«El biometano es el presente y la Comunitat cuenta con un gran potencial de desarrollo»

«Desde febrero de 2022 estamos inmersos en una crisis energética. Se habla del precio del gas y la electricidad y nos encontramos en una encrucijada. Debemos garantizar el suministro y hacerlo de forma sostenible y con un coste razonable», señalaba Vicente Gramuntell, director de Operaciones de Nedgia, al inicio del Foro 'Gas renovable: una oportunidad de futuro para la Comunitat Valenciana' organizado por LAS PROVINCIAS. Y no solo se da esa situación, sino que la Unión Europea ya establece que el 10% del consumo de gas que se realiza debe provenir del gas renovable. Por ello, «el biometano es el presente, es tecnología totalmente probada y contribuye a la economía circular, lo que es una gran ventaja. Además, la Comunitat cuenta con un gran potencial para su desarrollo y el apoyo institucional necesario», apuntaba Gramuntell.

Esta afirmación fue secundada por Ricardo Romaguera, presidente del Clúster de Energía de la Comunitat Valenciana, quien apuntó que «el desarrollo de esta energía es una necesidad imperiosa. Estamos en crisis desde que estalló la guerra de Ucrania, pero es algo que ya ha pasado a lo largo de la historia y volverá a pasar si seguimos dependiendo de combustibles fósiles o de otros países para la producción de energía».

Lo cierto es que se escucha hablar de gas verde y, en muchos casos, se desconoce su procedencia e incluso se llega a estigmatizar su producción. En el colectivo imaginario tener una planta de producción cerca de tu lugar de residencia es sinónimo de molestias varias o malos olores. Sin embargo, se debe señalar que esas circunstancias no se dan y que el gas renovable es una energía verde con un balance nulo de emisiones de gases de efecto invernadero.

A lo dicho, hay que añadir la ventaja de que es totalmente intercambiable por el gas natural, por lo que puede distribuirse a través de la infraestructura gasista existente, así como emplearse con las mismas aplicaciones energéticas en hogares, industrias, comercios o para movilidad en el transporte. De este modo, el gas verde se convierte en una energía capaz de potenciar el alcance de la ansiada descarbonización.

«La obtención de biometano o biogás se realiza mediante procesos de digestión anaeróbica. Este proceso es capaz de transformar los residuos orgánicos en metano. Esto deja la puerta abierta a la utilización de infinidad de residuos orgánicos como los pesqueros, de la industria cárnica, ganadera, los residuos orgánicos de los hogares, los productos caducados, etcétera. Además, otra de las ventajas es que los sistemas de compostaje aeróbicos no emiten emisiones de gases efecto invernadero, no hay moscas, no hay olores, ya que las plantas de transformación en biocombustibles avanzados o de segunda generación hacen estos procesos de forma controlada y están dotadas de tecnología para revalorizar estos residuos y volverlos a poner en el mercado en forma de energía o biofertilizante. En definitiva, se podría decir que las plantas de biometano son yacimientos de gas», apuntó Gabriel Butler, CEO de Genia Bioenergy.

Según las cifras de la Comisión Europea, España es el tercer país con más potencial de desarrollo de biometano en Europa, con capacidad para alcanzar un potencial de generación de 163 TWh/año. Este dato, unido a la producida por el resto de gases renovables, podría llegar a cubrir el 57% de la demanda total de gas en el medio plazo.

Por ello, los expertos señalan que, con los incentivos adecuados, en 2030 España podría estar produciendo 20TWh de biometano. De hecho, esta producción de gases renovables está completamente alineada con el REPowerEU, el plan europeo para reducir la dependencia de los combustibles fósiles y avanzar en la transición.

«Tratamos de hacer realidad esta apuesta por la autosuficiencia energética y, además, queremos que sea una oportunidad para todos. Es importante que se hable de gas renovable, ya que la apuesta de la Generalitat es acelerar el uso de las energías renovables, pero esto pasa por tener un mix de tecnologías. Ninguna es mejor que otra y debemos apostar por diferentes fuentes si se quiere alcanzar los objetivos», apuntó Empar Martínez, secretaria autonómica de Economía sostenible, Sectores productivos, Comercio y Consumo de la GVA, que también estuvo presente en el foro. A lo dicho, añadió que «tenemos la suerte de contar con todos los elementos de la cadena de valor para su producción».

De hecho, la Hoja de Ruta del Biogás en el ámbito nacional considera que los gases de origen renovable forman parte de la solución para alcanzar la neutralidad climática en 2050, pero no establece unos objetivos de producción y consumo acordes con otros países de nuestro entorno.

En ella se plantea multiplicar por 3,8 su producción hasta 2030, superando los 10,4 TWh, y también prevé que ese mismo año al menos un 1% del gas consumido a través de la red de gas natural sea biometano.

No obstante, cabe señalar que la cuota impuesta estimada para el biometano en países europeos líderes es alrededor de 10% del consumo final de gas para el año 2030, o incluso del 20% en el caso de Alemania.

Según el 'Estudio de la capacidad de producción de biometano en España', elaborado por PwC y la consultora especializada Biovic, el desarrollo del biometano hubiera ahorrado, por la reducción de las compras a países terceros, unos 4.000 millones de euros a los consumidores en su factura energética en 2022. De hecho, apuntó Martínez, «desarrollando el Plan de gasificación verde de la Generalitat, facilitaremos que el 60% de los hogares valencianos usen un gas renovable con el consiguiente ahorro que esto supone. Somos conscientes de que todas las viviendas que no tienen oportunidad de alcanzar el autoconsumo. De esta forma sí podrán consumir energía renovable».

No obstante, este desarrollo del gas renovable no solo propiciará un ahorro de costes, sino que también será un impulso al desarrollo socioeconómico local. Es así ya que conllevaría la puesta en marcha de 2.326 plantas especializadas a lo largo de todo el territorio español. Se calcula que la inversión asociada será de unos 40.500 millones de euros y la generación de cerca de 62.000 empleos, entre directos e indirectos.

«En la Comunitat Valenciana contamos con la inversión, tenemos riqueza, tecnología y tenemos empresas valencianas que lo hacen posible. Es una gran oportunidad, ya que contamos con 9.000 kilómetros de red de alta presión preparada para conectar las potenciales plantas de biogás. En Nedgia ya tenemos identificados más de 20 proyectos. Con esto podemos descarbonizar el consumo de las viviendas y de las industrias. La infraestructura es la misma que el gas natural, por lo que la inversión es nula», explicó Vicente Gramuntell.

Los expertos presentes en el foro reclamaron a la administración pública una mayor agilidad para poder hacer frente al reto. Sobre todo, para poder aprovechar la oportunidad que los Fondos Next Generation ofrece en este sentido.

«Hay muchos fondos destinados a este tipo de proyectos de los que estamos hablando, pero tienen una limitación temporal en su desarrollo de dos o tres años desde que te los conceden. Por ello, la administración no puede tardar tanto en tramitar los permisos. Por mucha voluntad que haya desde todas las partes, si no hay esa agilidad, no da tiempo a ejecutar las obras, a justificarlas», apuntó Romaguera.

A lo dicho, el director de Operaciones de Nedgia añadió que «los proyectos deben ser replicables y la ventaja del biogás es su uso. Lo que se puede hacer en el sector ganadero es replicable en otras industrias, la gestión de residuos en los vertederos también lo es, etcétera». En este sentido, Gabriel Butler apuntó que «además, hay formas de hacer llegar el gas verde a las zonas más rurales o despobladas sin necesidad de tener que crear más infraestructuras. Contamos con tuberías virtuales a través de las que se puede inyectar el gas verde en las infraestructuras ya existentes en las zonas menos pobladas. Esto consiste en transportar el gas renovable en camiones desde la planta de biogás hasta un hub de inyección».

De hecho, desde Nedgia ya se está probando una experiencia piloto en Tarragona que es totalmente exportable. «Las redes de gas en la Comunitat Valenciana son potentísimas y el biometano es el tractor que da despegue a los gases renovables en esta comunidad, hay que aprovecharlo», explicó Gramuntell, mientras Butler puntualizó que «la red de gas es una batería en la que se puede almacenar energía, funciona como un backup de energía. En el sistema eléctrico esto no se puede hacer porque funciona en tiempo real. En cambio, el biometano se queda almacenado en las tuberías a distintas presiones y se utiliza cuando es necesario».

A estas ventajas, Empar Martínez añadió que «la empresa que emplee biogás podrá reducir su pago por emisiones de gases efecto invernadero. Lo cierto es que el objetivo que tenemos es reducir las emisiones, pero también lograr que las empresas sean competitivas». Además, apuntó el Ceo de Genia Bioenergy que «al poder valorizar las plantas de biogás se contribuye a eliminar la contaminación de los acuíferos, los malos olores, el nitrógeno del suelo. No solo se produce gas, sino que se pueden elaborar fertilizantes y otros productos para uso tanto del tejido productivo como de los hogares».

En definitiva, los presentes argumentaron la necesidad de aprovechar la potencia que es la Comunitat en el sector primario y la capacidad de revalorizar esos residuos que genera en energía verde y sostenible.