«Formar en habilidades 'blandas' y competencias transversales es vital para la empleabilidad»

«Puedes enseñar una lección un día; pero si puedes enseñar creando curiosidad, el aprendizaje será un proceso para toda la vida». Estas palabras de Clay P. Bedford demuestran que el sistema de educación debe volcarse no solo en dar lecciones magistrales sino en motivar a los alumnos para querer saber más. Es en las etapas iniciales, de primaria y secundaria, donde al alumno le debe picar ese 'gusanillo' del saber. Una vez acaba la etapa de educación obligatoria, los jóvenes toman la decisión de seguir formándose para llegar a la universidad. Ese camino en la que esperan completar este proceso de aprendizaje teórico y práctico con el que lograr aumentar su capacidad de empleabilidad.

En este 2020 son unos 217.0000 alumnos en toda España los que se enfrentan a las pruebas de acceso a la Universidad (la EvAU o la conocida como Selectividad), y lo hacen en un año en el que todo es nuevo y 'extraño' debido al Covid-19. Un año en el que las pruebas se retrasaron hasta entrado el mes de julio, sin haber podido acabar su preparación para tan importante momento de manera presencial o las muchas incógnitas que se mantienen de cara al curso que viene. A pesar de la incertidumbre existente, nadie sabe cómo y cuándo comenzará el curso, los centros universitarios ya se están adaptando a todos los escenarios posibles.

Desde marzo, las universidades valencianas han realizado un gran esfuerzo para que la calidad de su enseñanza no se viera afectada por el confinamiento y la obligada formación a distancia. El desarrollo e implantación de plataformas de formación 'online', nuevas formas de impartir docencia, nuevos criterios para evaluar o el trato con el alumnado se ha adaptado con solvencia a la nueva situación.

De la experiencia vivida y desarrollada estos meses, del próximo curso que, si no pasa nada, comenzará el próximo mes de septiembre o de los cambios realizados estos meses y que llegan para quedarse se habló en el encuentro virtual 'Formación Grado 2020' organizado por LAS PROVINCIAS.

Esta cita virtual contó con la colaboración y participación de los mejores centros de formación de la Comunitat Valenciana. Elena Fernández, directora de Grados de EDEM; Mercedes Herrero, directora de Florida Universitària; José Manuel Amiguet, vicerrector de Desarrollo Estratégico y Comunicación y secretario General de la Universidad CEU Cardenal Herrera; y Vicente Fuerte, director de Grado de ESIC Business & Marketing School, fueron los encargados de dar las claves sobre el presente y futuro de las titulaciones que se ofertan en los grados.

Soluciones alternativas, flexibilidad, 'online', tecnología, metodología, herramientas, experiencia oportunidad y certidumbre fueron algunas de las palabras más repetidas por los ponentes a la hora de hablar como sus respectivos centros universitarios habían vivido el estado de alarma y el confinamiento.

«Nos dimos cuenta que necesitábamos ser el foco de certidumbre de los alumnos. Ante tanto caos e incertidumbre, EDEM no cambió su hoja de ruta tras superar las primeras semanas. Logramos poner en práctica distintas soluciones y fuimos más flexibles», señalaba la directora de Grados de EDEM, Elena Fernández, quien añadía que habían puesto en marcha el lema «'Excusa u oportunidad'. Tenemos la oportunidad de hacer las cosas distintas. Tenemos un plan A trazado, pero también el B o C porque no sabemos que va a pasar».

Desde Florida Universitaria, quien según explicó su directora, Mercedes Herrero, se dispone de «una oferta de ciclos privados y titulaciones en modalidad 'online'» aprovecharon ese saber hacer y al equipo de profesorado y especialistas en formación 'online' que el grupo educativo tiene «para ayudar a todo el claustro de profesores, así como a los alumnos. Hemos articulado un equipo de expertos en metodología, herramientas, asistencia técnica, etc. para adaptar las clases y las asignaturas para que los estudiantes no sufrieran el coste de la pandemia».

Los cuatro ponentes resaltaron el tremendo esfuerzo que tanto desde los profesionales que conforman los centros universitarios como los estudiantes habían realizado durante estos meses. Además, según señalaron, las cuatro universidades habían completado todas las horas lectivas de forma 'online'. Del mismo modo, todos indicaron que los alumnos habían finalizado con éxito el curso y que se mostraban contentos con la formación recibida en las excepcionales circunstancias.

Vicente Fuerte, director de Grado de ESIC, explicaba que «la experiencia había ido evolucionado. Nos dimos cuenta que al igual que los alumnos en el aula trabajan con ordenadores, podían desde su casa y con todas las herramientas de las que disponemos mantener el ritmo de estudios. Lo cierto es que mantenemos la presencialidad física como algo fundamental, pero la pandemia nos plantea que esto esta cambiando antes de que nos demos cuenta. Por ello desde ESIC trabajamos en este sentido. Un nuevo modelo docente, que no puede estar supeditado a si hay clases presenciales o no. Esto es lo más fácil porque todos sabemos hacerlo, la universidad ha cambiado poco a lo largo de los siglos. Estamos obligados a crear un modelo de enseñanza que no depende únicamente de la presencialidad. Caminamos hacia una enseñanza en la que el centro es el alumno y no el edificio; todo ello sin perder el carácter humanista».

Desde la Universidad CEU Cardenal Herrera también «se fue cambiando todo para que nada cambiara». José Manuel Amiguet, vicerrector de Desarrollo Estratégico y Comunicación y Secretario General del CEU, explicaba que «los problemas han sido y son infinitos, como sucede en todos los sectores, pero hemos aprendido muchas cosas. Para el curso que viene queremos, al igual que el resto de los ponentes, dar certidumbre a los alumnos. Tenemos un plan A, B, C pero todo ello sin que cambie la propuesta de trabajo. Lo hemos lanzado con todo detalle y comunicado a los estudiantes». Además, según mencionaba trabajan con «dos marcos de juego. Uno metodológico que tiene que ver con lograr que el alumno sea un personaje más activo. Por ello, hemos comenzado un proceso de formación del profesorado para que logren articular unas clases más atractivas, que sigan una escaleta como una serie o programa de televisión, en el que logren incrementar los tiempos de rol activo de los alumnos. En segundo lugar, un componente tecnológico que consiste en instalar en todas las aulas un sistema que permita la doble presencialidad online y física. Los alumnos 'virtuales' podrán ver a sus compañeros desde diferentes ángulos y los alumnos que estén en clase podrán verlos también».

Desde ESIC, señalaba su director, «nos hemos dado cuenta debemos cambiar nuestra forma de comunicar por lo que el profesorado también se está formando en ello con profesionales principalmente de la televisión para aprender a comunicar a través de la pantalla». Además, añadía Fuerte, «desde nuestra parte de responsabilidad en este cambio debemos ser rápido. Tal y como se dice en el mundo empresarial: «el pez grande no es el que se come al pequeño, sino que ahora el pez rápido es el que se come al lento».

En cuanto al debate sobre la presencialidad y la enseñanza 'online', Fernández señalaba que «la tecnología ha venido para quedarse, pero no podemos pensar que el formato 'online' es el mejor modelo para enseñar. Debemos encontrar su sitio, para qué la usas, dónde y cuándo aporta valor. Lo que ocurre dentro del edificio y no se puede replicar a través de una pantalla». A esto añadía Herrero que «es la oportunidad de demostrar a los alumnos que hay que reinventarse, aprender permanentemente. Ante una situación de cambios tan rápidos hay que aprender con los demás y de los demás. La tecnología es un medio, es un complemento».

En referencia al mercado laboral y la sociedad actual, señalaron que «las empresas demandan profesionales que se sepan mover en el teletrabajo, que tengan esa habilidad y capacidad de saber priorizar tareas sin depender de jefes». Al hilo de esto, Amiguet señalaba que «el secreto es el café. Dejar tiempo para que los alumnos se conozcan entre ellos, trabajen juntos e interactúen y el mejor momento es la pausa del café». Esta idea fue compartida por el resto de la mesa de ponentes. Al igual que el hecho de apostar por el trato personal, el networking que permite la presencialidad.

Los cuatro ponentes volvieron a poner encima de la mesa la histórica reivindicación y necesidad de «tener una administración más ágil». «Los planes de estudio de las titulaciones no van a la par con las necesidades del mercado ni la rapidez con la que se mueve el mundo. Necesitamos una flexibilidad a la hora de adaptarlos para formar a los profesionales que las empresas demandan», afirmaba Elena Fernández, a la que el resto se unía y señalaban que «por ello debemos generar títulos propios para cubrir esas necesidades».

Respecto a los estudiantes que están cursando grado o que comenzarán el próximo curso, Mercedes Herrero, señaló que «deben tener claro que su formación tiene que basarse en habilidades, competencias transversales y habilidades 'blandas', es vital para la empleabilidad».

A esta afirmación, José Manuel Amiguet, añadió que también deben adquirir la «capacidad crítica y de análisis. Los conocimientos se sobreentiende que los tienen, pero deben también tener estas capacidades para poder tomar de decisiones en un contexto de incertidumbre. A esto es a lo que deben dedicar los años que pasan en la universidad. En formarse no solo en contenido sino en competencias, en tener la capacidad de pensar y luego hacer».