EXTRAS
Miércoles, 27 de febrero 2019, 00:02
lgo menos de nueve meses lleva Ana Barceló como responsable de la Conselleria de Sanidad Universal y Salud Pública, una de las carteras más complejas del Consell. Inmersa en plena reversión de los conciertos de los departamentos cuya gestión estaba privatizada, la Conselleria de Sanidad dice haber enfrentado varios retos en los últimos meses.
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-¿Qué balance realiza su departamento a pocos meses de que la legislatura llegue a su fin?
-El balance es razonablemente positivo. La diferencia con el estado de la sanidad que nos encontramos en 2015 es enorme, en inversiones, personal o incremento de prestaciones. Si la legislatura anterior se caracterizó por los recortes en sanidad y en servicios sociales, el sentido de esta legislatura ha sido precisamente el de recuperar el valor de la sanidad como elemento de igualdad, garantizando el acceso a la salud a las personas más vulnerables, o el acceso a los tratamientos a más de 1.400.000 personas gracias a las ayudas para combatir los copagos o a la dispensación de fármacos para la Hepatitis C. Estos cuatro años han servido para reducir la precariedad de los profesionales; nos encontramos con una tasa de temporalidad del 35,7% y la dejaremos alrededor del 8% cuando finalicen los procesos de oposiciones. Hemos sacado adelante proyectos de centros de salud prometidos y paralizados durante años. Y hemos situado en primer plano la Atención Primaria, en la que hemos invertido cerca de 47 millones de euros frente a los 18,5 del periodo anterior. Toda gestión tiene siempre aspectos positivos y otros que deberían mejorar. Y esto se resume en una sola idea: más inversión en sanidad pública.
-Uno de los principales temas de estos casi cuatro años ha sido la reversión de la gestión de los departamentos de salud de Alzira y ahora de Dénia. ¿En qué punto se encuentra este último? ¿Dará tiempo a formalizarlo al completo antes de las elecciones?
-Sí. En breve esperamos cerrar el acuerdo que nos permita asumir la gestión del Departamento de Dénia. Al no ser una finalización del contrato, como lo fue Alzira, y al tratarse de una negociación antes de la finalización de la concesión, tenemos que hablar del proceso de compra, pero también de aspectos como las inversiones programadas por la empresa, la situación de los trabajadores o los servicios contratados y en vigor. Se trata de un proceso complejo, pero tanto la Generalitat como las empresas mantenemos un diálogo fluido y honesto, y alcanzaremos un acuerdo que satisfaga a todas las partes y contemple todos los aspectos que están implicados en el proceso, como por ejemplo, la situación del personal que trabaja en el Hospital de Dénia o en los centros sanitarios del departamento. Daremos todos los pasos necesarios para garantizar la asistencia a los pacientes y no mermar los derechos de los trabajadores.
-¿Mejorará la atención de los usuarios de Dénia con la reversión de la gestión?
-Sin duda. El primer objetivo de una decisión como revertir un departamento de salud siempre es mejorar la asistencia a los pacientes. La sanidad privada tiene su espacio, la colaboración público-privada es necesaria para ciertos servicios que ayudan a complementar la atención pública, pero lo que no podemos hacer es ceder parte de nuestra responsabilidad como administración pública. No es nuestro modelo. Cuando revertimos, no lo hacemos por capricho o por una cuestión arbitraria, sino para hacernos cargo de una responsabilidad que nos corresponde. Una cosa es contratar un servicio puntual o colaborar en Plan de Choque para reducir las listas de espera, y esa colaboración es positiva. Ahora bien, muy distinto es ceder una parte del territorio para que la gestione una empresa.
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-¿Qué experiencia han tenido en los primeros meses tras la reversión de Alzira?
-Asumir la gestión del departamento de la Ribera fue un compromiso de legislatura que hemos cumplido y que es coherente con la política de recuperación de la sanidad pública valenciana. Muchos recelaban de esta operación y anunciaban el desmantelamiento del hospital, y no ha sido así. En Alzira, desde abril de 2018, hemos invertido 7,8 millones de euros en infraestructuras y en equipamiento. Hemos adquirido un acelerador lineal para tratamiento de cáncer que ha supuesto una inversión de 3,2 millones de euros, un PEC-TAC para diagnóstico oncológico, tres equipos de radiología digital, dos ecógrafos o un mamógrafo. Pero también hemos acometido obras de remodelación en las plantas de Hospitalización, Consultas Externas y Urgencias, hemos abierto 15 salas de consultas nuevas y este año abriremos un nuevo quirófano. Se trataba, no solo de gestionar un hospital, sino también de los centros de salud y consultorios del departamento. En 2019, por ejemplo, hemos empezado los trámites para construir los consultorios de Corbera, Massalavés y Carcaixent, para reformar el de Riola, de Fortaleny y el centro de salud de Alberic, y para ampliar el centro de salud de Algemesí. Fortalecer la red de atención primaria nos va a permitir ofrecer una asistencia de proximidad y reducir la presión asistencial del hospital.
-Otro de los puntos en los que están trabajando en los últimos meses es la internalización del servicio de resonancias. Una vez que tienen el sí del informe del CJC, ¿qué hoja de ruta manejan y qué sucederá con los profesionales?
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-Hasta el momento nuestra prioridad era clarificar las posibilidades de reversión teniendo en cuenta los derechos de los trabajadores y salvaguardando siempre la seguridad jurídica. Cualquier paso en falso hubiera sido perjudicial para los trabajadores, para la administración y para la empresa. Una vez conocido el dictamen del Consell Jurídic Consultiu, que es quien nos traza la forma de proceder, vamos a elaborar el informe económico, a establecer el número de trabajadores que optan por la subrogación, a retomar las conversaciones con el comité de empresa y a planificar la subrogación desde el punto de vista asistencial y para configurar el expediente de creación de plazas.
-El personal de la Sanidad Primaria se queja de que algunos servicios han alcanzado el colapso estos últimos meses. ¿Cuándo se producirán las nuevas contrataciones anunciadas?
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-Esta misma semana hemos creado las primeras 87 plazas, correspondientes a las zonas con mayor presión asistencial: 47 médicos de familia, 21 pediatras y 19 enfermeras. Y en las próximas semanas, alcanzaremos las 307 plazas que acordamos en el Plan Especial de Atención Primaria. No se puede entender el estado de la Atención Primaria sin observar la progresión de inversión en los últimos años o las últimas décadas. No es una cuestión solo de la Comunitat Valenciana, sino de muchas autonomías, como estamos viendo. Y fundamentalmente se debe a que durante muchos años hemos tenido una visión hospitalocéntrica de la sanidad, donde los recursos y las inversiones se destinaban a Atención Especializada y se abandonaba la Atención Primaria. Esa tendencia debe cambiar progresivamente, pues está demostrado que reforzando a los profesionales de los centros de salud y de los consultorios se consigue una atención de calidad, con mayor rapidez y mayor comodidad para el ciudadano. Invertir en primaria supone dar una respuesta rápida al paciente y caminar hacia la sostenibilidad del sistema. Por fin en 2019 es la primera vez que la Generalitat Valenciana destina el 20% del presupuesto sanitario a la Primaria; en esta legislatura invertimos un 155% más que entre 2011 y 2015. Y además hemos puesto en marcha un Plan Especial con una dotación de 16,7 millones de euros.
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