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Las Fallas de 2026 empezaron el 20 de marzo, con la recogida de las cenizas y la retirada de las carpas. Y prosigue, casi de ... manera inmediata, con las rebajas en la indumentaria valenciana, pues los profesionales aprovechan la resaca emocional que deja la fiesta para ir liberando stocks y ganar espacio para la nueva temporada. Y el sistema triunfa. Cualquier fallero puede empezar a diseñar su traje (incluso completarlo desde cero) aprovechándose de precios que serán difíciles de igualar más adelante. Sólo necesita tiempo y paciencia, pues es habitual que se produzcan aglomeraciones ante la cantidad de falleros con los mismos objetivos en mente.
Un buen ejemplo es lo que ha sucedido este sábado, cuando ha abierto sus puertas la decimosegunda edición de la Feria Lowcost Fallera, que se mantendrá hasta el domingo. Se organiza en el hotel Sercotel Sorolla Palace (en la avenida Cortes Valencianas de Valencia) y cuenta con más de medio centenar de stands de profesionales de la indumentaria valenciana que disponen de todo tipo de productos y ofertas. Especialmente demandadas son las telas, aunque no faltan aderezos, pelo, manteletas, mantillas o blusones. Para mujer y para hombre. Y con importantes descuentos. Por ejemplo, los cortes a cien euros.
La expectación ha sido máxima, con importantes colas desde primera hora. De hecho, los primeros en entrar llevaban esperando desde las seis de la mañana, cuatro horas antes de la apertura del evento (a las diez). Los visitantes disponen de aparcamiento y el horario es ininterrumpido hasta las 20 horas. La cita continuará este domingo con la misma programación.
«He acudido para echar un vistazo, porque tampoco tenía intención de comprar nada, pero al final he cogido tela para hacerle un corpiño a mi hija», explica Mari Carmen Micó, que reconoce que no se esperaba semejante asistencia. «Tenía un compromiso y debía salir pronto, así que he mirado muy rápido, pero todo estaba lleno de gente. Y con largas colas fuera del hotel, de la gente que estaba esperando. Era una locura. He acudido acompañada de mi madre, y me decía que en la vida había visto semejantes colas para comprar indumentaria», añade.
La misma expectación se genera en las tiendas, como la de Álvaro Moliner, Roa o Dalila, que horas después de la cremà activaron sus rebajas y promociones especiales. Los primeros clientes, como sucedió en la del pasaje Ripalda, estuvieron esperando desde las tres de la madrugada.
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