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Miércoles, 23 de enero 2019, 01:12
El invierno es una de las épocas del año en el que más sufre la piel. El frío, la humedad que trae consigo las lluvias o los cambios de temperatura al salir o entrar a espacios con calefacción suponen un verdadero riesgo. Además, en muchas ocasiones, tendemos a pensar que es en verano cuando hay que concentrar los cuidados alrededor de nuestra piel y, sin embargo, cuando el frío hace acto de presencia, hay que tener mucha precaución con la dermis.
Los expertos en Dermatología avisan de que las personas con piel clara, en especial las mujeres, son el colectivo que mayores precauciones debe tomar en esta época del año y el que más está expuesto a peligros como la deshidratación, que pueden derivar en complicaciones mayores. La solución es sencilla: solo hay que prestar atención a una serie de recomendaciones para seguir unos cuidados básicos durante las semanas que dure el invierno. De esta forma, nuestra piel sufrirá lo menos posible y llegará radiante a la primavera.
En esta época del año es esencial aplicar cuidados especiales y echar mano de recursos y tratamientos que estén orientados a evitar la tirantez, las irritaciones y la sequedad. Para ello, uno de los primeros consejos de los dermatólogos pasa por limpiar la piel dos veces al día, por la mañana y al finalizar el día antes de acostarse, evitando encarecidamente las duchas o baños con agua muy caliente, puesto que le piel aumenta su PH, puede tender a deshidratarse con mayor facilidad y, con ello, crearse irritación. Los expertos recomiendan realizar duchas cortas con agua templada y sumar a la ecuación limpiadores que sumen hidratación. Ante la gran variedad de tratamientos y cremas, los expertos aconsejan diversificar y siempre utilizar la crema que sea más adecuado, primero, para cada tipo de piel y, sobre todo, para cada cuestión. Durante la noche, la recomendación pasa por usar cremas de tratamiento, mientras que durante el día se aconseja usar un producto que sea humectante o hidratante, según el caso. Entre estos últimos, uno de los que más beneficios aporta es el ácido hialurónico, cuyas partículas ayudan a mantener el agua en la piel actuando casi como una esponja. Los expertos recomiendan el uso de cremas que conformen un película en la piel que permita la respiración de las células pero a su vez impida la evaporación del agua que acumulamos en la piel. Durante la noche también se recomienda el uso de sueros, ideales para zonas como el cuello y la cara ante sus activos concentrados. El uso de 'peelings' y mascarillas también está recomendado en esta época del año, aunque se recomienda que se utilicen los más duros.
Aunque no tengamos la sensación de exposición al sol que sí tenemos en verano, es esencial usar siempre cremas y filtros solares, con un mínimo de factor protección solar de 30. No hay que olvidar aplicarlo en las zonas más expuestas del cuerpo: manos, cara, cuello, escote y brazos. Igual que en el estío, en caso de una exposición prolongada, el filtro debe ser aún mayor, mínimo de 50.
En lo que se respecta a la ropa, la recomendación de los dermatólogos pasa por, a la hora de hacer deporte o ejercicio físico, usar tejidos no sintéticos y no muy ajustados. El roce excesivo y el sudor pueden irritar una piel que ya seca por causa del frío. La recomendación pasa por usar fibras naturales, más cómodas y todo lo holgadas posible para que la piel pueda transpirar adecuadamente.
Un ritmo de vida acelerado con estrés y fatiga también puede afectar a la salud de la piel, así como la falta de horas de sueño, que puede hacer disminuir las defensas naturales de la propia dermis. Si esto se produce, la piel estará aún más indefensa ante la deshidratación y las malas condiciones que se producen con el frío y los cambios bruscos de temperatura.
De cara a mantener siempre la piel en condiciones óptimas, se recomienda colocar humidificadores en el hogar con los que se mantenga la humedad y evitar así que la piel se reseque. En casa hay que evitar la exposición directa y prolongada al calor de estufas, sobre todo en zonas como la cara, los labios y los párpados.
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