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David Carot, presidente de la Cooperativa de Viver. LP
«Producimos con gran calidad gracias al compromiso colectivo»

«Producimos con gran calidad gracias al compromiso colectivo»

Redacción.

VALENCIA

Miércoles, 5 de julio 2023, 00:12

La Cooperativa de Viver se dedica a defender un proyecto de agricultura digna para el territorio y las personas, cuidando los campos de manera sostenible, produciendo con calidad y comercializando de forma justa. «Nos dedicamos a mantener el medio rural, como modo de vida y entorno; a conservar la esencia de los pueblos y a dinamizar nuestra comarca a través de una actividad agroalimentaria consolidada», señala David Carot, presidente de la cooperativa, durante la entrevista.

-¿Cuáles son los cultivos y las instalaciones que poseen?

-Nuestros principales cultivos son el olivar, el almendro, el nogal y desde hace unos años también la viña. Tenemos además otras producciones menores pero muy demandadas como las cerezas, la alubia autóctona del Confit o la manzana Esperiega.

«Entre los principales retos están la falta de relevo generacional y la digitalización»

En cuanto a las instalaciones, la Cooperativa de Viver cuenta para la elaboración de sus productos con una almazara, una bodega, un centro de secado de almendra y un centro de producción de nuez.

Tenemos también salas específicas para las visitas de agroturismo, donde hacemos las catas de vino y AOVE. Además, tenemos una agrotienda en la que vendemos los productos cooperativos y de otros pequeños productores de la región, así como herramientas y productos agrícolas y fitosanitarios.

Por último, tenemos las oficinas, donde se lleva a cabo la gestión diaria de la cooperativa y un servicio de gasolinera junto a la agrotienda.

-¿Qué servicios ofrecen?

-La Cooperativa de Viver ofrece tanto servicios agrarios (elaboración de aceite, secado de almendras, alquiler de maquinaria), como de hogar (telefonía, seguros, electricidad, repostaje) y está abierta a todo el mundo, aunque los socios obtienen precios especiales.

Uno de los servicios más importantes es el proyecto de gestión en común de tierras, a través del cual la cooperativa se encarga de cultivar campos en desuso o abandonados que los propietarios ceden a cambio de una retribución.

También hemos puesto en marcha una Comunidad Energética Local para llevar energía limpia e independiente a más de 150 hogares de Viver que comenzará a suministrar electricidad próximamente.

-¿Qué actividades realizan para dar a conocer sus productos y mejorar el servicio?

-Nuestro mejor expositor son las experiencias de agroturismo. Durante todo el año, los fines de semana, efectuamos visitas que incluyen paseo por los campos y catas de vino o aceite para que conozcan el origen de nuestros productos y sus procesos de elaboración y, por supuesto, para que los prueben junto con un buen almuerzo.

Además, realizamos actividades de temporada durante la vendimia y la cosecha de aceituna que son más inmersivas porque invitan a experimentar en persona todo el proceso de producción, desde la recolección hasta la elaboración, a veces de una forma incluso más tradicional. Y, por supuesto, tenemos grandes eventos como el Viver Winefest en agosto, o la Feria de la Nuez y la Fiesta del Aceite Nuevo, en noviembre y diciembre, respectivamente. Sin olvidar nuestra participación en otras ferias gastronómicas y turísticas donde, siempre que podemos, vamos a promocionarnos.

Nosotros fomentamos a lo largo del año este tipo de actividades a través de redes sociales, web, medios de comunicación, etcétera. Pero lo que más funciona es el boca-oreja. La gente viene a menudo por recomendación, porque son experiencias diferentes que se disfrutan mucho.

-Es importante conseguir que se registren las variedades autóctonas de uva antigua Pampolat y Mondragón...

-Es un proceso burocrático y laborioso porque requiere una investigación profunda y una memoria justificativa sobre la adaptación de las variedades al territorio y la necesidad de conservarlas dado su interés enológico. Pero era algo que la Cooperativa de Viver quería conseguir para recuperar de alguna manera nuestra gran tradición vitivinícola y poner en valor nuestros cultivos más singulares.

-Importante hito para diferenciarse del resto de comarcas

-En la diferenciación está la clave. Nosotros no producimos grandes cantidades porque somos pequeños agricultores, pero sí producimos con una gran calidad gracias al compromiso individual y colectivo como cooperativa. Si a eso le añadimos elementos autóctonos y originales de nuestra región, como la oliva Serrana del Palancia, la alubia del Confit o las variedades de uva prefiloxéricas mencionadas, conseguimos un plus de distinción que no nos hace mejores, pero sí auténticos.

-¿Qué otros proyectos tienen en marcha en estos momentos?

-De aquí a los próximos tres años hay unos cuantos hitos marcados dentro del plan estratégico que nos gustaría conseguir, como poner en marcha dos nuevas comunidades energéticas en Altura y Almenara; impulsar el proyecto de gestión en común de tierras; crear una industria completa de la nuez; instalar depósitos de hormigón en la bodega para diversificar los métodos de elaboración; consolidar el proyecto de recuperación de variedades de viñas autóctonas antiguas o hacer una reforma integral de la agrotienda que incluya un espacio gourmet, entre otros objetivos.

-Diversos son los premios que ha conseguido su aceite...

-Los premios son el reconocimiento al trabajo bien hecho, a la dedicación de todos los que hacemos posible la Cooperativa de Viver. El AOVE Lágrima es nuestro buque insignia y ha sido galardonado en varias ocasiones, pero nuestros vinos también comienzan a tener crédito dentro del sector, con algunas medallas en certámenes nacionales e internacionales.

También nos han premiado por nuestras experiencias agroturísticas y como entidad hemos obtenido distinciones importantes, como el Premio CAE 2020 a Mejor Cooperativa de España en la categoría de Desarrollo Rural o la distinción de la Generalitat Valenciana en los Premios 9 de Octubre 2022 al Mérito Empresarial y Social.

Nuestro trabajo es mantener la agricultura y el territorio vivos, por eso es muy satisfactorio que de ello se deriven todos estos reconocimientos, porque nos anima a seguir haciendo lo que mejor sabemos hacer: cultivar la tierra.

-¿Cuáles son los retos de futuro?

-El principal reto de futuro es la falta de relevo generacional y el consiguiente abandono de tierras de cultivo. Además, hay otros desafíos en cuanto a la digitalización de todos los procesos en la cadena de producción y conseguir la intercooperación a nivel comarcal.

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