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Lola Soriano Pons
Valencia
Miércoles, 6 de marzo 2024, 00:28
Los artistas falleros están terminando los últimos detalles antes de sacar las fallas a la calle, otros, los de la sección Especial, ya están cargando ... tráilers o planificando el transporte que harán entre este martes, como el caso de L'Antiga, o de miércoles a sábado, y con las fallas por plantar, en muchos talleres ya ha empezado a sonar el teléfono y la pregunta siempre es la misma: «Somos de una comisión de falla. Queremos hablar contigo para ver si nos puedes hacer la falla del año que viene».
Las comisiones ya han empezado a hacer consultas y a mover el mercado de fichajes conscientes de que cada vez es más difícil encontrar un artista. La verdad es que razón no les falta y los artesanos ya advierten que si para este año ha sido complicado, de cara a las Fallas de 2025 todavía será más complicado.
La razón es muy sencilla: Son muchos los artistas falleros que de cara al año que viene han decidido hacer menos cantidad de proyectos y puede que más de una comisión se encuentre con la sorpresa de que no encuentre quien le firme la falla.
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Y es que los talleres están asfixiados y, después de comprobar que no por hacer más fallas se gana más dinero, han pensado que es mejor coger menos encargos falleros y abrirse mercado en la decoración de negocios, ferias, interiorismo e incluso haciendo colaboraciones con artistas plásticos.
En un recorrido por la Ciudad del Artista Fallero, son muchos los testimonios que confirman el problema. Por ejemplo, en el taller de José Luis Platero, el artista detalla que «hace seis o siete años llegué a hacer once fallas. Este año hago tres infantiles: Plaza de Honduras, Palleter y la infantil de la sección Especial de Malvarrosa».
Asegura que ha tenido que ir bajando el ritmo porque «se están manejando presupuestos parecidos a hace diez años en las comisiones, cuando los gastos de material se han duplicado, el transporte se ha encarecido, al igual que el gasto de personal, el alquiler del taller, los autónomos....». Reconoce que tuvo que decir en algunas comisiones que no continuaba con ellos «porque si la inversión sigue siendo la misma que hace una década, tienes que crear conforme el dinero que tienes y al final ni puedes competir en premios ni puedes hacer los mismos volúmenes».
Ante esta situación, Platero explica que al final «somos una empresa. Hay trabajos de decoración, festivales, encuentros o marquetería, por ejemplo para los letreros de negocio, que suponen una semana de trabajo y se lo llevan y al final tienen el mismo presupuesto que una falla, un encargo que te lleva todo el año y que además tienes que almacenar».
Manolo Martín, artista que ya hace años apostó por hacer decorados para carnavales de las islas Canarias y que trabaja para ferias, arquitectos o decoraciones, y que ocasionalmente crea fallas, describe que para este año «hago la falla grande e infantil de Mossén Sorell-Corona y ejecuto la de Plaza del Árbol con diseño de Miguel Hache».
De forma muy clara advierte que ya «este año hay fallas que han tenido complicado encontrar artista porque las fallas ya no dan un mínimo para sobrevivir y el año que viene veremos. En cambio, gente que ha tenido muchas incidencias en la plantà está firmando fallas por un tubo», en referencia a personas no agremiadas y con más o menos profesionalidad, que están cogiendo muchos encargos.
Vicente Martínez Aparici ya anunció la semana pasada, durante la cena de la comisión Cuba-Literato Azorín, que cierra este año el ciclo en la máxima categoría. Afirma que llevaba tiempo pensando en descansar de la sección Especial y es ahora cuando ha llegado el momento.
El artista de Burriana afirma que este año, además de crear fallas, se ha abierto camino también como profesor de FP de artista fallero y construcción de escenografías en Benicarló y que ha ido combinando «por la mañana el trabajo en el taller y, por la tarde, la docencia, porque comencé a dar clase en noviembre y para poder hacer todo viable he trabajado en al taller hasta los sábados y domingos».
Por eso, ha decidido de cara al año que viene hacer un alto en Especial «que no sé si será de uno, dos o tres años. Y combinará la docencia con fallas de otras secciones».
Este año además de la falla de Cuba, planta en Port de Silla, también en Especial, y en Burriana. Detalla que hoy en día «no por hacer más fallas ganas más y para cubrir los sueldos y gastos de material y demás necesitas unos 200.000 euros».
También coincide en señalar que cada vez costará más encontrar artista. «En Burriana, por ejemplo, hace años había muchos artistas y ahora hay muchos que se han jubilado o les queda poco y hay gente joven que necesita tiempo, rodaje». También hay artistas, como Xavi Ribes, que dejó de hacer fallas para dedicarse íntegramente a la docencia en el ciclo de Fde artista fallero.
Cabe recordar que Martínez Aparici ya con 21 o 22 años plantó su primera falla de Especial en Malvarrosa, donde estuvo dos años. Ha estado en plazas como L'Antiga, Mercado Central, Pizarro-Cirilo Amorós, El Pilar y Cuba.
En el taller de Ximo Esteve también confirman el peligro de quedarse sin artistas. «Hay años que he llegado a hacer diez fallas. Este año son seis, pero de cara al año que viene igual son cuatro y tendré que bajar la volumetría porque el coste de los materiales se han duplicado y los presupuestos son similares a los de una década atrás». También reconoce que incluso «hemos llegado a firmar en mayo y luego han ido subiendo los costes y no hay cláusulas de revisión».
Este artista, al que le quedan dos años para jubilarse, opina que habría que exigir «un mínimo de tanto por ciento de los presupuestos de las comisiones para las fallas, que es el elemento central de la fiesta porque en algunos casos no supera el 5% o 10% de la inversión cuando debería ser el 25% o el 30%, y en cambio, hay algunas que cada vez son más festeras».
Otro artista al que le quedan pocos años para bajar la persiana, entre uno y tres, según los ánimos, es Pepe Latorre. Llegó a hacer en un año hasta ocho fallas, incluida la falla municipal, pero este año sólo hace una, la de Castielfabib. «Ya no renta hacer fallas. Estamos haciendo decoraciones y colaboraciones con artistas plásticos como Dulk, Brian Fallon, Nano....».
Dos artistas jóvenes, Cristian García Carrasco y Javi Rico, ambos formados en la FP de artista fallero y construcción de escenografías, lo tienen claro. «Si te pagan 15.000 euros, hay que hacer la falla por ese valor, no por más porque hay que hacer rentable el negocio». Lo mismo dice Javi, «es momento de ser inteligentes y hacer valer nuestro arte y crear conforme el presupuesto». Cristian también detalla que este año, además, muchas de sus fallas se plantarán al tombe, para hacerlo de forma más tradicional y para ahorrar los costes de las grúas.
Cristian hace este año trece fallas y Javi siete. Y si bien explican que la idea es mantener los encargos, Javi añade que al final se tendrá que ir apostando por hacer fallas infantiles que precisan menos almacenaje y menos grúas. Y reconocen también que muchas fallas están llamando ya para preguntar por las Fallas de 2025.
José Ramón Devís también coincide en señalar que no cesan de recibir llamadas de comisiones. «En Navidad ya estaban llamando para preguntar por 2025. Es raro la semana que no llaman, pero seguiré apostando por hacer tres fallas porque »si coges más, o tienes que coger trabajadores o te vuelves esclavo del taller, y no sale rentable«.
En la calle del Foc tiene el taller Javi Álvarez-Sala Salinas. Este año firma cinco fallas grandes y dos infantiles, pero igualmente anuncia que el año que viene «cogeré menos faena porque de lo contrario, hay que coger gente y prefiero tener los encargos que pueda hacer yo mismo».
Describe que desde hace dos meses «que vienen llamando fallas de Torrent, Alaquàs, Xàtiva, y llegará el momento que no encuentren artista porque los presupuestos casi no suben y los materiales han aumentado entre un 100% y 200%.
En la misma Ciudad Fallera, Manolo Algarra Viguer, que quiere abrir el taller para las Fallas de 2025, ya indica que su idea «es hacer el año que viene dos fallas, no más». Reconoce que el sector está sufriendo una transformación «y hay que reconvertirse o morir. Eso pasa por repensar el modelo y también cambiar la visión que los demás tengan del artista». Es decir, hay que reivindicarse.
Otro artesano, 'Z' (Zvonimir), que se ha especializado en escenografía y pintura escénica añade que en el sector «se está viviendo un proceso de transformar lo artesanal en industrial, y es algo que no pueden hacer todos los artistas y talleres y muchas de las naves no están habilitadas para ese proceso. Además, también es un tema de organización y ver las horas que se invierten en las fallas».
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