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Jueves, 3 de diciembre 2020, 00:21
Desde 1992 el 3 de diciembre se celebra el Día Internacional de las Personas con Discapacidad. Este día conmemorativo fue proclamado por la Asamblea General de las Naciones Unidas mediante la resolución 47/3. El objetivo es promover los derechos y el bienestar de las personas con discapacidades en todos los ámbitos de la sociedad. Del mismo modo, se busca concienciar sobre su situación en todos los aspectos de la vida desde el ámbito político, social, económico y cultural.
Se ha avanzado desde 1992, sin embargo, todavía se está lejos de la inclusión total de las personas con diversidad funcional. La integración de estas personas está lograda desde hace décadas, pero todavía queda mucho por hacer tanto desde las administraciones y organismos públicos como desde las asociaciones y las empresas en general.
En conmemoración del Día Internacional de las Personas con Discapacidad LAS PROVINCIAS y Caixa Popular convocaron una mesa de expertos en la que participaron Elena Albert, directora general de Diversidad Funcional; Enrique Llin, presidente del Consejo Territorial de la ONCE en la Comunitat Valenciana; Miguel Montagut, director de Zona de Caixa Popular; Albert Marí, tesorero de COCEMFE Valencia; y María Escrivà, gerente de Impremta La Plaça, empresa pionera en integración.
«Hay que lograr que el cupo llegue a ser un compromiso de empleabilidad» | «La legislación existe, estamos impulsando fórmulas para el cumplimiento»
«El trabajo les proporciona independencia y autoestima» | «Buscar alianzas con organizaciones que colaboren con los colectivos es clave»
En el debate se trataron temas como el verdadero nivel de integración; cuáles son los colectivos menos integrados y por qué; qué debe hacer la sociedad para que nadie se quede fuera; la situación laboral de las personas con discapacidad; la brecha digital; cómo ha afectado la pandemia y la crisis del coronavirus a este colectivo; o si la innovación social es la solución al problema y el papel que juega tanto la administración como el tejido empresarial existe en el tercer sector de Comunitat.
Todos los presentes hicieron un llamamiento a los medios de comunicación para dar a conocer tanto la realidad de estas personas en la sociedad como para facilitar la integración de las mismas. Como ejemplo señalaron el hecho de que, durante el confinamiento, donde la información jugaba un papel vital, se tardaron días en que un interprete de signos estuviera presente en los informativos. «Es algo que deberían tener en cuenta para poder llegar a toda la sociedad al completo. Utilizar las diferentes herramientas para que todos puedan acceder a la información.
Más que hablar de integración de las personas con discapacidad, señalaron todos los presentes, hay que hablar de inclusión. «En los últimos años se ha avanzado mucho, pero es un camino en el que todavía queda mucho por recorrer», señaló Elena Albert.
A lo dicho por la directora general de Diversidad Funcional, Enrique Llin añadió que «si buscamos la inclusión total debemos incidir en la accesibilidad y diseño para todos. Del mismo modo que se debe reforzar esa inclusión en el sistema educativo, diseñar los centros y programas pensando en todos los alumnos».
Respecto a la posibilidad de medir el nivel de inclusión, el presidente del Consejo Territorial de la ONCE en la Comunitat Valenciana señaló que es complicado porque hay que tener en cuenta el nivel de inclusión en la educación, el mundo laboral, la participación política, la participación social en todos los aspectos de la vida.
«Se tiene que incidir en la accesibilidad, la brecha digital y el diseño para todos» | «No poder utilizar las plataformas informáticas produce desigualdad»
«La escuela debe ser integradora para no crear guetos como ahora pasa» | «De la población universitaria solo el 1,3% tiene discapacidad»
«Todavía existen muchas barreras tanto físicas como comunicativas» | «Naturalizarlo empodera a las personas con diversidad funcional»
A ese respecto, Albert Marí hizo hincapié en que los niveles de inclusión en la educación, sobre todo en la formación no obligatoria (Universidad, Formación Profesional, etc.), son muy bajos. «En las primeras fases de la etapa educativa los porcentajes están bien, pero en la universitaria es dramática porque solo el 1,3% de la población tiene discapacidad. A esto hay que sumar que no es lo mismo la inclusión en las ciudades que en los pueblos». El tesorero de COCEMFE Valencia indicó que es «una verdadera batalla en la que se está avanzando, por ejemplo, con la Ley de accesibilidad universal, pero hay que aplicarla y eso es más complicado». También señaló como algo clave para lograr esta inclusión total el diseño para todos. El lograr que el urbanismo, los edificios tanto públicos como privados estén adaptados.
Sobre el nivel de inclusión también habló Miguel Montagut al señalar que es vital la incorporación al mundo laboral de las personas con diversidad funcional. «El empleo, como a todo el mundo en general, les proporciona independencia, les mejora la autoestima, las relaciones sociales, etc.». A esto, María Escrivà apuntó que «la inclusión llegará el día que puedan desenvolverse en su día a día con total normalidad», ya que, según señaló, «hoy en día todavía hay muchas barreras y no son solo físicas sino también comunicativas».
Uno de los puntos donde más se incidió durante la mesa de expertos fue la educación y la formación de las personas con diversidad funcional, ya que les permite estar mejor preparados para afrontar el mercado laboral. Del mismo modo, todos coincidieron en señalar que el sistema educativo debe estar preparado para tener en las aulas a personas con diversidad funcional. «La formación en atención de personas con discapacidad debería ser obligatoria entre el profesorado. En muchas ocasiones no saben como ayudar y enseñar a un niño con discapacidad que está escolarizado en su aula. En la Comunitat hay 13.200 niños con discapacidad escolarizados», apuntaron.
«El trabajo de normalización en las escuelas es fundamental. Tener en clase a compañeros con realidades diferentes, así con diversidad funcional hace que los niños sean más tolerables. La escuela debe ser inclusiva para no crear guetos como actualmente pasa. Esta fórmula es más costosa económicamente, pero más rentable para lograr una sociedad igualitaria», señaló Albert Marí a lo que María Escrivà apuntó que «con esa normalización desde pequeños se logra empoderar a la persona con diversidad funcional y que sepa enfrentarse a diferentes situaciones en las que le señalen como diferente».
Respecto a la legislación, la directora general de Diversidad Funcional señaló «existe legislación al respecto y estamos poniendo en marcha fórmulas para impulsar su cumplimiento. Con esto se logrará una accesibilidad universal que es lo que va a permitir tener inclusión real y total en la sociedad. Es un impulso para cambiar el paradigma, la mentalidad de la sociedad y romper las barreras no solo las físicas sino las barreras que establecemos socialmente».
La formación es clave para esa inserción laboral, al igual que lo son el cumplimiento de las políticas de empleo que desde la administración se han puesto en marcha. «Una de cada cuatro personas con discapacidad tiene empleo actualmente. No solamente hay que poner el foco en los centros de empleo, sino en la empresa privada y en la administración también. Actualmente hay una tasa de reserva de empleo para personas con diversidad funcional, pero no se cubre. Debemos lograr que esa tasa llegue a ser un compromiso de empleabilidad», señaló Elena Albert.
A lo dicho, el director de zona de Caixa Popular añadió que desde las empresas se puede impulsar la innovacióny la creatividad. «Esto se puede hacer buscando alianzas con organizaciones que trabajen con colectivos en riesgo de exclusión. Por ejemplo, nosotros trabajamos con Nova Terra la plena inclusión laboral». Todos secundaron esta afirmación y pusieron encima de la mesa algunas de las problemáticas a las que se enfrentan como es la brecha digital tanto a la hora de la inserción laboral como de la inclusión social. «Esta se produce por la desigualdad económica, la edad, el vivir en diferentes lugares y también lo sufren las personas con discapacidad cuando no pueden utilizar las herramientas y plataformas digitales porque no son accesibles».
Los ponentes señalaron el tercer sector como clave para lograr está inclusión plena. «Si queremos lograr la inclusión total se debe reforzar el tejido social. Además de la administración, las entidades deben ser fuertes. Al final el tercer sector es el que está a pie de obra, el que conoce las necesidades y las carencias existentes. El tejido social está ahí. Legislar es fácil, aplicarlo no tanto. El papel de los poderes públicos es reforzar económicamente a estas empresas y asociaciones, pero también poner en marcha campañas de sensibilización para que la gente se asocie y colabore. Para prestigiar el tejido social que es el que facilita la participación en la sociedad de las personas con diversidad funcional», concluyeron.
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