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La polémica medicina integrativa está hace siglos en sociedades como las orientales. LP

El debatido abordaje integral de la salud

Divulgación | La medicina integrativa no está exenta de polémica ya que hay científicos y médicos que desconfían de ella

Ximo Arregui

Miércoles, 18 de diciembre 2019, 00:23

En un mundo que evoluciona a una velocidad casi de vértigo, la sociedad va tratando de adaptarse no sólo a las nuevas condiciones de vida sino también a las nuevas modas. El marco sanitario no es ajeno a este tipo de cambios, de manera que no es raro ver cómo cada vez hay más auge de distintas prácticas médicas basadas en estudios y con profesionales formados para poder ofrecer a los pacientes lo mejor de su especialidad ya que, de la misma manera que cambian los aspectos fundamentales de nuestra vida en el día a día, también evolucionan las enfermedades, las patologías e incluso las técnicas para tratarlas.

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Igual que ocurre por ejemplo con el culto al cuerpo, cada cierto tiempo surgen nuevos datos que hablan sobre una modalidad deportiva o sobre un tipo de entrenamiento concreto que es más beneficioso y eso se traduce en un aumento de gimnasios o de personas que practican determinado deporte, como por ejemplo ha ocurrido con el 'running' o el 'crossfit' en los últimos años. Lo cierto es que el papel del médico puede ser uno de los más complejos, ya que han de buscar la mejor solución para los pacientes que, en ocasiones y en función de la especialidad, llegan con enfermedades de gravedad o después de haber recurrido a numerosos especialistas que no han conseguido dar con el tratamiento apropiado para intentar paliar un dolor, unas molestias o una enfermedad ya diagnosticada y con un pronóstico más o menos optimista.

Es una corriente que viene de las culturas orientales

Para todo esto, los médicos no sólo han de estar formados y actualizados en lo relativo a los nuevos deben tener empatía con el paciente, capacidad de escucha y, sobre todo, han de saber transmitir, de la mejor manera posible y con las mejores palabras, el diagnóstico y las posibles soluciones con sus tratamientos y fases del proceso, ya que en ocasiones puede resultar largo y tedioso para el paciente.

Así pues, el profesional de estas terapias valor otros aspectos más allá del meramente científico, y también tiene en cuenta antecedentes personales, familiares y emociones del paciente, incluso su personalidad. Son puntos que pueden ser claves en el proceso de mejora o recuperación.

Relacionado con el papel del médico y sin abandonar el marco de la medicina y de la salud, hay una modalidad que en los últimos tiempos ha crecido de manera notable, ya que ofrece tratamientos desde un punto de vista médico pero que no deja de lado otros aspectos más personales. Estamos hablando de la medicina integrativa, una propuesta que realmente no es nueva, ya que parte de filosofía nace de las sociedades orientales -India y China, principalmente- y que permite ver al individuo como lo que es: una realidad física, emocional y mental.

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Esta práctica pretende ser una síntesis de muchas técnicas

Miquel Samarra es licenciado en Medicina y Cirugía, especialista en Medicina General y Medicina de la Educación Física y el Deporte, Dietoterapia y Nutrición Integrativa personalizada. Es médico Bioenergético y Sintergético y ejerce en el Centre Médic Matterhorn de Barcelona, que es uno de los centros de referencia en medicina integrativa.

Miquel Samarra afirma que «es una propuesta muy antigua, porque el ayurveda (la medicina tradicional de India) y la medicina tradicional de China, entre otras tradiciones, ya contemplaban, desde hace siglos, esta visión del individuo en relación a la salud. De hecho, medicina solo hay una: la que está al servicio del paciente para ayudarle a resolver su enfermedad y a autogestionar desde la responsabilidad y el conocimiento, su salud».

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Respecto a las patologías que aborda la medicina integrativa, si hay alguna concreta o si se puede aplicar a cualquier paciente, Samarra explica que «el abordaje de las diferentes patologías se lleva a cabo en un contexto que incluye los antecedentes patológicos familiares y personales, pero también el contexto emocional, la personalidad del individuo y otros aspectos sutiles».

Algunos centros privados ofrecen esta modalidad de terapias

Epigenética

Asimismo, asegura que para tratar a cada paciente obtienen diferente información «a partir de lo genético y lo epigenético -el estudio de modificaciones en la expresión de genes que no obedecen a una alteración de la secuencia del ADN y que son heredables-, lo visible y lo invisible, lo objetivo y subjetivo», ya que, en su opinión, todo esto tiene la misma importancia y esta información orienta y permite obtener un tratamiento más concreto para el paciente, y así tratar de resolver su situación.

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El médico comenta que «la genuina medicina integrativa tiene en cuenta que la resolución del problema o la enfermedad va a conllevar un aprendizaje a distintos niveles» y destaca que «ése es el beneficio más significativo que obtiene el paciente, ya que le permite no sólo curarse, sino también prevenir enfermedades».

Son muchos los científicos escépticos con las técnicas

En cuanto a su tradición y las técnicas médicas que se usan, matiza que la medicina integrativa es una propuesta «de síntesis que bebe de muchas y diferentes tradiciones y técnicas» pero señala también que «se sumerge en el mundo de las causas, y no sólo en el de las consecuencias», lo que quiere decir que este tipo de medicina «va más allá del tratamiento sintomatológico».

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No hay un perfil concreto del usuario. Lo único que tienen en común los públicos de esta modalidad es que, tal y como afirma el doctor Miquel Samarra, «tienen una mentalidad más abierta a propuestas que contemplan los aspectos mencionados anteriormente». Esta modalidad médica está siendo ofrecida por clínicas y algún centro hospitalario privado y no está exenta de polémica entre el mundo sanitario y científico. Son muchos los médicos e investigadores escépticos con las medicinas alternativas. De hecho, hay colegios médicos que la desaconsejan por su falta de rigor científico. Sin embargo, para Samarra «forma parte del movimiento planetario de globalización y síntesis», destaca.

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