EXTRAS
Jueves, 28 de junio 2018, 02:27
El comercio de especies mueve entre 8.000 y 20.000 millones de euros al año y es una de las principales causas de pérdida de biodiversidad en el mundo, y España juega un papel «clave» en ese tráfico ilegal, no solo por ser puerta de entrada para muchas mafias, también como relevante importador de animales. Entre los años 2006 y 2016 se importaron en nuestro país unos 4,5 millones de especímenes amparados por el convenio internacional Cites contra el tráfico de especies protegidas, y es además el principal país de destino de pieles de reptil del mundo o uno de los principales canales de distribución de ejemplares vivos de reptiles y de aves, como rapaces y loros.
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Los datos se ponen de relieve en el informe 'El negocio de la extinción en España', realizado por la organización WWF dentro de la campaña 'Stop Tráfico de Especies', que cuenta ya con casi 60.000 apoyos para pedir que el Gobierno central dé la máxima prioridad a un problema que por volumen de negocio se compara ya con el tráfico de drogas o armas.
En el tráfico de especies que pasan por España destacan los reptiles, con 2,5 millones de unidades entre 2006 y 2015, seguido de plantas, con 1,7 millones, y de mamíferos, con cerca de 92.000 ejemplares, según los datos facilitados por la organización ecologista, que ha observado que 2,3 millones de esos ejemplares eran vivos. El informe destaca, además, que de los casi 9.000 objetos pertenecientes a trofeos de caza se requisaron 1.095 correspondientes a elefantes africanos, especialmente protegidos.
El secretario general de WWF España, Juan Carlos del Olmo, ha subrayado que el ritmo de destrucción de la biodiversidad mundial es entre 100 y 1.000 veces superior al que sería natural, y ha advertido de que el planeta se enfrenta a una «sexta extinción», en la que «el meteorito somos nosotros mismos». Del Olmo ha señalado que «el tráfico ilegal de especies es un problema de seguridad mundial, debido a la conexión que existe entre las redes mafiosas que trafican con animales y las redes criminales de muchos países». Según el responsable de WWF, España ocupa un lugar «determinante» en ese tráfico mundial como puerta de entrada de muchos animales procedentes de África y de América Latina, por lo que ha pedido al nuevo Gobierno que afronte este problema como una «prioridad».
El estudio de la organización conservacionista revela también que España es un «importante productor» y exportador de aves rapaces, sobre todo diurnas, con destino a países de Oriente Medio para su uso en artes como la cetrería, y un importante «reexportador» de pieles de reptiles, que son curtidas y acabadas en el país. Casi un tercio de las pieles con las que se trafica en todo el mundo acaba en España, según los datos de la organización, que ha subrayado que el resto de incautaciones corresponden a animales vivos como mascotas, y destaca en este sentido la tortuga mora que se importa desde el norte de África.
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El informe cita el caso de las angulas como el más importante del tráfico ilegal de peces en España y como la única especie autóctona con la que se trafica de forma ilegal, debido a la enorme demanda de esta especie desde países como China, que las ha incorporado a su mercado gastronómico y donde un kilogramo puede alcanzar los 1.500 euros en el mercado.
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