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Redacción.
Lunes, 11 de junio 2018, 18:41
Elegir los estudios adecuados a las aptitudes y deseos personales y que ofrezcan un alto grado de empleabilidad es una apuesta trascendente del estudiante. Para debatir sobre la oferta formativa en Valencia participaron en el Foro de Expertos de LAS PROVINCIAS representantes de seis centros universitarios: Jose Manuel Amiguet, vicerrector de Desarrollo Estratégico y Comunicación del CEU; Vicente Fuerte, director del Área de Grado de ESIC; Lucía Egea, directora del Centro Universitario EDEM; Victoria Gómez, directora de Florida Universitària; Jorge Blasco, director de Admisiones de la Universidad Europea de Valencia (UEV); y Susana Milán, directora de Barreira A+ D pusieron sobre la mesa diferentes aspectos del tema.
El moderador, Ángel Ramírez, inicio el debate pidiendo una breve reseña de la oferta formativa de cada uno de estos centros que abarca desde los grados de ADE, a los del ámbito de la Sanidad y la Ingeniería hasta los de enseñanzas artísticas. Para centrarse, acto seguido, en la primera cuestión sobre qué influencia ha tenido el plan Bolonia en las nuevas titulaciones.
José Manuel Amiguet. Vicerrector de desarrollo estratégico del ceu
José Manuel Amiguet, del CEU, señaló que ha sido un cambio muy importante para cuya adaptación hace falta el paso de al menos una generación. «Es un cambio absoluto en la forma de impartir las materias», dijo. Y precisó que en la mentalidad española aún es difícil entender que después de obtener el grado hay que hacer un máster. «También el hecho de entrar en el espacio europeo cambia el concepto».
Lucía Egea, de EDEM, añadió que no todos los países del Espacio Europeo de Educación Superior adaptan el sistema 4+1, sino el 3+2; lo que supone un reto a la hora de establecer acuerdos de intercambio.
Para Victoria Gómez, de Florida Universitària, Bolonia ha sido una oportunidad para adaptarse a las necesidades reales del entorno, diseñando títulos que se ajusten a esas nuevas necesidades. «Es un cambio de concepción que ha supuesto un cambio en el equipo docente. No sólo es importante la competencia técnica sino otras habilidades transversales que son fundamentales», dijo. En el apartado de críticas señaló que «no hemos sido atrevidos al diseñar nuestra titulaciones puesto que Bolonia te permite hacer muchas cosas y pone pocos límites. Tenemos que plantearnos unas titulaciones diferentes y aun podemos darles una vuelta».
Vicente Fuerte. Director del Área de grado de ESIC
Susana Milán, de Barreira A+D, señaló que su escuela tiene una experiencia docente de muchos años ofreciendo titulaciones de enseñanzas artísticas, pero unos cinco años en Estudios Superiores de Diseño, por lo que el plan Bolonia «nos ha permitido empezar con una buena base. Las enseñanzas cuentan con profesores que son profesionales en activo. Para nosotros ha sido más fácil porque hemos aprovechado todas la bondades del plan Bolonia desde la implantación de estas enseñanzas».
Jorge Blasco, de UEV, señaló que muchas veces es difícil desarrollar nuevas titulaciones cuando se está encorsetado por el organismo regulador que las tiene que aprobar. En este sentido, Vicente Fuerte, de ESIC, añadió que este organismo es cada vez más exigente y busca una referencia en titulaciones clásicas, mientras que ellos trabajan en ofrecer lo que pide el mercado y de ahí sale un grado «al que le damos estructura de estudio universitario». «En ese sentido estamos haciendo las cosas bien», señaló.
Lucía Egea, de EDEM, apuntó que en este cambio de paradigma se hace más difícil medir la calidad de la enseñanza y la adquisición de cualidades. «El regulador se siente incómodo a la hora de medir la asunción de competencias. A medida que nos vamos a programas diferentes le damos complejidad a los grados».
Victoria Gómez, de Florida Universitària, apuntó que ahora hay universidades con grados generalistas y otras con grados especializados. «El regulador no tiene claro el modelo porque le falta una visión amplia de lo que queremos. Son procesos muy largos, que se eternizan, y falta flexibilidad para aceptar propuestas más disrruptivas. Hace falta una mentalidad más abierta para asumir este cambio de paradigma».
Lucía Egea. Directora del centro universitario edem
Para José Manuel Amiguet, del CEU, todo sistema tiende a autorregularse. «Se ponen cortapisas para poder encajar ese proyecto en una realidad que no es la tuya y que luego hay que adaptar a tu comunidad autónoma, donde también van a evaluar ese proyecto. Se protege un status quo y el proceso se ve frenado, esto dentro de un marco europeo lo hace también bastante más complejo».
Lucía Egea consideró que el trámite administrativo ralentiza los tiempos para lanzar un grado cuando ya se ha detectado esa necesidad, a lo que tanto José Manuel Amiguet como Victoria Gómez añadieron que se busca además el reconocimiento internacional de esas titulaciones porque es necesario mirar fuera de nuestras frontera. Para Jorge Blasco, de UEV, el regulador «nos tiene que ver como un aliado y es conveniente un cambio en los procesos porque es cierto que nosotros somos ágiles».
victoria gómez. directora de florida Universitària
Destaca Susana Milán, de Barreira A+D, que siendo las suyas materias muy específicas y reguladas, «el proceso no ha sido especialmente lento porque hasta hoy hemos estado llevando el mismo camino que el plan Bolonia; es ahora cuando vamos a solicitar nuevas titulaciones adicionales».
ESIC, según Vicente Fuerte, es defensor de todos los procesos que mejoren la calidad de los grados aunque haya otros indicadores como el hecho de que los alumnos tenga trabajo en cuanto acaban. «El plan Bolonia lo que dice es que miremos más a la empresa y que no dejemos de formarnos permanentemente». «Para mí un indicador de cómo van las cosas es cómo les va a mis antiguos alumnos de 7º, 8º y 9º. Los tres aspectos fundamentales de nuestra enseñanza son: la economía digital, el enfoque global y el emprendimiento dentro de la empresa».
Para EDEM, en opinión de Lucía Egea, internacionalizarse es fundamental, razón por la que el 50% de sus clases se imparten en inglés y se «toca empresa» desde el principio. «No puedes sacar al mercado a personas que no saben trabajar. El emprendedor no sólo es el que crea su propio negocio, también el que se inserta en una organización y mejora la estructura de empresa».
Respecto a cuáles son los grados más demandados, en el caso de Florida Universitària son los nivel ADE seguidos por las ingenierías, ya que tienen un alto nivel de empleabilidad. «En nuestro caso están también las titulaciones de maestro, claramente más vocacionales, así como los turismo y el nuevo grado en videojuegos y experiencias interactivas o de la economía naranja». «Tenemos el reto de formar a los profesionales que van a transformar las empresas y la internacionalización es básica».
Amiguet señaló que las ciencias de la salud «están de moda en el CEU y hay lista de espera en alguna de las especialidades. También veterinaria tiene tirón y en el ámbito de la ciencias sociales, periodismo y comunicación audiovisual, aunque no esté tan justificado». El caso de arquitectura está en las antípodas hasta el punto que el 90% de los alumnos son extranjeros. Lo que importa son los rasgos diferenciadores porque hay que hacer algo con más competencias de liderazgo. Conocer al ser humano es un factor de ventaja, pero uno debe estudiar lo que le motiva al margen de otras consideraciones. «Hay que elegir el camino que quieres para evitar frustraciones».
jorge blasco. director de admisiones de la universidad europea
Jorge Blasco, de UEV, señaló que tanto el alumno como la familia buscan la diferenciación. En la UEV el área de ciencias de la salud tiene una gran demanda «aunque hay dos grados internacionales, Relaciones Internacionales y Business Management que tienen el inglés como lengua vehicular, muy demandados, asi como el grado de traducción que no tiene la impronta de salir al mercado exterior pero permite dominar tres idiomas», dijo.
Susana Milán, de Barreira A+D, señaló que el diseño está ahora en boga, que «los alumnos y padres se han dado cuenta de que se puede vivir del diseño, que es una profesión con muchas salidas». «Tenemos tasas de empleabilidad muy altas, tanto es así que hay alumnos que son contratados incluso antes de terminar. También se demanda mucho el diseño de moda».
susana milán. directora de barreira a+d
Lucía Egea señaló que las familias tiene mucho peso en la decisión de un grado. «Los caminos ya no son tan lineales como antes. Antes era un drama que un alumno pospusiera sus estudios o cambiara de titulación porque había encontrado un trabajo pero las familias han cambiado de mentalidad».
José Manuel Amiguet señaló que ahora en España ya hay familias que actúan como en Estados Unidos y cuando su hijo cumple 15 años empiezan a ahorra por si tienen que invertir en sus futuroa estudios. «Se trata de dotarles de las herramientas necesarias para el mundo profesional». Todos los ponentes definieron «la variable internacional como necesaria», algo a lo que Blasco añadió que «puesto que el entorno laboral ya no es sólo España, tenemos que fomentar ese sesgo de internacionalidad». Amiguet afirmó que nuestras universidades empiezan a valorarse más cuando uno sale fuera y añadió que el concepto de competencia va a ser internacional. Para Victoria Gómez la colaboración con la empresa en el proceso formativo es fundamental. «Tenemos que pasar de formar para la empresa a formar con la empresa», dijo. Según Lucía Egea «tenemos que hacer pedagogía y explicar a las empresas las diferencias entre alumno graduado y alumno máster». Y, por otra parte, tampoco se pone en valor como debiera el máster universitario, en opinión de Vicente Fuerte. La representante de EDEM, consideró también que la empresa «no lo tiene claro y debemos hacer pedagogía. Lo que hacemos es dar respuesta a necesidades concretas».
Jorge Blasco, de UEV, consideró que las universidades «debemos ser aliadas de las empresas». «Los títulos son importantes pero las habilidades sociales son un factor fundamental para acceder a un puesto de trabajo. Cada vez se valoran más las cosas prácticas y la entrevista personal, por lo que el reto es demostrar las cualidades que se tienen», añadió.
Para Lucía Egea también es importante establecer esa diferencia entre «el saber hacer y el saber ser» y la inteligencia emocional es fundamental para liderar un equipo y saber negociar, tener capacidad de persuadir, algo que se necesita en cualquier campo.
También Victoria Gómez opina que un título «siempre va a ser necesario, lo que desaparecerá es el concepto de universidad del siglo XX. Los profesionales tienen que partir de una titulación superior para reinventarse a lo largo de su vida». Susana Milán considera importantes los títulos pero de igual forma «los proyectos reales que son realizados en las empresas, pues generan un portfolio con valor, imprescindible de cara a acceder a un puesto de trabajo».
Vicente Fuerte se declaró un defensor de los títulos puesto que acreditan que se tiene el nivel requerido, « y más ahora que hasta se acredita el nivel de inglés». Mientras que Lucía Egea apuntó que un título también es garantía «de esfuerzo, perseverancia y constancia».
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