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Fallero coloca flores a la Virgen de los Desamparados durante la Ofrenda 2023. Jesús Signes
El calor encarece los claveles de la Ofrenda y obliga a traerlos de Holanda

El calor encarece los claveles de la Ofrenda y obliga a traerlos de Holanda

Las altas temperaturas provocan escasez de producto nacional y obligan a las floristerías a acudir a Países Bajos para importar, a mayor precio, las cantidades necesarias

Gonzalo Bosch Rodríguez

Valencia

Jueves, 14 de marzo 2024, 00:26

Con la llegada de las Fallas, son muchos los fanáticos que esperan con ansia el día de la Ofrenda. El momento de presentarse ante la Virgen de los Desamparados y completar su manto con el ramo que portan las falleras es, para muchos, el momento más especial de la fiesta. Sin embargo, este acto conlleva un coste. Todas las comisiones necesitan de una cantidad suficiente de ramos de clavel, por lo que la demanda por estas fecha se dispara. Para 2024, el precio del clavel ha aumentado un 20%, con un coste durante este año que va entre 1€ y 1,50€. El cambio climático, como viene a ser habitual en los últimos años, es uno de los principales responsables de estas subidas.

Según nos comenta Carlos García, de 'Amanda Flores', el clavel que cubre el manto de la Virgen de los Desamparados es una flor natural que se cultiva en épocas de primavera y otoño. Con las altas temperaturas de los últimos años, la producción nacional de esta flor resulta escasa para abastecer la demanda valenciana durante la fiesta fallera. Esta situación vuelve a poner en jaque el manto de la patrona de Valencia. Y es que, ya en 2023, esta escasez provocó que no hubiera claveles suficientes para cubrir la imagen de la Geperudeta. La solución escogida el año pasado, tanto por el Gremio de Floristas de la Comunitat como de los vestidores del manto de la Virgen, fue sustituir los claveles blancos por margaritas. Para este curso, la decisión ha sido importar los claveles de Holanda.

«Los holandeses tienen monopolizado el mercado de la flor en toda Europa», explica Carlos García. Según el florista, Países Bajos tiene muy controlado el funcionamiento del sector. Mediante grandes inversiones en invernaderos y cultivos en Sudamérica, el país europeo es capaz de tener flores naturales en cualquier momento del año. Sin embargo, en España eso no es posible. El año pasado ya comentó el Gremio de Floristas que la subida de los costes de producción en España provocó en los cultivadores nacionales no arriesgar capital en la producción de un producto tan perecedero. «En España esos riesgos no los podemos tomar, la situación del gremio es similar a la de los agricultores», defiende Carlos García. El florista asegura que hacer esos esfuerzos económicos sólo es posible para grandes superficies, y en eso los holandeses son los líderes. «La flor es un producto muy estacional y perecedero, según el tipo puede tener una volatilidad de un año a otro del 100%», asegura.

También en 2021, con las fallas 'improvisadas' de septiembre tras la pandemia, desde Junta Central Fallera tuvieron que buscar soluciones para llenar el manto de la virgen y esquivar la escasez. En ese año, las altas temperaturas durante la primavera y el alto precio del clavel de importación, obligaron a dibujar un ropaje multicolor para la patrona, ante la imposibilidad de conseguir claveles blancos suficientes. Este año se ha previsto dicha escasez, y dada la situación se ha importado con tiempo el producto de Holanda. «La mitad del precio de la flor es la energía que consumen las cámaras frigoríficas de conservación, los aviones de transporte o el agua que las mantiene», sentencia Carlos García. En consecuencia, el precio del clavel sube un 20% este mismo año. La importación tiene un coste y este año se nota todavía más.

Pese a los gastos de producción, el florista valenciano también avisa: «los holandeses tienen tan controlado el mercado que saben cuándo son Fallas, conocen la demanda y suben aún más los precios». De hecho, según su experiencia personal, García ha notado subidas incluso de un 30% o 40% de otros tipos de flor, únicamente por las fechas que son: «el lilium o la rosa, que utilizamos para canastillas o carros de la Ofrenda, han subido sólo para los mayoristas nacionales». Además, el florista lamenta la situación, como en el caso del cultivo de los alimentos, por la pérdida de tradición valenciana: «tradicionalmente Valencia ha sido la cuna en España de la producción de flor natural, es una pena que los excesivos costes de producción entierren un gremio tan característico de nuestra tierra».

Con la situación actual, Murcia y Almería son las regiones que mayor producción de flor natural poseen. Las altas temperaturas de los últimos años en España hacen cada vez más complicado este tipo de cultivos. La demanda de las fiestas populares es difícil de alcanzar y la importación surge como posible solución para llegar a los números deseados. A cambio de esta 'solución', las flores se venden más caras y se mantiene arrastrado un problema que ya viene a ser habitual los últimos años.

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