Extras.
Miércoles, 8 de julio 2020
Arena fina y todos los servicios para disfrutar del mar en un tramo ininterrumpido 800 metros de playa. Es, sin duda, el gran reclamo turístico de Bellreguard, que ofrece al visitante un tramo de costa idílico a 75 kilómetros al sur de la ciudad de València y a tres de Gandia. Un destino tranquilo y bien comunicado por carretera, a través de la N-332 y la autopista AP7, pero que, además de playa, ofrece un patrimonio único y digno de conocer, y conserva la esencia única del corazón de la Safor.Una esencia que se plasma en cada rincón y, también, en cuestiones cotidianas como la gastronomía. Bellreguard comparte la tradición culinaria de la zona, asociada al mar y los arroces, pero también con otros productos propios y singulares como el figatell.
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En materia de patrimonio, quizás el elemento más conocido, por su silueta imponente y visible desde muchos kilómetros a la redonda, sea la iglesia de Sant Miquel con su campanario, original en su estilo y en su ubicación. No obstante, Bellreguard tiene mucho más que ofrecer en este capítulo: la antigua Casa del Poble, las viejas escuelas… o un ejemplo de panel cerámico comercial único en la Comunitat: el de la Botigueta Nueva de Pedro Llinares. Y también un rico patrimonio inmaterial, con ejemplos como el de los personajes únicos de los Pedacets.
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