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J. Monzó

Consuelo deslumbra con un 'Rosa Oporto'

La exaltación aprueba en el Palacio de Congresos a pesar del ajustado escenario

Lola Soriano

Valencia

Sábado, 25 de enero 2020

El secreto mejor guardado se desveló poco antes de las cinco y media de la tarde, cuando Consuelo Llobell salió de su casa, junto a su corte de honor, que se encargó de hacerle un pasillo para que desfilara por primera vez con el espolín. El color elegido es el 'Rosa Oporto', un tono poco común en la gama que han lucido las falleras mayores de los últimos años y con un significado especial para Consuelo, ya que es el mismo color que eligió su madre cuando fue fallera mayor en su día. El que ya es el primer traje oficial que luce como Fallera Mayor de Valencia es obra de Vives y Marí y ha sido elaborado por la indumentariasta Serrano y Navalón siguiendo el estilo del siglo XIX. También lució una puntilla bordada sobre tul de algodón muy ligero que proporciona una espectacular caída. Visiblemente emocionada por los aplausos antes de poner rumbo al Palacio de Congresos, Consuelo recibió una visita muy especial justo antes de subir al coche. Su abuela paterna, también de nombre Consuelo, acudió a su domicilio para ver a su nieta ya convertida en la máxima representantes de las Fallas de este año 2020. Y ahí no pudo contener las lágrimas tras fundirse en un emotivo abrazo con ella antes de poner rumbo al acto.

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También acudió a la puerta del domicilio Mari Carmen Mollà, la que fue fallera mayor de Valencia hace 33 años, precisamente también en representación de la misma comisión que la protagonista de este ejercicio fallero, de Albacete-Marvá.

De ahí puso rumbo a la Plaza del Ayuntamiento, donde la esperaba un espectacular coche de época en el que recorrió los últimos metros con el concejal de Cultura Festiva, Pere Fuset, hasta el nuevo escenario elegido por la Junta Central Fallera, tras el cierre del Palau de la Música por las obras tras los desprendimientos de su techo, el pasado otoño.

A su llegada a un abarrotado auditorio, Consuelo Llobell saludó al alcalde de Valencia, Joan Ribó, que la esperaba junto al conseller de Política Territorial, Arcadi España, y el concejal de Turismo, Emiliano García.

La otra protagonista de la noche, que este domingo vivirá su gran día, fue la fallera mayor infantil de 2020, Carla García Pérez, que hizo su entrada con un espolín de nombre 'Jerusalén', de la firma sedera Garín, en color hueso, con metal dorado y flores destacadas en azul, acompañadas de otras en tonos cálidos, confeccionado por La Joia Indumentaristes.

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J. Monzó

.La principal novedad de este año, con el cambio de escenario del Palau de la Música por el Palacio de Congresos logró el aprobado y a pesar de las dudas sobre la organización, todo transcurrió dentro de la más absoluta normalidad, con algunos pequeños problemas de espacio en el escenario. Además, con el cambio de ubicación llegó también el de día y hora.

Ya una vez comenzado el acto, destacó que la modernidad del edificio del Palacio de Congresos se impregnó de notas musicales y voces valencianas que por un momento parecieron transportar al público a las raíces valencianas más profundas. La Banda Municipal de Valencia, dirigida por Rafael Sanz-Espert, estuvo acompañada por voces prodigiosas como las de Patxi Ferrer, que ya cantó el himno en el Palau de la Música en una ocasión y Xavi de Bétera y además se dio un aire muy tradicional porque se acompañó de las danzas del grupo Alimara.

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Entre las anécdotas del acto de la exaltación, cabe destacar que la niña que portó el cojín con las bandas fue Aitana Hernández, que compartió reinado con Consuelo en Albacete-Marvá y el joven que acomodó a la fallera mayor fue Lucas García, su presidente infantil. En la entrega de flores, una anécdota fue que la canasta que entrega el Ayuntamiento de Valencia ponía en la cinta 'Valecia', sin la 'n'.

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