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LOLA SORIANO
Sábado, 14 de abril 2018, 00:46
valencia. Llegar a lo más alto, plantar en la máxima categoría en Fallas es el sueño de todo artista, pero a veces es preciso bajar el ritmo o hacer un alto en el camino. Artesanos que han firmado grandes proyectos en Especial reconocen que son experiencias enriquecedoras, pero que suponen un gran sacrificio y alguna que otra pérdida económica. Ahora deciden dar un paso atrás para buscar nuevas metas.
Uno de los artistas que este año ha decidido dar un giro a los proyectos de su taller es Paco Giner, que ha estado seis años consecutivos en Exposición. «Hacía tiempo rondando la idea de hacer un descanso de Especial. Llevaba unos años en la máxima categoría en Valencia y haciendo hogueras en Alicante, por ejemplo en 2017 hice tres y era un ritmo frenético», indica Giner.
Ahora ha levantado el pie del acelerador y «quiero ver si estoy un par de años sin hacer Especial», añade. Eso no quiere decir que no vaya a hacer fallas, «de hecho, tendré tres grandes en Valencia, en categorías importantes, y una o dos de pueblos». Si el pasado año contó con la colaboración de Josete Santaeulalia y en Serranos con Paco Camallonga, para 2019 este último le acompañará en su andadura en Valencia.
Otro de los artistas que cambia de ritmo es José Lafarga. En 2018 plantó en Turís y Sueca y en dos fallas de Valencia y en 2016 firmó su última falla de Especial, en Na Jordana.
Ahora ha tomado una decisión difícil: cerrar el taller. Eso sí, seguirá ejerciendo de artista fallero en el taller de Pere Baenas y colaborando también con el artista David Sánchez Llongo, salvo en la que hará en Exposición, ya que ya tiene la pintura de Convento, también de Especial, comprometida con Baenas.
Lafarga dará un giro a su profesión. «Estaré en lo que me defiendo, centrado en la escultura y pintura». Confiesa que ha tenido que tomar esta determinación «por una parte por necesidad, para dejar de acumular deuda, y por otro lado, para bajar el nivel de exigencia de Especial y tener tiempo para la familia. Tengo que devolverle a Marisa Ibáñez, la mujer con la que comparto la vida, los 30 años que se ha sacrificado por mí porque el trabajo en el taller es absorbente. Recuerdo que ni hija nació un mes de febrero, cuando estaba en plena faena, y no me dio tiempo a estar con la criatura».
Otro de los artistas que también ha reconducido sus objetivos es Javier Álvarez-Sala Salinas. En 2016 y 2017 creó dos inolvidables proyectos para la falla Sueca-Literato Azorín, comisión que le dio la oportunidad de estrenarse en Especial, pero en 2018 ya decidió apearse.
Javito explica que muchos talleres, como en su caso, «no tenemos máquina de corte o fresadora no espacio para albergarlo y dependes de terceros para realizar estos trabajos y acaba encareciendo el tema. Lo mismo ocurre si sumas diseñador». A esto hay que añadir, apunta, «los gastos de transporte, grúa, IRPF, el impuesto del IVA y el coste del alquiler de la nave o los empleados y empiezas a quitar gastos y al final queda mucho menos para hacer una falla con grandes volúmenes».
Además, explica que «también comprobé que no salían las cuentas y tampoco te veías recompensado con los premios logrados, aunque sí por la crítica del público». Para 2019 tiene previsto hacer tres fallas grandes y una infantil.
Estos artistas que han firmado en Especial no son los únicos que se han bajado de la máxima categoría. De hecho, de los primeros espadas de la década anterior, son pocos o ninguno los que han resistido, con excepciones como Pere Baenas, Manolo Algarra o Vicente Llácer, que hará Sueca dos años más.
Maestros como Miguel Santaeulalia (padre) o Julio Monterrubio ya no están en activo y en la propia saga Santaeulalia, ninguno sigue en Especial. Alejandro Santaeulalia, por ejemplo, que hizo dos años L'Antiga, afirma que «hoy por hoy tengo totalmente descartado hacer fallas de Especial. Primero tienen que cambiar los conceptos de precios y volúmenes porque un taller normal no puede resistir ni competir poniendo más tamaño de lo que se paga». Explica que esto sólo se puede entender si la persona que está al frente del taller rentabiliza luego los proyectos con proyectos en años posteriores en los pueblos.
Alejandro estará en los diseños de L'Antiga con Carlos Carsí; de Obispo Amigó con Arturo Vallés y colaborará con el diseño del gran equipo de Maestro Gozalbo. Además, capitaneará algún proyecto en una falla de pueblo y en Valencia en alguna de Primera B con la empresa familiar Santaeulalia Tematización, donde trabaja su hermano Pedro. Su hermano Miguel, también tuvo que cerrar el taller hace un par de años, y trabaja con el artista Rafa Ibáñez en Burriana. Otros artistas como Paco López también optó por cerrar el taller y convertirse en un experto de prestigio reconocido en el arte de la pintura.
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