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Los turistas rurales visitan las zonas agrícolas a modo de experiencia. LP
Las cooperativas como motor de un turismo más sostenible y local

Las cooperativas como motor de un turismo más sostenible y local

A través de un encuentro en Florida Universitària se abre un espacio para la reflexión sobre los nuevos desafíos de un turismo en transformación

Martes, 1 de abril 2025, 23:52

Con la llegada de la Semana Santa y las vacaciones de Pascua, el turismo en la Comunidad Valenciana se encuentra en plena actividad. Más allá de las tradicionales opciones de sol y playa, cada vez más viajeros buscan experiencias auténticas que conecten con el entorno, la gastronomía y la historia local. El sector turístico de la Comunitat Valenciana se encuentra en un momento de transformación y recientemente, en un encuentro organizado por Florida Universitària, se puso sobre la mesa la necesidad de adaptar la formación a las necesidades del turismo y, en este contexto, las cooperativas han emergido como actores clave ofreciendo un turismo sostenible, desestacionalizado y arraigado en el territorio.

Uno de los ejemplos más destacados es la Cooperativa Más de Noguera en Caudiel, San Pere de Moixent o la Cooperativa de Viver, que lleva más de una década incorporando el agroturismo a su modelo de negocio. «Las cooperativas tienen un papel crucial dentro de la línea de turismo. En nuestro caso, que llevamos casi doce años con actividades turísticas que nos han permitido poner en valor nuestros productos durante todo el año, incluso fuera de las temporadas altas», explica Cati Corell, directora de Producto y Agroturismo de la Cooperativa de Viver.

Diversidad en el modelo

El sector turístico es consciente de la importancia de las cooperativasEl turismo rural también busca visibilizar una agricultura más profesionalizada

Aunque la Semana Santa es una de las épocas de mayor afluencia turística en muchas zonas de la Comunitat Valenciana, es por ello que en el interior de la provincia se opta por no centrar la oferta en estas fechas concretas. «La Semana Santa tiene mucha tradición, pero no estamos en Valencia y no se trata de algo como la Semana Santa marinera. Por eso, no se vinculan las actividades a esta festividad, sino que se prefiere mantener una oferta más flexible», explican desde las cooperativas.

Durante estas fechas, las cooperativas siguen ofreciendo sus actividades estrella. Mas de Noguera ofrece un lugar ideal para pasar un fin de semana en familia o con amigos, mientras que en Viver triunfa 'La piel de la vid', una experiencia que permite a los visitantes conocer el proceso de producción del vino y su importancia en la historia y economía local. «Es una actividad que suele tener muchísima aceptación y nos permite mantener un flujo de visitantes constante sin depender exclusivamente de la estacionalidad», añade Corell.

«Desde que incorporamos las actividades con la visita a la almazara de la cooperativa, que fue de manera bastante casual y sin saber que hacíamos agroturismo, siempre hemos notado un ligero incremento. Cada año se va corriendo la voz porque las experiencias son muy chulas. El entorno rural siempre es más complejo porque Valencia es conocida por sol y playa y ahí tenemos una 'pelea' importante, pero sí que hemos notado que la gente cuando descubre este entorno rural quiere repetir y quiere probar cosas nuevas. Al final, se hacen fieles seguidores de la cooperativa, se suscriben a la newsletter y a partir de ahí van encontrando el resto de las cosas que hacemos durante todo el año», explica.

Digitalización y relevo

La evolución del turismo cooperativo pasa por tres grandes desafíos: la especialización para ofrecer experiencias únicas, la digitalización como herramienta clave y el relevo generacional para garantizar la continuidad del sector.

Mercedes Aznar, coordinadora de Investigación y Área de Postgrados de Florida Universitària, se centra, sobre todo, en la especialización: «Según Hosteltur, los perfiles profesionales más demandados en estos momentos son, por un lado, los sommeliers, coordinadores de eventos y chefs especializados (en todos los casos, con un alto nivel de remuneración); y por otro, chefs, directores de alimentos y bebidas, ejecutivos de venta, gobernantes, guest relations, jefes de sala, responsables de recepción y gerentes de restaurantes. Es decir, se trata de perfiles muy especializados y con un alto nivel de responsabilidad».

«Pero también están surgiendo nuevos perfiles que el sector demanda y que no puede, o tiene verdaderos problemas para, cubrir como son los analistas de datos, los expertos en inteligencia artificial, desarrolladores de realidad virtual, los especialistas en sostenibilidad turística, los expertos en ciberseguridad y los expertos en experiencia del cliente», añade.

Pese a esta necesidad, desde el centro universitario celebran que el sector parece haber comprendido, por fin, que es imprescindible abarcar una versión multidisciplinar para asegurar un turismo de calidad y sostenible. «Es más, se ha evidenciado la necesidad de perfiles que combinen competencias tecnológicas y humanas: el turismo no se puede entender si eliminamos el factor humano de la ecuación; que es lo que ha estado ocurriendo en los últimos años, donde la preocupación e interés se focalizaba en los números (llegadas, pernoctaciones, gasto, etcétera) y de ahí el surgimiento de la turismofobia y las protestas en las calles contra la promoción de actividades invasivas para los residentes en destino», agregan.

Mientras, la digitalización ha sido clave para el crecimiento del turismo rural y sostenible, permitiendo a las cooperativas modernizarse y ampliar su alcance. Son muchas las cooperativas que han apostado por la digitalización hace años con una página web y tienda online, lo cual facilitó la venta de productos, especialmente durante la pandemia.

Sin embargo, el relevo generacional sigue siendo un reto en el sector cooperativo, especialmente en municipios rurales donde la población envejece y la agricultura no resulta atractiva para los jóvenes. Para cambiar esta percepción, las cooperativas trabajan en profesionalizar el sector mediante el uso de tecnología, buscando que se valore como una actividad económica con futuro.

Un ejemplo de ello es la iniciativa de gestión común de tierras, que permite a jóvenes agricultores administrar diversas parcelas sin necesidad de grandes inversiones. Este modelo facilita su incorporación al sector y fomenta la innovación en la actividad agrícola, garantizando su continuidad en un entorno cada vez más competitivo y digitalizado.

Uno de los grandes retos del turismo en la Comunitat es lograr una oferta diversa e inclusiva, que represente tanto el turismo de costa como el de interior: «Encuentros como el que tuvimos con Florida Universitària son fundamentales para asegurarnos de que todos los actores del turismo trabajamos juntos. Queremos que la Comunitat sea un prisma de muchas caras, donde todos los actores estén bien representados, haya de verdad una pluralidad y el interior conviva con el sol y playa».

Los centros de formación son esenciales para poder generar el talento que tanto necesita el sector para alcanzar la excelencia. Así lo explica Mercedes Aznar: «La oferta académica debe dar un giro rotundo a los planes de estudio establecidos y buscar ese enfoque humanístico y multidisciplinar; es imprescindible que el alumnado salga del aula, experimente y analice en primera persona las necesidades del sector y extraiga sus propias conclusiones de mejora. Y si, además, el centro de enseñanza es una cooperativa, indudablemente se asegura el trabajo dentro del aula con los objetivos de desarrollo sostenible que afectan al sector turístico y con la formación práctica que demanda el sector, siempre teniendo en cuenta lo que el sector necesita y buscando esa excelencia en la especialización que enriquecería la experiencia del turista y, por tanto, al sector».

«Este es el caso de Florida Universitària en todos sus programas formativos y también en los de especialización en Turismo. El Turismo puede ofrecer grandes ventajas y oportunidades a los destinos en los que se desarrolla, siempre y cuando se implemente como una práctica consensuada entre todos los agentes implicados, y nunca como una imposición. Y esta es la lección más importante que debe extraerse de la formación», agrega.

Las cooperativas, con su modelo basado en la participación y el compromiso con el territorio, pueden ser un pilar fundamental en esta transformación. Con su compromiso con la sostenibilidad y su apuesta por un turismo desestacionalizado, las cooperativas están marcando el camino hacia un futuro más inclusivo y resiliente para el turismo en la Comunitat Valenciana. ¿Serán capaces de liderar el cambio hacia un modelo turístico más justo y equilibrado? El futuro del sector podría estar en sus manos.

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