Más de un siglo y medio de tradición

Vicente Bernabé lleva el oficio de hornero en la sangre. Sus abuelos, sus padres, sus hermanos y ahora el propio Vicente es el que se desvive por mantener la tradición familiar y artesanal del mítico Forn Sant Miquel de Moncada (Valencia). El negocio lo inició su abuelo durante la década de 1860 y acumula así más de un siglo y medio de experiencia y preocupación por satisfacer a sus clientes con los productos de la mejor calidad.

Por el horno han pasado tres generaciones muy arraigadas a un barrio popular y con vidas muy vinculadas al oficio desde muy pequeños, con inteligencia suficiente para actualizar una actividad comercial que ha sobrevivido a todo tipo de agresiones, desde la generalización de los supermercados con prácticas abusivas hasta la actual crisis del coronavirus. «Al que le gusta comer bien, no tiene problema en desplazarse y en venir aquí a Moncada ya que lo que busca es la calidad, hay clientes que vienen a propósito incluso desde Valencia», explica con contundencia y seguridad Vicente Bernabé.

En su afán por mantener la larga tradición familiar que ampara al Forn Sant Miquel, el actual propietario decidió recuperar, hace no mucho, una de las señas de identidad del oficio que ha aprendido desde pequeño. «Hace unos años fui a por la tradición con el tema del horno moruno, que es el horno de leña, el de toda la vida», argumenta.

«Este pan tiene una gran aceptación entre la gente aunque también hay muchos restaurantes que lo demandan, nosotros se lo suministramos con la mejor calidad posible», afirma satisfecho el cabeza de la tercera generación del Forn Sant Miquel de Moncada.