«Vi cómo la falla se me caía encima»

Abel no recuerda muy bien el momento del derrumbe pero «vi cómo se me caía encima». Cuenta que estaba con Alba, la fallera mayor, y otra niña de la comisión, encima de una escalera haciendo fotos. «La falla se movía de lado a lado pero de golpe cambió el aire, alguien gritó que nos apartáramos pero no tuve tiempo de reaccionar. Sé que empuje a alguien para apartarlo, creo que a Alba o eso me han dicho y luego pasó todo». La joven tuvo mejor suerte y logró salir casi ilesa al estar entre dos de los ninots.

Fueron momentos angustiosos para la comisión porque nadie sabía muy bien cuántas personas habían debajo del monumento. Aún así no se lo pensaron y comenzaron a romper todo lo que había para rescatarlo.

«Me dolía mucho la rodilla y estaba helado del agua que me subía por la espalda». «Creo que estoy vivo porque no me tocaba», afirma Abel recordando los momentos vividos anoche. Carlos, un fallero de la comisión, bombero forestal, le hizo una primera exploración antes de moverlo y una vez liberado de los cascotes se esperó la llegada de los servicios de emergencia, mientras otro grupo lo cubría con un toldo.

Aunque todavía está pendiente de una operación ya pedido a los falleros que 'disfruten por él' y que esto no pare una celebración que están esperando desde hace un año y medio.

La fallera mayor, Alba Miquel, con su amiga Carmenia, estaban con Abel haciéndose un foto de la plantà cuando ocurrió todo. «Oí gritar a alguien e intenté correr pero las piernas no me respondían», explica la joven. El quedarse quieta fue decisivo para que no sufriera ningún daño porque coincidió con el hueco entre los ninots. Ella también vio cómo el monumento iba cayéndole encima y no puede evitar emocionarse cuando lo recuerda. «Ha sido una pesadilla, esperando un año las Fallas con tanta ilusión y ahora pasa esto…», apunta.

A pesar de lo ocurrido, tras dormir un rato está dispuesta a bajar al casal: «voy a disfrutar igual de la fiesta y a celebrar que estoy viva, que es lo importante», añade.

En la comisión se respira hoy un ambiente enrarecido entre la tristeza por el monumento y la tranquilidad de saber que todos están bien. «Es normal que en la plantà haya gente ayudando, podría haber sido mucho peor», comentan los falleros.

El monumento cayó hacia la falla infantil, que en esos momentos también se estaba plantando. El viento afectó de igual forma al monumento pero entre todos consiguieron mantenerlo en pie, con la artista Miriam García.

El presidente, Pepe López explica que la junta directiva ha previsto seguir con los actos. Esta era una de las fallas más voluminosas con la cual la comisión quería celebrar su 40 aniversario por todo lo alto, pero como señala el presidente «lo más importante ahora es que todos están bien».

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