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Miércoles, 21 de febrero 2018, 01:23
Una de las preocupaciones principales de los pacientes con cáncer es saber cómo la enfermedad afectará a su familia y el momento de compartir el diagnóstico se convierte en un evento complicado. Facilitar este proceso y ofrecer ayuda psicológica al paciente y su entorno es el objetivo de la Unidad de Psicología de la Fundación Instituto Valenciano de Oncología, IVO.
Recibir un diagnóstico de cáncer lleva aparejado un cúmulo de sensaciones que van desde la incertidumbre, al miedo, la rabia, la falta de control sobre la situación y el sufrimiento. Apoyarse en los seres cercanos es un pilar fundamental a la hora de afrontar la enfermedad, pero encontrar el momento donde comunicar la noticia a la familia es un proceso complicado, donde tienen un papel fundamental los servicios de ayuda profesional como la Unidad de Psico-Oncología del Instituto Valenciano de Oncología. Las psicólogas Pilar Llombart, Ana García-Conde y Rocío Romero acompañan al paciente y su familia durante la enfermedad para facilitar la gestión emocional de todo el proceso.
Rocío Romero, Responsable de la Unidad de Psico-Oncología del IVO, asegura que «es importante transmitir el diagnóstico a los que viven en la familia aunque en el momento de hacerlo uno sienta que se va a venir abajo. Cuando no se hace se genera más tensión y, en vez de evitar sufrimiento sucede justo lo contrario. La persona sufrirá más en solitario, al evitar compartir. Es conveniente comunicar la noticia, escoger el mejor momento, no engañar y tampoco dar excesiva información».
Según constata la doctora Romero, «es normal que en el enfermo haya una primera reacción intensa de desolación y shock. Aproximadamente el 30% de los pacientes va a necesitar intervención psicológica por las alteraciones emocionales que conlleva el diagnóstico y sus consecuencias». Para ello, la Unidad de Psicología del IVO tiene como principales objetivos reducir la ansiedad, depresión y otros síntomas psicológicos; promover la participación activa del paciente en sus tratamientos; prestar atención a la relación médico-paciente para que ésta sea fluida; mejorar la comunicación entre el enfermo y su familia, así como fomentar la expresión abierta de sus sentimientos negativos. En definitiva, ayudar al paciente a adaptarse al proceso de la enfermedad.
Esta ayuda a la familia es imprescindible ya que, tal y como explica la doctora, «la enfermedad hace muchas veces estragos en la familia ya que con frecuencia produce cambios en los roles, especialmente cuando es el pilar de la familia quién sufre cáncer. El apoyo psicológico es importante para enseñar nuevas habilidades, ayudar a normalizar la vida e integrar la enfermedad en el día tras día, aprender a vivir con ella».
Los profesionales destacan cómo la familia necesita saber qué ocurre para poder actuar más apropiadamente, sentirse útiles y ofrecer asistencia y apoyo al enfermo. Es recomendable que en el caso de pruebas, consultas externas y sesiones de tratamiento el paciente acuda acompañado, entre otras cosas porque sus familiares puedes ayudarle a retener y comprender la información que le transmita el personal médico sobre su proceso.
Así como es importante que el paciente se implique en su propio proceso y tome parte activa en los tratamientos, es recomendable que los familiares también participen en el camino hacia la recuperación de la salud. No solo acompañando al paciente en las pruebas, consultas al médico o en las sesiones de tratamiento, sino que también pueda sentirse en todo momento emocionalmente en sintonía con las personas más queridas por él.
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