Acuarios: consejos y cuidados para comenzar

El desarrollo de nuevos espacios y técnicos hace que cada día sean más las personas que deciden contar en casa con un acuario con peces de todo tipo. Actualmente la acuariofilia, la afición a la cría de peces y otros organismos acuáticos en acuario bajo condiciones controladas, es una afición que puede llegar a altos niveles de conocimiento y sofisticación. Niveles que traspasan la frontera de afición para convertirse en una verdadera ciencia, pero que para un principiante pueden ser demasiado y causar que lo deje a medias.

Una de las primeras cuestiones a tener en cuenta es el tamaño. Los expertos recomienzan escoger el acuario más grande que quepa en casa o que se pueda costear. El tamaño en este caso importa, puesto que a la larga los acuarios grandes son más sencillos de mantener, se consiguen parámetros más estables en la salud del agua y, por supuesto, hay más espacio para la vida plantas acuáticas y peces, que se estresan menos.

Dentro de las cuestiones técnicas necesarias para el correcto funcionamiento del acuario se recomienza optar por un sistema de filtrado de tipo mochila, ya sea externo o interno, y adaptado al tamaño del tanque. En cuanto a la iluminación, lo mejor es optar por tubos de luz fluorescente o LED, pero su potencia dependerá de si se trata de agua dulce o agua salda, pudiendo tener un poco más en este último caso.

Para ubicar el acuario, lo mejor es buscar una zona de la casa en la que pueda tener luz natural, de cara a que las plantas puedan hacer la fotosíntesis, esté cerca de algún enchufe y, sobre todo, no esté cerca de corrientes y estufas.

Para la decoración interior no se recomienda colocar cualquier tipo de piedra o arena, sobre todo si estas proceden de un entorno natural y pueden venir contaminadas o excesivamente saladas, si se trata de rocas de playa. Para el fondo se recomienda colocar arena, grava o sustrato suavemente y crear algo de profundidad en el interior. En cuanto a las plantas, los expertos prefieren usar elementos naturales que, además de servir como elemento decorativo, puedan servir para que los peces jueguen, se escondan e interactúen. Eso sí, nunca sobrecargando el espacio.

Para llenar el acuario, se recomienda usar agua fría, que es la que menos gérmenes suele tener. Para que los peces vivan en las mejores condiciones es necesario tratar el agua con productos anticloro y acondicionadores. Lo ideal es llenar de agua y tratarla 15 días antes de colocar ningún pez, para que se vaya asentando y los animales no sufran ningún impacto al llegar al acuario recién estrenado.

Una vez estabilizado y con los peces viviendo en él, se debe cambiar el agua de forma parcial en intervalos de diez a 15 días, dependiendo del tipo de peces y del tipo de agua. En estos cambios se suele cambiar alrededor del 25% del agua total, pero en cada caso se puede utilizar una medida propia.

Con regularidad hay que controlar los niveles del agua, comprobando regularmente el PH, la dureza carbonatada (KH), la dureza general (GH), la cantidad de amoniaco, los nitritos y nitratos para ver si están en los niveles adecuados para la vida.

Para escoger peces, la recomendación es no comprarlos todos de golpe e introducirlos poco a poco en el acuario. Habrá que tener en cuenta la compatibilidad de razas y tipos de peces con el hábitat que se ha construido.

Otro punto esencial es la alimentación de los peces, se recomienda no alimentarlos el primer día y esperar al día siguiente. Es conveniente proporcionar pequeñas cantidades a menudo y evitar la sobrealimentación a cualquier hora del día.