corts, Ana Vega, también dio por hecho que, en caso de vuelco electoral, Flores Juberías sería «el próximo vicepresidente de la Generalitat». Los voxistas han expresado durante toda la legislatura pasada su predilección por los temas vinculados con la Educación y Agricultura, dos consellerias que pondrán sobre la mesa en la negociación con el PP, que tiene la intención de reducir el tamaño de la Generalitat (actualmente con una docena de consellerias), por lo que el toma y daca de la negociación debería plantearse sobre una configuración del Consell más reducida que la actual.