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Las riadas del pasado 29 de octubre dieron un golpe casi mortal a varios artistas falleros que, a pocos meses de plantar sus fallas, vieron arrasados sus talleres con todos los ninots y remates que había en ellos. «Me llamaron para ver cómo estaba, y lo único que me salió decir fue que aquello era mi ruina», explica Josué Beitia, artista de Paiporta que vio cómo las aguas se tragaban tres fallas enteras que tenía acabadas y listas para pintar, el último paso de un proceso que dura meses y arranca prácticamente el día posterior a la cremà, en marzo.
Beitia y otros dos artistas falleros, Vicente Herrando y Miriam García, cuentan su historia al presentador Eugeni Alemany en el documental 'Valencia on faller', creado por Ambar, patrocinador oficial del Gremio de Artistas Falleros. La pieza, que se acaba de estrenar y se puede ver aquí [ENLACE], está llena de emotividad y retrata como nunca antes el espíritu fallero de 'germanor', ayuda mutua y solidaridad.
Para levantarse tras el golpe de la riada, según explica Vicente Herrando, ha sido fundamental la ayuda moral «y la real», que se ha explicitado en propuestas como la de Ambar de destinar el importe íntegro del patrocinio del Gremio de Artistas Falleros a los talleres afectados por las riadas. Gracias a todo ese conjunto de esfuerzo y medidas, los tres artistas han acabado este periplo plantando sus fallas en las calles. «Cuando las quememos, descansaremos», añade Ferrando. «Se va a quemar todo lo malo para empezar lo bueno, que es como empezó la fiesta», remata Beitia.
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Vicente, Josué y Miriam pasaron en días de la ruina a la esperanza. Del terror de la riada a empezar a levantarse. La propia Miriam, tal como relata en el documental, acogió en su taller a personas que se vieron sorprendidas por el desbordamiento. «Cogimos plásticos de ninots que tenía ya terminados en la parte alta, y mantas, para poder pasar la noche». Josué Beitia, por su parte, acudió al taller en plena riada pero no logró salvar nada. Es más, se quedó aislado y estuvo horas sin saber de su familia, que se había quedado en Paiporta.
«Mi prioridad era salvar el taller y a la gente de la calle», relata Miriam García, que perdió toda una falla ya modelada para la comisión de El Charco de Catarroja, localidad también afectada por las riadas. La comprensión de las comisiones para las que tenia apalabrados sus monumentos ha sido también un elemento fundamental. «Tuve que hablar con ellas. Uno de los proyectos lo sacamos adelante adaptándolo, y otros dos se replantearon por completo».
Para García, «la ayuda del gremio ha sido fundamental». Eso, la ayuda y el compromiso de sus respectivos equipos y el amor incondicional a una profesión poco conocida, pero que es el corazón que bombea la sangre de las Fallas: «Hemos seguido adelante porque amamos este oficio», describe Josué Beitia. Vicente Herrando, por su parte, también atribuye al empuje de la comunidad fallera la salida a una situación límite. «No plantar la falla es mi pesadilla recurrente». Y eso, afortunadamente, no ha sucedido, ni siquiera en las condiciones más extremas. Herrando perdió en la riada cuatro fallas enteras ya montadas, a la espera de los últimos retoques. «Nos hemos levantado porque comisiones, falleros y amigos nos han ayudado», describe.
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El documental, de 17 minutos, queda como una obra para la historia de las Fallas. El relato de cómo hasta en la peor de las desgracias, la fortaleza de la comunidad fallera es capaz de resurgir para seguir adelante. 'Valencia on Faller' recuerda también cómo en esta tierra, donde las riadas son, por desgracia, un fenómeno recurrente, ya se habían producido acontecimientos similares décadas atrás. Y recurre a la memoria de exartistas falleros que ya vivieron situaciones parecidas.
Destaca entre ellos el testimonio de Vicente López Gallego, artista fallero que sufrió en activo las riadas de 1954 y la 'riuà' de 1957, además de la 'pantanà' de Tous, en 1982, y la DANA de octubre de 2024, ya retirado. También habla de la falta de ayudas que existió entonces la exartista fallera, Maruja Pinto. Ramón Ferrer, que trabajaba en un taller a la orilla del río Turia, también recuerda cómo, en la 'riuà' de 1957, «todo lo que flotaba, se lo llevó el agua», después de reventarse las puertas de acceso a la nave. Sus testimonios coinciden con otros artistas ya retirados como Daniel López Pérez.
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'Valencia on faller' es un canto a la 'germanor', pero también al ingenio, a la solidaridad y el apoyo mutuo. Con iniciativas de talleres como el de Juane Cortell que, en plena oleada de solidaridad tras la devastación, se acordó de los artilugios que ideó su padre en la 'pantanà' de Tous: Los 'fangastraors'. Elaborados con madera, para retirar el barro. Hechos a mano, con palets que llegaron a su taller. Los hizo por cientos. Le hubiera gustado «hacerlos por miles». Los dejaba a la puerta del taller para que los voluntarios los cogieran y ayudaran en los pueblos afectados. «Ellos, la gente joven, tanto que dicen de ellos, son los que nos han sacado de todo esto», sentencia Josué Beitia en un documental imprescindible para entender la excepcionalidad de estas Fallas de 2025, las más especiales de las últimas décadas.
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