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Miércoles, 21 de marzo 2018, 01:43
Los pacientes renales que, no pudiendo optar a trasplante como primera opción, inician un tratamiento sustitutivo con diálisis peritoneal y, pasados de tres a cinco años cambian a hemodiálisis, tienen mayor supervivencia en relación a los pacientes que comienzan en hemodiálisis. Así lo ha demostrado un estudio presentado en la XXXV Reunión de la Sociedad Valenciana de Nefrología por Araceli Caro Martínez, de la Escuela Andaluza de Salud Pública. Caro ha manifestado que «el orden y las condiciones en que se emplean las distintas técnicas de tratamiento sustitutivo renal incide en la supervivencia y calidad de vida del paciente y redunda en los costes en que estos tratamientos suponen para el sistema sanitario». De entre los resultados presentados, se ha expuesto el margen de ahorro para el sistema sanitario público -usando como ejemplo el sistema andaluz-, como resultado de un incremento del 10% en el número de pacientes que inician en diálisis peritoneal, frente a hemodiálisis, o el aumento de un 25% del inicio óptimo del paciente en TSR, estimados en 11,7 y 12 millones de euros respectivamente y en periodo analizado, que va desde 2006 hasta 2014.
Actualmente en España hay más de 57.000 pacientes con algún tipo de tratamiento sustitutivo renal, ya sea trasplante, hemodiálisis o diálisis peritoneal. De ellos, solo el 5,5% está en tratamiento con diálisis peritoneal domiciliaria. Además, según se desprende del análisis, los pacientes que inician con diálisis peritoneal y luego pasan a hemodiálisis tienen una media de supervivencia superior en 1,5 años respecto a los pacientes que inician y se mantienen en hemodiálisis.
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