Lunes, 16 de diciembre 2024, 00:01
Unas boyas inteligentes monitorizarán y digitalizarán el fondo marino de la playa de Canet d'En Berenguer (Valencia) con el fin de obtener información para determinar la instalación de unos arrecifes artificiales que permitan frenar la regresión de la costa. Estas estructuras provocarán que las olas del mar lleguen a la orilla con una menor fuerza, de manera que arrastren menos sedimentos y, con ello, se pueda mitigar la pérdida de metros de arena que esta playa ha sufrido con mayor dureza en los últimos años.
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Se trata de un proyecto piloto impulsado por el Ministerio de Ciencia, Innovación y Universidades, en colaboración con el Ayuntamiento de Canet, y desarrollado gracias a la colaboración público-privada con la compra pública de innovación. La iniciativa la presentaron la pasada semana a pie de playa la ministra de Ciencia, Innovación y Universidades, Diana Morant, junto al alcalde de Canet, Pere Antoni Chordá.
Morant ha destacado este proyecto «ilusionante y necesario» para dar respuesta al impacto del cambio climático en las costas. «El factor humano dentro ha sido clave para hacer que se hayan interrumpido los flujos naturales de sedimentación de la arena y esto ha provocado que, en muchos casos, a lo largo de los últimos pocos años se estén perdiendo decenas de metros de playa», ha advertido.
«Si no hacemos algo y no ponemos soluciones, podríamos estar hablando de que la regresión de las playas podría estar amenazando claramente la supervivencia de las mismas», ha avisado Morant, que, pese a ello, ha matizado que «llegamos a tiempo»: «Necesitamos poner conocimiento y saber qué está pasando en el fondo marino para poder tomar las mejores decisiones».
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Gracias a ello, se podrá conocer «qué ocurre con los distintos episodios de tormentas marinas» y en el propio «día a día». «Vamos a ver qué ocurre con esa sedimentación y ese flujo del sedimento de la arena para, a través de ese comportamiento que vamos a convertir en datos y analizar a través de 'big data' e inteligencia artificial, incorporar arrecifes dentro del mar», ha expuesto.
Estas estructuras se ubicarán a unos 400 metros de la orilla y no estarán «a la vista», sino sumergidas. «Se van a colocar donde nos digan las boyas que es donde podemos actuar para fijar el flujo y que las olas lleguen a la playa con menos fuerza, de manera que arrastren menos arena y a ver si así podemos ir recuperando los metros de anchura que tenía de origen esta playa tan querida, tan apreciada y tan necesaria», ha subrayado.
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En este contexto, Diana Morant ha reivindicado que las playas, como espacios naturales, están «recogidos en la Constitución como un derecho para la ciudadanía», por lo que ha apostado por protegerlo. «El Gobierno de España va a seguir procurando, con todas las herramientas posibles, que eso sea así», ha recalcado.
Por su parte, el alcalde de Canet d'en Berenguer, Pere Antoni Chordá, ha explicado que el proyecto nace con la intención de frenar la regresión de la costa, que en el caso concreto de este municipio ha pasado de tener unos 170 metros de ancho a perder 30 solo por el temporal Gloria en 2020. «La percepción era que se iba a recuperar, pero siguen pasando los años y seguimos perdiendo metros de ancho de playa», ha lamentado.
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Pese a que todavía «queda mucha playa», el responsable municipal ha mostrado preocupación por esta situación y ha apostado por «poner una solución» que, a su juicio, pasa por que la innovación y la tecnología «nos permita modelar el fondo marino, comprender cómo se mueve el sedimento para tomar una decisión certera en cuanto a la instalación de un arrecife sumergido que permita reducir la fuerza del oleaje con la intención de que no siga erosionando nuestra costa».
«La solución siempre será de ingeniería verde, con una actuación muy quirúrgica donde seamos conscientes de lo importante que es actuar en el fondo marino y en un medio natural para poder fijar nuestro sedimento sin modificar mucho el espacio natural», ha expuesto el alcalde, que ha resaltado que el proyecto es «muy complejo».
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Chordá ha hecho hincapié en que esta solución será «escalable y replicable, no solo en todo el litoral valenciano, sino a nivel mundial». «El Mediterráneo ha cambiado y nos tenemos que adaptar, hay que buscar soluciones flexibles y dinámicas que nos permitan actuar hoy con el contexto que tenemos, analizando los datos y adelantarnos a lo que nos trae el cambio climático», ha señalado.
«Cada vez que hay un temporal, la playa de Canet sufre, perdemos sedimento, y el que no lo vea y no se lo crea, que venga aquí y lo puede corroborar», ha relatado el primer edil, que ha incidido en que el hecho de arreglar la playa no va a perjudicar a las del sur, sino que se intentará que el trasiego de sedimentos «sea el mismo y podamos fijar el que tenemos». «Una solución rápida sería montar un arrecife de un kilómetro y ya está, y yo me arreglo la playa, pero no es esa la situación», ha argumentado.
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Por ello, estos arrecifes «no serán los típicos bloques de hormigón», sino que se imprimirán en 3D para generar un hábitat que reduzca el flujo del oleaje y, además, tendrán un atractivo turístico dado que este nuevo ecosistema fomentará también la realización de actividades como esnórquel. Asimismo, se instalarán de tal manera que se puedan mover o desmontar en un futuro. «Tenemos que buscar soluciones dinámicas y versátiles, y las estructuras fijas han demostrado que no son una solución», ha expuesto Chordá.
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