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Una churrería instalada en la plaza dels Porxets. Damián Torres

Los comerciantes reclaman limitar las dimensiones de las churrerías para no tapar los escaparates

El concejal de Fallas reconoce que «quizás no era el momento adecuado» para las inspecciones en plena plantà pero «es cuando están trabajando»

Lola Soriano Pons

Valencia

Miércoles, 13 de marzo 2024, 00:23

La asociación de Comerciantes del Centro Histórico de Valencia quiere que el Bando de Fallas del próximo año contemple una limitación de las medidas de ... los puestos de venta de masas fritas.

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Afirman que en muchos de los casos las paradas cuentan con un sobreelevado o cartel de grandes dimensiones que acaba «por ocultar todos los escaparates de los comercios», detalla Julia Martínez, gerente de la entidad.

Los comerciantes detallan que en el Bando de este año «no figuran las dimensiones máximas de estos puestos de churros, pero cada vez más tienen carteles con pancartas muy altos o decoraciones de cañizo que elevan el volumen que ocupan en la vía pública y no dejan ver los escaparates de los comercios que pagan impuestos todo el año».

Uno de los afectados es Ximo Martínez, que regenta una tienda de textil y zapatería en els Porxets. «La churrería que han instalado tiene un gran anuncio arriba de los churros y llega a medir seis metros. Se convierte en una muralla porque desde la entrada por la calle María Cristina, no deja ver la tienda. De este modo, sólo pueden entrar a comprar los clientes que ya me conocen, porque los demás, como no pueden ver la tienda, pues no entran».

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De hecho, el lunes pidieron la mediación policial, «pero no se llegó a acuerdo y tendremos que dar pasos legales. De hecho, hoy mismo vendrá un notario a levantar acta», añade. Y argumenta que en los puestos de alimentación «se recoge que la altura máxima es de 3,5 metros, pero ellos dicen que no hace referencia a masas fritas».

La cuestión, como detallan desde la asociación de Comerciantes del Centro Histórico «es que en el Bando del año que viene queremos que consten unas limitaciones de altura porque, además, este año por ejemplo, en el apartado de mercados, se incluye que los puestos pueden tener una altura de hasta 3,5 metros y aún así nos parece que es una altura excesiva. Tanto en el caso de las churrerías como en el de los mercados, debería de ser menor, para no interferir con los comercios locales».

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Según detallan desde la entidad de comerciantes «a la hora de preparar el Bando no se debería de excluir un tema tan importante como es la imagen de los puestos que vienen y no pueden tapar escaparates de forma innecesaria».

Además, recuerdan que hay un «plan especial de Ciutat Vella que a los comercios nos obligan a cumplir temas de decoro, de toldos, colores de fachadas y demás y no puede ser que en Fallas no se exija lo mismo».

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Cabe recordar que esta asociación de comerciantes ya sugirió también que las churrerías «deberían de tener extractores de humo, como se exige a los puestos de comida en Valencia porque estos días la ciudad huele a fritanga».

Preguntado por las churrerías que suponen un impacto visual, por estar situadas junto a edificios protegidos de Valencia como el Mercado Central, las torres de Quart o la Lonja, el concejal de fallas, Santiago Ballester, responde que hay «churrerías que instalan las comisiones y tienen el permiso de esta concejalía y todas ellas cuentan con el visto bueno de los distintos servicios, como Policía Local o Bomberos».

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También ha detallado que hay otras churrerías que son las que solicitan los hosteleros «y el permiso lo conceden desde Dominio Público. Pediremos un informe para ver cuántas son, si son más o menos que el año pasado y veremos si tenemos que tomar medidas o no».

En todo caso, ha insistido en que todas cuentan con la supervisión de los servicios municipales. Y a la pregunta de si se evitará el impacto visual que algunas presentan, al estar al lado de monumentos, Ballester ha indicado que es «cierto que algunas visualmente llaman la atención, pero son 900 los millones de euros de impacto económico que deja esta gran fiesta en la ciudad».

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Cabe recordar que en una reciente inspección sanitaria a las churrerías, desde Sanidad se dijo que de las 158 churrerías instaladas este año, 136 eran de fallas y 22 del sector de la hostelería.

Inspecciones

En su comparecencia del edil de Fallas este martes para recordar las recomendaciones a la hora de disparar petardos de uso recreativo, Ballester también ha sido preguntado por las inspecciones de Trabajo realizadas en plena plantà en las plazas de Especial y Primera. Sobre este tema, ha respondido que estas inspecciones «vienen del Ministerio de Trabajo. Han valorado temas de seguridad y salud. Quizá el momento de la inspección no es el más adecuado, pero es cuando están trabajando. En todo caso, no corresponde a la Generalitat ni al Ayuntamiento».

Justificación de la tardanza de las vallas de la Lonja

También se ha cuestionado el hecho de la tardanza en poner las vallas de la Lonja. A la cuestión de si debería de haber puesto antes, ha respondido que si «el año que viene se puede poner antes, pues bien» pero acto seguido ha justificado el hecho y ha apuntado que este «año por el trágico incendio de Campanar se ha trastocado la agenda, pero ya está todo el vallado».

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También ha justificado la tardanza alegando que el vallado «lo han puesto en cuanto les han suministrado las vallas» y ha añadido que este año se está limpiando todas las noches la zona «porque ha habido un refuerzo de la limpieza y la desinfección de esquinas y de las zona».

Incluso ha afirmado que las comisiones de este entorno histórico «no hacen verbenas, lo han ido cambiando por tardeos porque las comisiones siempre apuestan por la convivencia y el buen funcionamiento de la fiesta».

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También ha hecho un llamamiento para que las personas que visitarán Valencia, ya que se esperan 1,3 millones de personas, «tienen que ser más cívicos y tienen que tener en cuenta que va a haber un especial control en toda la zona de Ciutat Vella y en toda la ciudad».

Ballester ha recordado las palabras de la alcaldesa, María José Catalá, que el lunes indicó que van a ser muy contundentes con las personas que tengan actitudes incívicas y se pueden llegar a imponer multas por valor de 750 euros.

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