Directo Sigue el minuto a minuto del superdomingo fallero
Parte de la comisión ante el monumento incompleto. lp

La falla de Valencia que ha ganado el último premio

El artista dejó la falla grande de la comisión Río Tajo-Cavite sin terminar por motivos personales

ANA CORTÉS

Martes, 19 de marzo 2019, 00:50

Hace un lustro, el fuerte viento causó la caída del remate de la falla Río Tajo-Cavite. Este año, el artista fallero Javi Gisbert dejó la falla grande sin terminar por motivos personales. «Siempre pasa algo», se repiten los falleros. Aun así, se han alzado con el séptimo premio en Octava C, el último galardón de la categoría más humilde de la competición.

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La meta de Río Tajo es «ser familia, ser barrio». Lo comparten a su vez las fallas de su sector, el Cabanyal-Malvarrosa-Beteró, que siempre se apoyan ante adversidades como la acaecida este año. Gisbert acudió solamente con el cuerpo central, un imponente Shakespeare coronado con las máscaras de la comedia y la tragedia. Tuvieron que recoger los ninots del taller y proseguir con la plantà. Tampoco está la base, un grueso libro que soportaría al dramaturgo.

Lo que podría haber sido un disgusto para su fallera mayor, Marta Martí, se convirtió en una muestra de cariño y entrega hacia ella. Por parte de los falleros de Río Tajo y también de las comisiones vecinas, que ayudaron en el montaje.

«Las fallas de la periferia tienen más dificultades que las del centro, pero son más familiares»

Río Tajo-Cavite es una falla hogareña y de barrio, pero no pequeña. Son 260 falleros, de los cuales más de 90 son infantiles y la mayor parte de adultos son mujeres. Como apunta una madre, hay multitud de actos durante el año, son como una gran familia. Detrás de la carpa, el mensaje de la comisión es claro, el cartel anuncia que la entrada es libre, el espacio invita a quien quiera compartir el amor por la tradición valenciana.

La directiva manifiesta que las fallas de periferia tienen «más dificultades que las del centro». El presidente, Rubén Moreno, se queja del interminable papeleo que se exige y de los requisitos de seguridad «surrealistas» para los encendidos en su zona. Su presupuesto no pudo financiar el protocolo demandado, como la instalación de baños portátiles cada 50 asistentes y la contratación de ambulancias. Sin embargo, tienen previsto concursar de nuevo en 2020.

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