NOELIA CAPAPÉ / MAR GUADALAJARA
Viernes, 13 de agosto 2021, 00:49
Las calles vacías, las persianas bajadas y algunos turistas es lo único perceptible en zonas próximas a las grandes competidoras de la sección Especial. Arranca la cuenta atrás para el comienzo de las esperadas fallas, pero el escenario difiere al ajetreo habitual de las semanas previas.Los bares esperan entre dudas y expectación a unas Fallas marcadas por el fin del verano, con esperanza por que la semana fallera sea el mejor broche de temporada.
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Tras el aplazamiento de la festividad en dos ocasiones, la incertidumbre entre el sector de la hostelería ha incrementado sobre esta esperada fiesta. «Nos hemos llevado tantos palos que no tenemos ninguna previsión, hasta el último momento no haremos ningún plan», explicó el propietario del bar La oficina cercano a la falla Regne de Valencia-Duc de Calàbria. Este barrio continúa con su rutina habitual para estas fechas, entre sus calles, los carteles de 'cerrado por vacaciones' destacan con las persianas cerradas de los distintos locales. Entre los pocos trabajadores que continúan con su horario habitual, la previsión de cara a septiembre todavía es incierta.
«Esperamos las fallas con ansia, ojalá fueran más días. Supone una buena parte de nuestros ingresos», afirmó Daniel, dueño del bar La Orquídea, porque para algunos miembros del sector todavía hay un poco de esperanza en esta fecha del calendario.
De la misma forma, en los alrededores de la falla Almirante Cadarso no hay ni rastro de los preparativos previos. Como consecuencia del periodo vacacional, en sus proximidades tan solo se encuentran algunos turistas y vecinos de la zona. Las dudas sobre si habrá o no afluencia, no solo se perciben en sus calles, sino también en las futuras reservas. «En unas Fallas normales tendría ya reservas desde hace tiempo. Ahora, a pocas semanas todavía no sé nada», aseguró el dueño del restaurante Borja Azcutia, conocido en la zona.
Incertidumbre y dudas son las palabras que más se repiten en un sector para el que las Fallas suponen una importante fuente de ingresos. Los bares están expectantes ante los posibles cambios sobre la celebración de la fiesta y la continuidad de las restricciones como el toque de queda o el posible empeoramiento de la crisis sanitaria, que son algunos de los factores que más preocupan a los propietarios.
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El presidente de la Confederación Empresarial de Hostelería y Turismo de la Comunidad Valenciana (CONHOSTUR), confirmó a este diario la imposibilidad de hacer previsiones concretas al respecto en el sector hostelero debido a que todavía hay ciertas dudas «a cómo se van a hacer y en qué condiciones», dijo Espinar. A la espera quedan así, los integrantes de la patronal, de la comisión interdepartamental que se celebra el próximo sábado y tras la que se esperan conocer más detalles sobre las restricciones y la situación sanitaria.
Las medidas contra el Covid en la Comunitat finalizan el 16 de agosto y el gobierno valenciano se plantea ahora ampliarlas hasta después de las Fallas, por ello no será hasta el próximo lunes cuando representantes del mundo fallero se reúnan con la consellera de Sanidad, Ana Barceló, en una esperado encuentro en el que se explicará de forma detallada cada uno de los actos y las respectivas medidas que se deban cumplir para la celebración de las Fallas de septiembre.
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A menos de 19 días de la fiesta, los hosteleros no se plantean preparativos extraordinarios, más allá de cambiar algunas de las costumbres más populares de las Fallas. Así, con la vida nocturna restringida, las cenas pasarán a ser almuerzos, y con el calor del final del verano, cambiarán el chocolate con churros por la horchata con fartons. Lo reconoce la dueña de Masusa, Maria José, que disfruta de una terraza en su local, en primera línea de falla. Junto a Sueca-Literato Azorín, asegura que no tendrá ningún problema en esta fiesta tan atípica y que espera poder seguir trabajando como lo ha hecho durante el verano. «Hemos tenido mucha faena, no me puedo quejar, incluso durante la pandemia no hemos parado, así que espero que en Fallas no se baje el ritmo».
Lo que está claro es que no serán unas Fallas como las conocemos y eso lo tienen en cuenta también en el sector hostelero, por eso, a algunos propietarios no les tiembla el pulso cuando aseguran que bajarán la persiana durante esa semana. «No queremos líos y como no sabemos cómo será la cosa ni cómo estará la situación sanitaria, descansaremos esa semana», dice la dueña de Tasia, en la esquina de Cuba con Literato Azorín.
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