Las salinas más grandes de Europa

Vivir en un mundo dominado por la tecnología a veces impide apreciar con detalle la inmensa belleza que atesoran los parajes naturales que rodean al ser humano. En muchas ocasiones, estos paisajes se encuentran justo delante pero uno olvida contemplarlos y disfrutarlos como es debido. Las salinas más extensas de Europa se encuentran en la Comunitat Valenciana. Su tamaño –600.000 toneladas de sal comprimidas en 2.100 hectáreas– se queda corto si se compara a la belleza de este escenario de película que acoge la localidad de Torrevieja.

Se trata de un lugar de cuento de hadas que aúna la belleza de la tonalidad rosa de sus lagunas con las imponentes y enormes pirámides que alcanzan varios metros de altura y gobiernan esta ubicación alicantina. Esta combinación de elementos naturales convierten el recorrido turístico por esta ruta del Mediterráneo en imprescindible si se está de visita en la Comunitat Valenciana.

El color púrpura suave de la laguna es sin duda el mayor atractivo de las salinas para los visitantes. Es habitual que se queden maravillados e hipnotizados al contactar visualmente con un agua tan singular que no han visto en la vida. Los expertos argumentan que este peculiar color que adquiere el lago se debe a las halobacterias, que son unos microorganismos cuyas membranas púrpuras dotan al agua de esa tonalidad que seduce a cualquiera.

El turismo en las salinas alicantinas es fuerte pero la explotación del territorio y el aprovechamiento de la sal hay que tenerlos muy en cuenta. Se calcula que se recogen en Torrevieja cerca de 600.000 toneladas de sal anuales y que la mitad de la producción se destina a la exportación, principalmente a países del norte de Europa como Suecia o Noruega. Solo un 5% del total se invierte en alimentación humana, uso doméstico e industria alimentaria en general y, en grandes nevadas como las sufridas en España en el pasado enero, casi 200.000 toneladas de sal ayudaron a deshielar las congeladas e intransitables carreteras nacionales.

La sal lleva aprovechándose en la laguna de La Mata desde la época romana –siglo I a.C– aunque la explotación industrial de este útil alimento no data hasta el siglo XIX. Los usos salinos son casi infinitos ya que, además de ser vitales a la hora de conservar alimentos, tienen un fuerte arraigo en la industria química dentro de los miles de usos que se le agencian.

Las salinas de Torrevieja se hallan en el Parque Natural de las lagunas de La Mata y Torrevieja, un entorno amparado por otras figuras de protección como la Zona ZEPA (Zona de Especial Protección para las Aves), LIC (Lugar de Interés Comunitario), Humedal Ramsar o Red Natura 2000, entre otras. La zona de La Mata acoge un total de 700 hectáreas mientras que Torrevieja disfruta del doble –unas 1.400 hectáreas– superando así la barrera de las 2.100 hectáreas, un equivalente a 2000 campos de fútbol.