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Lunes, 7 de junio 2021, 00:16
Redacción. El Ayuntamiento de Massanassa, a través de la concejalía de Juventud, ha puesto en marcha un conjunto de actividades de educación y voluntariado ambiental en el que han participado 170 personas, entre alumnado y profesorado de primero y segundo de ESO del municipio, jóvenes y familias. Las actividades, enmarcadas en el proyecto Planeta Massanassa, fueron coordinadas por el Espai Jove. Los alumnos del IES realizaron una ruta ambiental caminando que discurrió por el margen del barranco del Poyo. Los participantes aprendieron sobre el paisaje, la historia, la geografía, las aves y la vegetación, y la problemática de los residuos y la eutrofización, y participaron, con el equipamiento necesario, en la recogida de residuos sólidos y su clasificación para la correcta gestión que posteriormente se hizo. Los de primero de la ESO del Colegio San José y San Andrés se desplazaron en bicicleta hasta el embarcadero de Barraquer, allí realizaron una mañana de actividad de educación ambiental para conocer algunos de los problemas del espacio: vertido de residuos sólidos, eutrofización o introducción de especies exóticas, las soluciones y como participar en ellas. El grupo hizo una acción de limpieza para retirar residuos. Finalmente, dieron un paseo en barca hasta el lago para valorar el paisaje y conocer algunas de las aves del ecosistema.
Esta misma actividad se realizó el domingo para el colectivo familiar, con una gran participación que completó las 40 plazas ofertadas por el ayuntamiento para ese día. También participaron activamente el alcalde Paco Comes, el concejal de medio ambiente Ximo Herrero y el concejal, Fran Raga. El alcalde recordó que «para conservar el Parque Natural de la Albufera es necesario conocer su valor y esto lo podremos conseguir con actividades de educación ambiental y voluntariado que acerquen a las personas, jóvenes y mayores, a este espacio único».
Los participantes conocieron la problemática ambiental del parque natural relativa a los residuos sólidos, así como el problema de eutrofización del agua. Sobre todo destaca la valoración del espacio: su historia, el paisaje, la fauna y su potencial para el desarrollo sostenible del territorio, así como su participación en la retirada de residuos.
Entre los cuatro días de actividad se recogieron y clasificaron: 32 kilos de envases ligeros, 12,25 de botellas de vidrio, 3,5 de papel y 51 de restos, además de elementos voluminosos como un sofá, un colchón o un tubo de escape e incluso algunos bidones de biocidas. Todos se depositaron en el ecoparque y en los puntos para su gestión. También en la actividad se promovió la movilidad sostenible, realizándose los desplazamientos básicamente caminando y en bicicleta, y compartiendo vehículo en el caso de las familias con niños muy pequeños.
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