La plantà despega contra reloj en Valencia

La falla municipal esta mañana ya mostraba la base, mientras una grúa subía una pieza, el ninot de una fallera ataviada con las mejores galas de valenciana y cara de gato conforme al guion del lema de la obra: 'Fauna fallera', un homenaje a la gran familia de la fiesta, a todos los que la hacen posible. Cuatro operarios del equipo de los artistas Alejandro Santaeulalia y Vicente Llácer han llegado al epicentro de la fiesta a las nueve, aunque a las siete ya estaban en el taller para preparar el traslado de piezas. Dos de ellos subidos sobre una plataforma se movían al mismo ritmo que la grúa iba buscando el lugar para colocar a la fallera.

Desde abajo, otra pareja de compañeros vigilaba los movimientos. Finalmente el ninot ha regresado al suelo. Necesitaba un retoque antes de volverlo a elevar de manera que encajara a la perfección. El equipo iba a estar todo el día trabajando sobre una estructura que cuando la ha visitado LAS PROVINCIAS, todavía estaba desnuda. Empezaba a vestirse con las piezas que la rodeaban, con los ninots ya preparados en la calle y protegidos por el plástico. «Las primeras las trajimos el viernes por la tarde y el domingo ya estaban todas». Poco a poco se completará el monumento que se levantará 22 metros desde el suelo.

Muy cerca, en Convento Jerusalén, los compañeros del maestro David Sánchez Llongo, descargaban ninots del camión que los había transportado desde el taller. Tenían previsto empezar el pasado miércoles, 5 de marzo, pero finalmente iniciaron la conquista del emblemático cruce de calles el 7 de marzo. La base, de grandes dimensiones, ya estaba en su sitio mirando desafiante al público que apoyado en las vallas contemplaba el trabajo.

Parte del equipo cumplía sus funciones desde el interior del propio monumento colocando el lastre -los también tradicionales sacos de arena- para que la grandes obras resistan el peso y el viento. Desde fuera se oía su conversación con los compañeros, las indicaciones que iba dando, para que desde la calle le prepararan las tablas de madera que cortaban para seguir ajustando las entrañas de una pieza enorme que arderá el 19 de marzo. «David es muy metódico», apunta Alberto Ribera convencido de que pese a haber empezado con retraso todo estará dispuesto a la hora señalada para que 'OR', lema de la falla, ponga ante el público un análisis de la influencia del oro a lo largo de la historia y en las diferentes culturas.

Y el mismo trajín se observaba en la siempre complicada y por ello tan curiosa y atractiva plantà de la plaza del Pilar. El propio artista daba instrucciones al equipo para ir moviendo las piezas hasta situarlas en el lugar adecuado. «Este año hemos innovado en la colocación», ha apuntado Torres.

El creador del esbelto monumento ha querido conceder mayor visibilidad a la parte trasera. Para conseguirlo ha apostado por separarla un poco más de lo habitual de la fachada de la iglesia que cierra una plaza que Torres conoce hasta el último rincón. «Este es el octavo año que plantamos aquí», ha señalado.

Se pusieron manos a la obra dos días más tarde de lo previsto. Pero ganaron tiempo: «Pusimos una góndola más para el traslado de los ninots y más medios». Además, «el domingo, que los falleros tenían fiesta, nos ayudaron a lastrarla». De esta manera consiguieron acelerar el proceso que ahora ya tienen puesto al día. Todavía quedan personajes por llegar. La plaza es pequeña. La cola no puede ser muy larga. Allí caben los que caben y ya está lleno de ninots. Se impone un traslado más lento, un aterrizaje gota a gota.

Ya esperan una esbelta y preciosista Cruella de Vil acompañada de un elegante perro dálmata. Ella y muchos más ninots darán cuerpo al lema 'Icónica' bajo formas rompedoras que se elevan hasta convertirse en figuras casi volantes. El artista y su equipo están empeñados en un desafío a las limitaciones del espacio.

Ya en el tan fallero barrio de Russafa y en la Seción Especial, el trajín es doble. El lugar de Sueca-Literato Azorín ocupado por los protagonistas del monumento esperaba la llegada del equipo de operarios por la tarde. Sin embargo, en la vecina Cuba-Literato Azorín, tanto el artista, Toni Pérez, como catorce miembros de su equipo se afanaban por elevar un dedo gigante que dará contenido al monumento. Se movía al ritmo de la grúa mientras varios hombres lo sujetaban para someterlo al retoque de algún pequeño repintado de tonos azules.

Retrasaron un día la puesta en marcha. Iban a tope. «Ya hemos hecho algún repinte a medida que ha ido saliendo», ha apuntado Pérez. Les quedaba un día más de trabajo con grúa hasta disponer de todo lo que hay que ensamblar en otra de las emblemáticas intersecciones festivas de la capital del Turia. Ya con el monumento lastrado y todo preparado para ponerlo en su sitio, en los próximos días y hasta el sábado, se colocarán los detalles que lo dejarán todo perfilado. Las piezas que esperan la hora de ocupar sus puestos, este año van más abrigadas que nunca. Las han cubierto con dos capas de plástico. Por si las moscas.

El gran espectáculo ya se puede tocar. Los artistas y su obra ocupan la escena. Y el público no falta. En cada esquina de Valencia donde se levanta el arte fallero, y como ya saben son muchas, se ven coros de curiosos y amantes de la fiesta que no quieren perderse el emotivo momento del proceso de la plantà, que si bien ha cambiado mucho con los años, no deja de encerrar grandes atractivos, los propios de la creatividad artística y de la necesaria maestría que permite levantar la grandeza de los efímeros monumentos.