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F. F. G.
Miércoles, 3 de octubre 2018, 01:40
En los años 60 un grupo de pioneros del cooperativismo agrario, tras décadas de esfuerzo y superación personal, crearon la sección de crédito de la cooperativa agrícola de Altea. Y ante las necesidades de financiación cada vez más importantes de sus socios, a los tres años del nacimiento de la misma, en 1968, dieron un paso más con la constitución de Caixaltea. Su presidente, José Miguel Cortés, destaca la capacidad de adaptación que ha tenido en cada momento la entidad para garantizar el mejor servicio y contribuir al desarrollo de las localidades donde está presente en la Marina Alta y Baixa.
- ¿Cómo y por qué se creó Caixaltea?
- Sus orígenes se remontan a principios de la década de los sesenta, cuando surge la idea de poner en marcha una humilde sección de crédito en el seno de la Cooperativa Agrícola de Altea y que, según sus progenitores, tendría que ser una caja de agricultores para agricultores, o como se decía entonces, de labradores para labradores.
Estos labradores sembrarían la simiente de una entidad que brotaría finalmente en la década siguiente, de la mano de una figura tan singular como la de Jerónimo Bellido Barber, conocido como el 'Señoret.' Así, el 30 de enero de 1968 quedó constituida la Cooperativa de Crédito de Altea; si bien la conocida 'Caja del Señoret' ya existía desde tres años antes como una sección más de la cooperativa, haciendo realidad así un proyecto que había ido madurando progresivamente.
- Desde entonces hasta ahora, ¿cuáles han sido los principales cambios en la actividad de la entidad?
- Si bien en nuestros inicios la actividad se dirigía fundamentalmente a financiar proyectos agrícolas, paulatinamente fuimos incorporando proyectos de consumo, comerciales y de industria, así como también del sector de la construcción. No obstante, sobre este último aspecto, quiero destacar que Caixaltea nunca sobrepasó los índices de riesgo recomendados, lo que nos permitió sobrevivir al impacto del crack inmobiliario. Hoy y siempre hemos sido una entidad saneada, lo que nos permite seguir creciendo, progresando y cumplir hoy este medio siglo de existencia ofreciendo más y mejores servicios a nuestros clientes.
- Ahora que comenta ese crecimiento en la oferta de servicios, ¿qué puede ofrecer una entidad local frente a la gran banca?
- En nuestro caso podemos ofrecer exactamente lo mismo, con un valor añadido que es la cercanía, el trato personalizado y el retorno directo de nuestros beneficios a las localidades que los han generado.
En este sentido, es importante destacar que podemos competir con la banca y ofrecer sus mismos servicios porque formamos parte del primer grupo financiero cooperativo español, el Grupo Cooperativo Cajamar, al que pertenecemos 18 cajas rurales valencianas.
Formar parte de este grupo cooperativo ha supuesto un paso definitivo que nos permite seguir haciendo historia en nuestro ámbito local, contribuyendo al crecimiento socioeconómico de la comarca con la posibilidad de ofrecer líneas de financiación a empresas, pymes y autónomos por volúmenes impensables para una entidad pequeña como la nuestra Asimismo, podemos ofrecer servicios especializados al sector empresarial como la Plataforma Internacional, la Plataforma Comercios y la Red Franquicia, entre otros muchos. Todo ello no solo beneficia a nuestros clientes sino también a todo nuestro entorno de actuación, dado que estamos facilitando líneas de crédito a los principales sectores productivos, de modo que puedan promover nuevos procesos de desarrollo y modernización así como nuevos proyectos de inversión.
También quiero subrayar que aunque hemos ganado tamaño en nuestra oferta de servicios, seguimos cuidando nuestras raíces y manteniendo nuestras señas de identidad, especialmente el trato familiar y personalizado con nuestros socios y clientes. Nos conocemos cara a cara, y existe con cada uno de ellos un diálogo que va más allá del negocio. Hemos nacido en el entorno del pueblo, y la relación es muy fácil porque conocemos a las personas y tenemos un conocimiento directo del terreno que pisamos.
- Y concretamente en el ámbito agroalimentario, ¿Qué servicios destacaría?
- Como entidad estrechamente vinculada al sector agrario, donde se encuentran nuestros propios orígenes, estamos facilitando financiación a distintos proyectos en la comarca. Hoy en día, la complejidad del negocio agroalimentario, formado por numerosos subsectores que abarcan desde el pequeño agricultor y la cooperativa local a la industria de transformación, auxiliar y de servicios, exige de una gran flexibilidad y capacidad de adaptación para serles realmente útiles. En este sentido, el Grupo al que pertenecemos nos permite ofrecer una serie de soluciones de negocio que recogen la totalidad de requerimientos del sector como son anticipos, seguros, leasing, 'e-commerce', líneas especiales por incidencias climatológicas extremas, etc. Y a ello añadimos la transferencia de conocimiento que proporciona el Grupo Cooperativo Cajamar, y que supone un hecho diferencial que le distingue y por el que se le reconoce y valora no solo en nuestra Comunitat sino en toda España.
- Actualmente, cuál es su cartera de socios y clientes. ¿Cuántos son y cuál es su perfil?
- Contamos con 13.000 socios, lo que representa aproximadamente la mitad de vecinos de Altea. Una parte significativa nos conoce desde siempre porque sus familiares han sido y son clientes desde la misma creación de la entidad, y también porque todos los que formamos parte de ella, consejeros y empleados, somos de la comarca y conocidos por todos sus vecinos. Esa proximidad y cercanía es un valor añadido que no pueden ofrecer otras entidades.
En este sentido, si tuviera que resumir en una frase nuestra trayectoria, diría que esta Caja Rural es un gran éxito colectivo de Altea. Altea tiene 23.000 habitantes, y prácticamente casi toda la población en activo es socia de la entidad.
Respecto al perfil de nuestros clientes, abarca desde particulares y familias a empresas, pymes y autónomos de prácticamente todos los sectores, especialmente el agrario, de servicios y construcción.
Por otro lado, cabe destacar que también contamos con una buena parte de clientes extranjeros, sobre todo en la Sierra de Altea, donde viven unas 7.000 personas en su mayoría del Reino Unido. Hubo un momento, antes de la entrada del euro, que generaban mucho negocio como resultado de la intermediación entre monedas europeas.
- Comentaba el retorno social de los beneficios en las localidades donde dan servicio. ¿Qué acciones desarrolla su entidad?
- Caixaltea tiene un componente social muy destacado ya que desde nuestros inicios destinamos una parte importante de nuestros resultados a mejorar el desarrollo sociocultural de las localidades donde estamos presentes. Y hace cuatro años, en 2014, creamos la Fundació Caixaltea para centralizar en torno a ella la gestión de nuestras actividades sociales.
Es difícil resumir estas actuaciones pero puedo resaltar nuestro importante papel en obras benéfico-asistenciales al objeto de favorecer el bienestar social. Por citar alguna de ellas, nuestra entidad adquirió una nueva ambulancia para la población de Altea que cubre y refuerza la atención de las urgencias y asistencia sanitaria de la población, y también donó un vehículo adaptado que sirve para desplazar a personas mayores con movilidad reducida o sin recursos, mejorando el parque móvil de Servicios Sociales de La Nucía.
Al ámbito cultural también dedicamos especial atención dada la estrecha vinculación de Altea al mundo del arte. Entre todas las iniciativas que desarrollamos en este ámbito quiero destacar la Beca-Residencia Paisaje Altea y los Premios Altea de Literatura e Investigación.
La edición de un libro de tres volúmenes sobre la historia de la entidad, una exposición fotográfica conmemorativa que se está realizando en su red de oficinas, y la celebración de un ciclo de conferencias denominado 'Encontres Caixaltea' para reflexionar y afrontar los retos del ámbito empresarial y personal, son los principales actos del 50 aniversario de la entidad. «En el marco de esta celebración contamos también con un proyecto de equipamiento cultural, en el que todavía estamos trabajando, al objeto de crear una sala destinada a albergar un gran salón de actos con capacidad para 240 personas en la primera planta del Mercado, a la que habría que añadir una segunda planta destinada a albergar una gran sala de exposiciones. La idea de la sala de exposiciones está estrechamente vinculada al arraigo de nuestra localidad con la promoción de artistas. Siempre hemos contado con importantes pintores, tanto nacionales como extranjeros, que han venido por la luz y el paisaje de nuestra tierra. Por ello, y dada nuestra estrecha relación con la Facultad de Bellas Artes, pretendemos ofrecer un espacio donde los jóvenes artistas más destacados, puedan mostrar su obra y donde también podamos realizar muestras retrospectivas de los artistas que han dedicado parte de su obra a reflejar los espacios más emblemáticos de la población. Este proyecto está aún en fase de estudio y preparación, pero sin duda constituirá un buen legado de la celebración de nuestro cincuenta aniversario».
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