Soplan vientos de cambio. En nuestro entorno más próximo, tenemos las elecciones autonómicas y municipales de mayo. En el ámbito estatal, España es el único país europeo que cuenta con un PERTE (proyecto estratégico para la recuperación y transformación económica) destinado al impulso y desarrollo de la economía social, con una importante inversión pública, que habrá de desplegarse este año. Y, en el terreno internacional, visto lo visto en los últimos años, no hay pronóstico que valga, aunque la ONU reconoció a finales de 2022 que no había sido un buen año para la Agenda 2030 y que varios de los ODS habían experimentado retrocesos.
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Dicen con razón los marineros que «no hay buen viento para quien no tiene puerto». Sabemos que un año de cambios trae consigo retos y oportunidades, no solo riesgos, y sabemos también cuáles son los principales hitos con que nos encontraremos en 2023: tenemos ya nuestra hoja de ruta para este año, con acciones y objetivos ambiciosos pero viables.
Las herramientas para impulsar el cooperativismo valenciano e incrementar la competitividad de las cooperativas siguen siendo las mismas: favorecer en su seno la igualdad de género y el relevo generacional, exigir una administración eficiente de los fondos destinados a la promoción cooperativa, promover la discriminación positiva del cooperativismo para asegurar la equidad en términos económicos y sociales, y poner en valor la colaboración público-privada con empresas y entidades cooperativas para mejorar la calidad de vida en la Comunitat. Estos elementos aparecen ya identificados en el plan Fent Cooperatives 2021-2022, que contiene cincuenta medidas que fueron diseñadas como guía de gobierno para garantizar el impulso y crecimiento del cooperativismo valenciano. Precisamente este año habrá de redactarse el tercer Fent Cooperatives y determinar -tras una evaluación de impacto- qué medidas han de ser reforzadas en la tercera edición del plan, cuáles quedarán atrás por haberse alcanzado el objetivo establecido en los indicadores y qué novedades han de introducirse para seguir avanzando en el propósito establecido. Y todo ello con el referente de los objetivos de desarrollo sostenible, porque no nos vale el progreso a cualquier precio.
Pero, sin duda, el gran hito anual son las elecciones autonómicas. Hay una estrecha vinculación entre la acción de Concoval y las políticas públicas de fomento del cooperativismo, lo que convierte a la Administración autonómica en un colaborador necesario para el éxito de muchos de nuestros proyectos. Las cooperativas hemos trabajado y trabajaremos con cualquier gobierno democráticamente elegido, pero es importante que todos los partidos políticos con aspiración de gobernar tengan una visión del cooperativismo representa una alternativa de futuro para la transformación del modelo económico. Es justo reconocer que en las dos ediciones del Botànic, con Rafael Climent al frente de la conselleria de Economía Sostenible ejerciendo las competencias en materia de cooperativismo, la interlocución ha sido muy fluida y el sector ha experimentado notables avances. Pero la voluntad política no basta y hay cosas que no han salido como se esperaba: quedan muchos retos por abordar y tenemos todavía algunas cuestiones sobre la mesa, y no todas van a poder resolverse en lo que queda de legislatura. Sobresalen en este capítulo de asuntos pendientes los cambios relacionados con el marco jurídico: la reforma de la Ley de Cooperativas de la Comunitat Valenciana para actualizar la norma publicada en 2014 y la aprobación de un nuevo Reglamento del Registro de Cooperativas que sustituya al vigente (¡de 1986!). También han de perfeccionarse los nuevos modelos de gestión implantados en el Consejo Valenciano del Cooperativismo y en el Registro de Cooperativas, cuya encomienda de gestión al Registro Mercantil está tardando demasiado en consolidarse. Y, finalmente, hemos de encontrar la mejor forma de maximizar la contribución del cooperativismo en áreas de interés estratégico en nuestro territorio como son la transición energética, el reto demográfico y la digitalización.
Todo esto estará en la agenda política del cooperativismo de la próxima legislatura. Así que hemos empezado el año trasladando a los partidos políticos con representación parlamentaria que concurren a los comicios de mayo nuestras inquietudes y propuestas, con la aspiración de verlas reflejadas en sus programas electorales. Lo que queremos es que todos los partidos, independientemente de su signo ideológico, estén comprometidos con los cambios que el cooperativismo valenciano necesita y quieran liderarlos si llegan a gobernar. Y lo que esperamos es que no se cumpla ese otro dicho marinero que asegura que «lo que se promete en la tormenta, se olvida en la calma».
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