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Jueves, 6 de febrero 2025, 00:04
El sector del automóvil en Valencia experimenta una prueba de resistencia tras la dana del pasado 29 de octubre, que dejó a su paso inundaciones, desperfectos y un impacto significativo en todo tipo de vehículos y, como consecuencia, en los talleres mecánicos. La fuerte tromba de agua anegó calles y garajes, afectando tanto a particulares como a empresas del sector. El Consorcio de Compensación de Seguros estima en 120.000 los coches, furgonetas y camiones anegados por el agua y el barro. Hace más de tres meses de la tragedia, pero todavía son miles los vehículos que no están retirados de las diferentes zonas afectadas.
En medio de la catástrofe, los talleres mecánicos cooperativos han demostrado y están demostrando que su labor va más allá de la reparación de vehículos. Estos talleres han destacado por su sinceridad y transparencia con los clientes, informándoles sin rodeos cuando un vehículo no tenía posibilidad de ser recuperado. En un sector donde la confianza es clave, su ética profesional ha sido fundamental para evitar gastos innecesarios a los afectados. En lugar de alentar reparaciones imposibles, han ofrecido asesoramiento sobre posibles soluciones.
Dos talleres cooperativos como Coevi, ubicado en Aldaia, y Mecánicos Valencia, este ubicado en el municipio de Puzol, coinciden con su diagnóstico de la situación. Pese a que ambos están en diferentes zonas, una totalmente afectada y la otra lejos del paso de la dana, ambas cooperativas han actuado de igual manera: pensando siempre primero en el cliente.
«Justo estamos en un polígono pequeño de Aldaia que hace como una isla, con lo cual a nosotros no nos ha afectado nada. Sin embargo, enfrente está todo arrasado... No hemos sido afectados por la dana, pero noviembre fue un mes que no facturamos nada, no vino nadie. Normal, porque los clientes estaban preocupándose de su historia de vida. Clientes y proveedores que se quedaron sin nada y fue un mes duro en ese sentido», comienzan a relatar desde Coevi.
El taller con más de 35 años de experiencia en reparación de vehículos industriales como Servicio Oficial Iveco es uno de los talleres mecánicos de referencia en la ciudad de Valencia por su especialización y trabajo. Por ello, el compromiso con el cliente es máximo: «Apenas hemos tenido trabajo por las inundaciones porque no hemos cogido esos vehículos. Somos una concesión de Iveco y debemos tener una garantía de la reparación».
«Cuando entra un vehículo y vemos que está afectado por la dana, hemos dicho: Lo siento, no te lo vamos a reparar porque es que te va a salir muchísimo más caro y vas a venir, te lo vamos a solucionar y vas a salir por la puerta, te va a salir un chivato y te va a tocar volver a venir. Esa ha sido nuestra política. Por ejemplo, hay otras empresas que reparan y les da igual. Haríamos mucha más caja, pero miramos por el cliente», explican.
De igual forma pasa en Mecánicos Valencia, a quiénes el 90% de los coches les han llegado en siniestro. «Nosotros estamos en Puzol, estamos fuera de territorio, pero sí que hay coches particulares de empleados o de algún cliente que los han traído. Han estado aquí hasta que los han peritado de alguna manera y ahora está todo el mundo mirando para llevárselo a desguaces», señalan.
«Están totalmente hundidos, no es reparable ni para atrás. Los coches también llevan mucha electrónica y es imposible», apuntan desde la cooperativa, a quiénes los coches que les han llegado es porque ya les conocían, ya que, si no eran clientes, no han cogido ningún coche para reparar porque «no hay nada que hacer». «Es tenerlos aquí por tenerlos. Es un dineral, no lo va a cubrir el consorcio y luego a lo mejor al mes no baja una ventanilla, por ejemplo».
Para Coevi, la base de todo está en la honestidad. Es la palabra más repetida desde la cooperativa. «Tenemos que ser muy honestos porque no nos vamos a aprovechar de una circunstancia que nuestro cliente está sufriendo. Tenemos esa gran atención al cliente para aconsejarles si no les vale la pena repararlo porque, por ejemplo, le va a salir más caro que uno nuevo», alegan.
«Porque, ¿qué pasa? Que sería un negocio redondo para nosotros, pero hay que ser honestos: una vez, cuando ya te entra el agua, las reparaciones no son garantías. No es el agua solo, es el barro, los filtros... Va a entrar cada dos por tres, le va a dar problemas y le va a salir muchísimo más caro al cliente que comprarse un vehículo nuevo. Asesoramos para encontrar la mejor opción», aseveran.
En pocos casos sí han podido ayudar a recuperar algún coche: «A lo mejor cuando el agua no ha llegado a sitios importantes sí que ha habido un arreglo o se ha cambiado alguna cosa, pero cuando vemos que el agua se infiltra en una serie de sitios a una altura determinada... En el taller son muy expertos y saben que eso va a ser una solución temporal».
Este compromiso con la verdad refuerza el valor de las cooperativas, que no solo priorizan el beneficio económico, sino también la relación de confianza con sus clientes y la sostenibilidad del sector. En tiempos difíciles, su papel ha sido esencial para muchas familias valencianas.
Pero también hay espacio para la reivindicación. Una de las empleadas de Mecánicos Valencia, vecina de Torrent, quiso contar su propia historia de vida desde el anonimato para que, después de más de tres meses, nadie se olvide de todo lo que pasó aquel fatídico 29 de octubre.
«Como afectada, quiero alegar que las únicas ayudas que han sido muy, muy rápidas han sido las de Generalitat. Las de los Ayuntamientos y las de compra de vehículo nuevo por dana por parte del Estado no llegan. Las de la Generalitat Valenciana han llegado muy rápidas, tanto las primeras con 6.000 euros para la vivienda, que no es mi caso, pero soy consciente de que la gente lo cobró prácticamente al día, y las que salieron no hace ni un mes por pérdida de vehículo», explicó.
«Las de los ayuntamientos, habiéndose pedido con muchísima más antelación, y las de compra de vehículo nuevo que da el Estado por ser eco van muy lentas. Me gustaría dar visibilidad y que se sepa, está claro que la burocracia es muy lenta, pero sí dar visibilidad, a quién lo ha hecho muy rápido. Nosotros no esperábamos cobrar en un año el dinero del consorcio y sí lo hemos hecho, pero hay mucha gente esperando todavía», finalizó.
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