El premio de L'Antiga devuelve a Campanar al mapa de buenas noticias

Han pasado 25 días desde que el barrio de Campanar sufría en sus propias carnes una de las mayores tragedias de la historia de la ciudad. Puede parecer poco, pero ha sido el tiempo suficiente para renacer. La falla Monestir de Poblet-Aparicio Albiñana, más conocida como L'Antiga de Campanar, ha revivido a un barrio que nunca dejó de tener vida, pero al que le tocó unir fuerzas para salir adelante. Las lágrimas de hace unas cuantas semanas han dejado paso a la admiración ante el monumento de Josué Beitia, el primero que el artista realizaba en categoría Especial, que recoge opiniones de todo tipo, pero que no deja indiferente a nadie.

El autobús 92 que conecta el centro de Valencia con el barrio de Campanar va lleno. No sorprende. A la enorme cantidad de visitantes que llegan de todas partes del planeta y que desean ver la falla ganadora se suman miles y miles de valencianos que se alejan del tumulto del centro para visitar, algunos por primera vez desde que el fuego calcinase dos edificios de la zona, el barrio con motivo del galardón.

Por la plaza en la que se ubica la falla se puede caminar, aunque hay más gente de lo habitual, según comenta una panadera que regenta un establecimiento en esa misma demarcación. La mayoría son visitantes, pero los vecinos de la barriada también pasean por los aledaños de la mejor falla de la ciudad. Desde su balcón, con el esqueleto del edificio calcinado al fondo, una vecina mayor contempla el ir y venir de gente. Se le ve feliz. Hace menos de un mes, la escena era bien distinta. Ahora todo ha cambiado.

A pie de falla muchos son los que hacen cola para acceder al interior del monumento para no perderse ni un detalle de la creación de Josué Beitia, que ha debutado con el oro en la categoría más prestigiosa de la fiesta fallera. La noche ha sido larga. El casal de Monestir de Poblet-Aparicio Albiñana está cerrado. Los falleros que han podido han ido a recoger el estandarte que les acredita como vencedores, pero al mediodía L'Antiga está más llena de visitantes que de falleros de la comisión.

El monumento 'Canvi climàtic' de Josué Beitia preside la plaza. Tres figuras resaltan en lo más alto. Tocan trompetas, como si ya conociesen cuál iba a ser el resultado definitivo de la obra. La pieza mira a todos los rincones. En cada esquina aparece una nueva figura más elaborada que la anterior. Los detalles también son acertados y hacen justicia a los 175.000 euros de presupuesto que ha invertido la comisión. Sin embargo, las opiniones son de todo tipo.

Algunos consideran que no es la falla más espectacular, pero sí que cuida muy bien la pintura y la estructura. «Eso es lo que creo que ha hecho que gane», analiza José, un vecino de Mislata que ha acudido para contemplar la falla ganadora. Otros creen que el galardón tiene un componente que trasciende de lo que se puede apreciar con la mirada: «La falla, por estar en el lugar en el que está y por lo que pasó, tiene algo más. Cuando hemos aparcado y hemos visto por detrás el edificio quemado se nos ha puesto la piel de gallina», asegura otro grupo de amigos que se han atrevido a coger el coche para ver una de las únicas fallas de Especial que no está en pleno centro.

Más allá de las opiniones, realidades solo hay una. L'Antiga es la mejor falla de este año porque así lo ha decidido el jurado de la Junta Central Fallera. Quizás, la vida que ha conseguido transmitir el artista a través de los numerosos animales e insectos que sirven de hilo conductor de la falla haya tenido algo que ver. Sea como sea, el barrio de Campanar sonríe 25 días después.

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