La cultura del arroz en l'Albufera

A finales del siglo XIX, en los tiempos en que Blasco Ibáñez escribía su famosa novela 'Arroz y Tartana', una familia de Alfafar ya trabajaba en los humedales de l'Albufera cultivando arroz. Eran 'Els Gorets' en su Finca del Tancat de l'Estell en El Palmar, donde comenzó una historia familiar en la que se empezó a transmitir la cultura del arroz de generación en generación. Una historia de arroz, tartanas, barracas, sequiotas y barcas que ha perdurado en el tiempo. El sudor, trabajo, esfuerzo y experiencia se unen cinco generaciones después a la innovación propia de la actualidad. Una fusión perfecta de conocimientos ancestrales y novísimas técnicas de producción.

El arroz es el segundo cereal más consumido del planeta y cuenta con más de 100.000 variedades diferentes. Se elabora, cocina y consume de todas las maneras imaginables en el mundo. En Arroz Tartana, se cultivan 250 hectáreas de arrozales distribuidas en 'tancats' o tierras ganadas a la laguna. Blasco Ibáñez narraba en sus obras cómo se desecaban estas tierras del lago. Las propiedades de este terreno tan especial, unidas al agua que recibe y los microclimas extraordinarios donde se ubican confieren a los arroces unos matices únicos y una calidad especial en comparación al resto.

El proceso de producción se ha mantenido generación tras generación y permite obtener un producto puro, sin mezclas y sin residuos químicos: un arroz 100% natural que seduce a medio mundo y que se puede disfrutar en los restaurantes y hogares más exigentes. Arroz Tartana cultiva las variedades de arroz con Denominación de Origen Arroz de Valencia Bomba, Albufera, JSendra –T. Sénia–, además de otras como el Marisma. Todas ellas con su particular distinción culinaria y amparadas por la marca de la Conselleria de Agricultura Producto Natural de la Albufera, comercializadas directamente del campo a la mesa.