«Cambiamos el sistema alimentario, lo ponemos en manos del consumidor»

Som Alimentació nació en Valencia con el objetivo de ser un supermercado cooperativo en el que un nuevo modelo de consumo cobra vida. El poder de decisión lo tienen los consumidores y en sus centros pueden encontrar productos de proximidad apostando por comer mejor con productos de más calidad, más saludables, más ecológicos y, sobre todo, con precios justos a quien consume y a quien produce. Fernando Navalón, socio y trabajador de la cooperativa hace un repaso de estos años de vida y del futuro más próximo.

–¿Cuáles son los criterios bajo los que se funda la cooperativa?

–Som Alimentació es el primer supermercado cooperativo y participativo de Valencia y tiene como objetivo cambiar el sistema alimentario para ponerlo en manos de quien realmente debe estar en el centro, consumidores y productores. Queremos comer mejor, más sano y sostenible, y pagar un precio justo por ello, también para los productores. Creemos que la alimentación debe ser un derecho, no un negocio de unos pocos que se lucran a costa de nuestra salud y del medio ambiente. Un sistema alimentario que genera enfermedades a las personas y que está acabando con el planeta solo porque unos pocos quieren ganar dinero, es un sistema insostenible a todas luces. Nosotros nos hemos unido para recuperar la capacidad de decidir qué queremos comer.

–¿Cómo funciona la cooperativa y cuáles son los criterios para unirse a ella?

–Nuestro modelo tiene como objetivo democratizar el consumo de alimentos saludables y sostenibles. Para ser socio de la cooperativa hay que invertir 50 euros en el Capital Social, una sola vez y retornable en caso de darse de baja. Así te conviertes en propietario, el supermercado es tuyo. Una vez hecho eso, los socios eligen una comisión para trabajar 4 horas al mes, por ejemplo en la tienda reponiendo producto, o en la de compras eligiendo nuevos proveedores. A cambio tienen un descuento del 20% en la adquisición de productos. Es un sistema muy organizado que consigue abaratar los precios porque ahorra costes laborales y que además involucra a todos los socios en la vida diaria de la cooperativa. Aquellos que en algún momento no tienen tiempo de trabajar, pueden colaborar con una cuota de 6 euros al mes. Es un modelo participativo que funciona con éxito en otras ciudades como Nueva York, París o Madrid, donde miles de personas consumen productos locales, ecológicos y de mucha calidad a un precio más económico.

–¿Quién puede hacerse socio y qué campañas se han hecho estos años para crecer?

–Puede hacerse socia cualquier persona u organización. La clave de nuestro modelo es que cuantos más cooperativistas seamos, mejor funciona. No tenemos ánimo de lucro y eso quiere decir que todos los beneficios se reinvierten en bajar los precios y mejorar los servicios. Este año vamos a lanzar una campaña para sumar a más cooperativistas a esta revolución alimentaria y la clave van a ser nuestro socios, que se van a convertir en captadores de más socios.

–¿Qué tipo de productos se encuentran en la tienda y por qué la elección de este tipo?

–Somos un supermercado con productos de alimentación, higiene personal, cosmética y limpieza. Tenemos 6 criterios para seleccionar nuestros productos: ecológicos, locales, precio justo, calidad, demanda y sin aceite de palma. Además, tratamos de trabajar directamente con los productores cuando es posible y viable. No todos los productos cumplen estos criterios porque es muy difícil, así que ofrecemos una alternativa virtuosa, es decir, que cumpla al máximo posible estos criterios, y cuando alguno de ellos se desvíe mucho, como el precio, ofrecemos otra alternativa más económica. Los socios son quienes eligen a través de sus compras y de sus peticiones directas. Con al menos 5 votos, un producto puede ser valorado para su introducción en el supermercado.

–¿Desde cuándo comenzó esta andadura, cómo habéis ido creciendo?

–El proyecto nació en 2016 alrededor de una mesa en un café con un grupo de personas que nos juntamos para crear una cooperativa de consumo. Durante un año trabajamos en la idea y en 2018, después de que casi trescientos socios se sumaran y financiaran la inversión, abrimos nuestras puertas. Fue un proceso muy bonito y participativo, mucha gente ha contribuido a crearlo y podemos decir que es el primer supermercado de la gente, literalmente. En tres años de andadura hemos doblado el número de socios y las ventas han subido mucho.

–¿Cuál ha sido vuestra historia?

–Las personas que hemos creado Som Alimentació teníamos como objetivo cambiar la alimentación apostando por hacerla más justa, saludable y sostenible. Sabemos que si no podemos decidir sobre lo que comemos corremos el riesgo de que quien nos alimenta tenga otros intereses que no sean nuestra salud, o unas buenas condiciones laborales o el cuidado del medio ambiente. La industria alimentaria es de las más poderosas y sus objetivos están supeditados a hacer negocio. Así que era necesario crear una alternativa viable, masiva y que pudiera unir a muchas personas a este cambio. Nos fijamos en otras experiencias que han triunfado, como ParkSlopeFood en Nueva York, que es el supermercado con más facturación por metros cuadrados de la ciudad y tiene más de 17.000 socios. Ofrece productos de mucha más calidad, la mayoría ecológicos y locales, a un precio inferior que el resto de supermercados. Ese es nuestro modelo. En nuestro país también nos fijamos en supermercados hermanos como Biotremol en Alicante, o grandes asociaciones de consumo en el norte como Landare que sirven a miles de socios bajo una filosofía parecida. Así hemos creado Som Alimentació, cogiendo ideas de varios proyectos y adaptándolas a nuestro contexto local.

–¿En el ejercicio pasado se cumplieron los objetivos marcados por la cooperativa?

–En 2020 hemos aumentado nuestra facturación un 53%. Lo cierto es que hemos superado cualquier expectativa. A pesar de tener algunos gastos extras por la pandemia, el balance es muy positivo y refuerza nuestro modelo.

–¿Cómo ha marcado la pandemia?

–Durante los meses del confinamiento tuvimos que suspender el trabajo de los socios en la tienda. Para compensarlo contratamos más horas a nuestro personal y también muchas socias y socios hicieron un esfuerzo extra en las comisiones para dar el servicio adecuado. Por ejemplo, tenemos un servicio de reparto a domicilio exclusivo para socios confinados mantenido por los propios cooperativistas. Más allá de esto, no nos ha marcado de manera diferente al resto de tiendas y supermercados.

–¿Cuál es el objetivo marcado para 2021 y para el futuro a un medio o largo plazo?

–En 2021 queremos llegar a 800 socios y en el futuro cuadruplicar esa cifra. Así conseguiremos ofrecer un mayor servicio con una tienda más grande o con la apertura de más tiendas. También queremos lanzar una tienda 'on line' para llegar a barrios y pueblos donde todavía no llegamos por distancia. Y a nivel interno queremos reforzar la organización con más personas en las comisiones de trabajo y vamos a aplicar mejoras en nuestra operativa como la implementación de un nuevo software 'open source' de gestión, en colaboración con otros supermercados cooperativos.