Bajar el río a toda velocidad

La Comunitat Valenciana presume de tener rincones para todo tipo de turismo. Lo mismo ofrece playas paradisiacas o calas tranquilas como senderos naturales o experiencias únicas. Por eso no es de extrañar que el interior de la Comunitat también encierre espacios para practicar actividades como el rafting, uno de los deportes de aventura que más adeptos ha ganado en los últimos años.

El rafting consiste en descender por un río a bordo de una embarcación a remo. En este caso los remos se utilizan para nivelar y dirigir la balsa o canoa mientras se produce el descenso, puesto que para ello se utiliza la propia fuerza del caudal del río. La bajada suele implicar ciertas dificultades y ahí es donde reside lo atractivo de la actividad: hay que esquivar las rocas que van apareciendo en el curso del río, las turbulencias que va generando la corriente y que van cambiando según el día, y los desniveles producidos por el terreno y el caudal de agua que lleve el río en esa época del año. Cuando se habla de descender se hace de forma literal puesto que, para que la actividad sea todo lo divertida que se busca, se necesita iniciar la bajada a una cierta altura, con ríos que tengan un cauce que baje desde una cima o parte alta bastante pronunciada hasta una parte más baja con un desnivel considerable. Esa pendiente es la que hace que la embarcación gane velocidad sobre el agua, convirtiendo un simple paseo en una actividad deportiva que, eso sí, conlleva cierto riesgo que hay que tener en cuenta.

El rafting es una actividad que está especialmente pensada para disfrutar en grupo, por lo que la mayoría de empresas que se dedican a preparar salidas de este tipo ofrecen paquetes para familias y todo tipo de grupos, que pueden estar juntos durante todo el descenso. Su popularidad ha hecho que se pueda practicar durante todo el año, en zonas como los ríos Cabriel y Mijares, los dos núcleos del rafting en la Comunitat Valenciana.

El curso del Cabriel es el que tiene tramos más largos navegables y más aptos para la práctica de deportes de aguas bravas en la Comunitat. Tal y como recuerdan desde la Agencia Valenciana de Turismo, la zona cuenta con los tramos estrella para la práctica del rafting en la región, los que transcurren por las hoces del río Cabriel, reserva natural que separa las provincias de Cuenca y Valencia. La cercanía de la zona a grandes núcleos urbanos ha provocado que se haya convertido en los últimos años en uno de los lugares de referencia para el rafting recreativo en nuestro en la península Ibérica. Son numerosas las empresas que ofrecen multitud de paquetes de multiaventura en los que el descenso río abajo forma parte del menú, junto a la navegación en canoa, el kayak o el descenso en aguas bravas, entre otros deportes de aventura. Miguel Ángel es uno de los que ha probado la zona y la recomienda: «Fuimos hace unos años un grupo de amigos bastante amplio y ninguno lo había probado. Nos gustó tanto que hemos vuelto casi cada año y ya aprovechamos la época en la que mejor está el río para que la experiencia sea perfecta». Para quien quiera planificarse, de marzo a octubre esta zona está en pleno apogeo, siendo septiembre la mejor época.

La zona del río Cabriel está considerada como una de las mejores de España y dispone de tramos aptos para todo tipo de público, con niveles entre dos y tres de dificultad, y con actividades pensadas para familias, escolares, principiantes, grupos de amigos o amantes del rafting que buscan algo más de emoción. El caudal está controlado río arriba, por lo que las sueltas de agua hacen que varíe en forma y cantidad, por lo que es interesante informarse antes de acudir e informarse en alguna de las muchas empresas que trabajan en la zona.

La cuenca del río Mijares es la otra gran zona de la Comunitat Valenciana en la que se puede disfrutar del rafting, sobre todo en el entorno de Montanejos, en la provincia de Castellón. Se trata de un entorno natural único y con zonas de rápidos muy intensos y divertidos, recomendados como algunos de los rápidos comerciales más potentes de la zona mediterránea. Zonas como el estrecho de Chillapájaros, un tramo ameno y veloz que se ha convertido en una de las estampas más icónicas de la comarca, sobre todo para los amantes del deporte extremo.

«El rafting es una actividad ideal para cualquier tipo de persona», destaca Miguel Ángel desde su experiencia como practicante. «Da igual que no sepas nada, que vayas con poca o con mucha gente, al final si te dejas guiar por un monitor que sepa por dónde vas en todo momento, la experiencia es muy buena y dan ganas de repetir», recomienda. Y es que ponerse en manos expertas es la gran recomendación para practicar una actividad deportiva que nunca se recomienda abordar en solitario.

El descenso siempre se realiza por ríos con un fuerte caudal y a bordo de balsas neumáticas que tienen capacidad para varias personas pero no gozan de una gran estabilidad. De ahí que sea muy importante el trabajo en equipo, puesto que en todo momento es necesario controlar la embarcación y dirigirla en una acción coordinada de los remos de todos y cada uno de los miembros del equipo. Si esto no se lleva a rajatabla, se corre el riesgo de acabar en el agua, aunque todas las empresas que se dedican profesionalmente ofrecen equipos de seguridad básicos con trajes de neopreno y chalecos salvavidas.