L. S.
Valencia
Martes, 5 de marzo 2024, 14:15
La concejalía de Sanidad y Consumo del Ayuntamiento de Valencia ha realizado esta semana inspecciones a puestos de venta de churros y buñuelos para comprobar que todos cumplan con las medidas higiénicas sanitarias que marca el Bando Fallero.
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Para estas Fallas son 158 los puestos de venta de churros que están instalados en las calles de Valencia desde el día 24 de febrero hasta el 19 de marzo; 136 corresponden a puestos de fallas y 22 corresponden a bares.
José Gosálbez, concejal de Sanidad y Consumo, durante las inspecciones realizadas ha informado que levan «hasta el momento 300 controles y vamos a seguir haciéndolos hasta el 19 de marzo, porque la salud de los valencianos y de los visitantes durante estas Fallas son una prioridad para esta concejalía».
Los inspectores técnicos miden la calidad del aceite con un medidor de compuestos polares y todos los puestos tienen que estar conectados a la red municipal de abastecimiento de agua, «es condición fundamental y somos muy estrictos en el cumplimiento de la normativa», ha asegurado Gosálbez.
De los 300 puestos controlados, sólo se ha detectado uno que no tenía la toma de agua, requisito imprescindible para poder abrir, por tanto no se le ha dado permiso para la venta y, o tendrá que solucionar este problema, si quiere tener permiso, o tendrá que cerrar.
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Cabe destacar que son siete los técnicos y un supervisor los que están realizando estas tareas y que son entre 28 y 29 los puntos de venta que tendrá que analizar cada técnico y que «cada dos o tres días irán pasando de forma aleatoria por las churrerías de la ciudad para comprobar que cumplen las medidas», según fuentes consultadas. Por lo tanto, no sólo se queda en la visita de inspección realizada al inicio de las Fallas y ya está, sino que se irán haciendo de forma continuada mientras duren las fiestas, incluso en sábado y domingo.
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En cuanto al número de puestos que se han instalado estas Fallas, cabe destacar que en la ciudad ha aumentado en 18 el número de puestos con respecto al año anterior y desde el área de Sanidad y Consumo se realizan inspecciones de manera periódica. Como ha indicado el regidor, «ya son casi 300 las inspecciones realizadas hasta la fecha. Se realizan de manera aleatoria, es decir, por sorpresa y pueden ser a cualquier día de la semana y a cualquier hora».
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Los ocho técnicos que realizan las inspecciones supervisan las condiciones sanitarias de cada puesto. Controlan que se cumplan las prácticas de manipulación, la conexión de red, que dispongan de calentador de agua, de grifo de accionamiento no manual y que se utilicen toallas de un solo uso. También se toman muestras de agua en el momento para comprobar el estado microbiológico y químico.
El concejal ha aclarado que no solo controlan «la cuestión del aceite o del acceso del agua, también controlamos los precios y es algo que nos parece fundamental por los derechos de los consumidores».
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Gosálbez ha especificado que desde el área de Consumo «se comprueba que todas las churrerías tengan en lugar visible la lista de precios, dispongan de hojas de reclamaciones y que se emita ticket si lo demanda el cliente. Actuamos en favor de la protección de los derechos de los consumidores».
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