El Ayuntamiento retira un contenedor publicitario de la plaza de la Reina por incumplir el bando fallero

El Ayuntamiento ha ordenado mover de la zona un contenedor publicitario de grandes dimensiones que se encontraba alojado en la plaza de la Reina por designio de una comisión fallera. El Consistorio ha alegado que la retirada del trailer publicitario de Ikea se debe a múltiples incumplimientos de normativas como el bando fallero, la ley de protección de patrimonio o el plan de emergencias municipal.

La empresa de mobiliario afincada en Países Bajos había descargado el contenedor en mitad del enclave a primera hora de la mañana. Sin embargo, el Ayuntamiento ha instado a la comisión fallera implicada a retirar de inmediato el reclamo publicitario dado que no contaba con la autorización municipal pertinente. El emplazamiento de este contenido, tal y como ha explicado el Consistorio, no está permitido por el bando fallero, el documento que durante estos días rige la fiesta y, por extensión, gran parte de la ciudad. «Quedan excluidas de la zona autorizada para cada comisión macroconciertos, autobuses o trailers promocionales», han explicado fuentes municipales.

Asimismo, el trailer promocional estaba situado en medio de la plaza de la Reina, un espacio patrimonial protegido al estar situado en el centro de Ciutat Vella. Por ello, fuentes municipales informan que, para poder instalar un contenido publicitario de estas características, sería necesario el visto bueno de la Comisión de Patrimonio municipal mediante un informe.

El tercer incumplimiento legal en el que habría caído la empresa de mobiliario anunciada en el contenedor es quebrantamiento de los requisitos del plan de emergencias de la zona. El Ayuntamiento defiende que el contenido publicitario de grandes dimensiones situado en el centro de la plaza de la Reina habría dificultado el desalojo de la plaza en caso de registrarse cualquier tipo de emergencia que hiciera necesaria la evacuación rápida de la glorieta.

El año pasado la misma firma también desató la polémica. En este caso, el detonante fue la ocupación de otro espacio público como es la acera de la ciudad durante todas las Fallas. La compañía llevó a cabo su proyecto por un importe total de 35.000 euros abonados al Ayuntamiento entonces gobernado por Ribó y con Carlos Galiana al frente de la Concejalía de Cultura Festiva.

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