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Burguera
Jueves, 25 de mayo 2023, 14:15
Alberto Núñez Feijóo no es especialmente alto, ni especialmente guapo, ni especialmente nada. Es un hombre con un aspecto bastante normal, y esa supuesta normalidad, el sentido común al que le gustaba referirse Rajoy, es la que ofrece en contraposición con Pedro Sánchez, al que el presidente nacional del PP critica reiteradamente por «no pisar la calle». Feijóo ha 'pisado calle', que en términos de campaña electoral se traslada a una visita al mercado. Y la apuesta de los populares por Valencia se ha traducido en que su líder nacional se ha venido al principal mercado de la capital del Turia y uno de los más potentes de Europa, el Mercado Central. El gallego, habituado en las lides de trabajarse el voto, ha tocado comercio, humor y vida local, acompañado de Carlos Mazón, candidato de los populares a la Generalitat, y María José Catalá, la aspirante a la alcaldía de Valencia.
Feijóo ha superado sin complicaciones la 'prueba del algodón' que supone pasearse por el Mercado Central. Contaba el equipo de la exalcaldesa Rita Barberá que antes de la campaña de 1991 que finalmente la convirtió en primera edil de la ciudada había cierto miedo entre sus colaboradores por si una visita al histórico recinto podía convertirse en un suplicio. Valencia estaba gobernada por alcaldes socialistas desde el inicio de la democracia y no estaba muy claro si Barberá se sentiría cómoda en un espacio popular como el Mercado Central. La alcaldesa de Valencia durante los 25 años siguientes, extremadamente cercana en las distancias cortas, convirtió este tipo de recintos comerciales en uno de sus grandes bazas electorales. Feijóo, Catalá y Mazón han querido mostrarse también cercanos entre vendedores ya saturados de políticos, periodistas y turistas, y más deseosos de clientes.
«Este viene. El alcalde, no, que le apedrearían. Mira lo que le pasó en la Virgen«, comenta en valenciano una vendedora de un puesto de verduras ubicado entre la puerta principal y una de las entradas a la zona de pescadería. La alusión a Ribó y la comparación con Feijóo generan adhesiones y discrepancias entre los puestos vecinos. »Es verdad«, se reafirma la mujer.
Feijóo llega al Mercado Central a las 10.09. Cielo nublado. Parece que llueve, pero no. Hay un grupo de niños a los que un guardia de seguridad del recinto insiste en que no se sienten en las escaleras de la puerta que da a la plaza del Mercado, frente a La Lonja. La vendedora de cupones de la ONCE lamenta el cielo encapotado: «Así se vende menos, porque viene menos gente». El dirigente gallego entra en el recinto, acompañado de la presidenta de la Asociación de Vendedores del Mercat Central, Merche Puchades, Mazón y Catalá. «Anda, si es Feijóo. Vámonos, que como me saquen la tele con Feijóo, mi padre me mata», advierte un joven a otro. No se sabe si porque tendría que estar en el instituto a estas horas o porque su progenitor no es votante del PP.
El PP insiste en que es una «visita privada», aunque había comunicado que se iba a realizar antes de un acto en la Fundación Bancaja. Los populares no quieren una nube de cámaras alrededor de su líder, que busca pisar calle. Además, a las ventas tampoco ayuda una nube de cámaras, periodistas y políticos pululando por el recinto. Primeras paradas en las frutas y verduras. Mazón se compra una bacora, un tipo de higo bastante voluminoso que el candidato del PP a la Generalitat se zampa sin complejo alguno mientras acompaña a Feijóo, con el que bromea un frutero: ««Tengo muchos amigos gallegos, pero estos nísperos no los tenéis allí». El dirigente gallego ha sonreído.
En Verduras Bonafont ha preguntado a las dependientas a qué hora llegan (muy pronto) y «hasta qué hora estáis aquí». Al conocer el tute de las verduleras ha levantado las cejas.
No ha faltado una foto a la cúpula del mercado, rodeado de visitantes. «È il presidente de Valencia», ha resumido una italiana a su marido. No es así, pero para ser turistas no está mal. «A la clienta de la tienda de la Tía Teresa, que ha pasado ahora mismo por la parada, que vuelva que se ha dejado género olvidado», ha avisado desde megafonía cuando el gallego se encaminaba a un puesto donde una señora se ha dirigido a él, Catalá y Mazón. «A ver si la visita sirve de algo, porque para venir aquí tengo que pegar una vuelta de una hora que no es normal», se ha quejado una señora mientras en el equipo de Catalá casi se ponen a aplaudir.
«A ver si pasa por aquí María José, que es torrentina como yo, de mi pueblo», ha comentado una comerciante en 'Frutos secos Carrasco. Desde 1967'. Y efectivamente, Catalá ha saludado a la vendedora torrentina junto a Feijóo, que ha preguntado por los precios: «¿Lo más caro son los pistachos?».
Enfilaba el pasillo Feijóo hacia la salida por la plaza de Brujas cuando ha pasado por la espectacular parada de Solaz. Queso y charcutería de calidad. Se ha parado a hablar allí un rato con uno de los dueños. Se han amontonado los periodistas, lo que ha generado algunos nervios en un puesto de venta próximo: «Sepárense de la parada, dejen espacio». Con las cosas de comer no se juega.
Ya se iba el presidente nacional del PP cuando se le ha quedado mirando a los ojos el propietario de 'Carnes selectas y elaborados artesanales José Hernández'. «Hombre, Feijóo», ante lo cual el gallego se ha inclinado sobre el mostrador y se ha quedado hablando unos minutos con el comerciante. «Ellos están en su trabajo y nosotros en el nuestro», ha resumido muy bien el propietario de Solaz una vez se ha dispersado la marabunta de expectación que rodeaba a Feijóo en su visita al Mercado Central.
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