La Crida abre oficialmente las Fallas, pero si hay un acto que marca el salto de la fiesta a la calle, su triunfo, qué duda cabe de que estamos hablando de la mascletá. Y si la primera cae en sábado, miel sobre hojuelas. Valencia ha estrenado el acto más populoso de la liturgia fallera. Ha prendido la mecha del ceremonial con el primer disparo de las Fallas 2025. Comienzo a lo grande –a la espera del in crescendo propio– pese a que por la tarde la cabalgata del ninot no ha recorrido las calles, en contra de lo programado por previsión de lluvia. Lo hará el próximo domingo, 9 de marzo.
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La plaza del Ayuntamiento, los balcones que la recorren y las calles que la circundan estaban repletas de los deseosos de encontrarse con la gran cita. El público, conforme a su fidelidad, ha acudido en gran número para escuchar el estruendo y aspirar el aroma del primer fuego. Pirotecnia Peñarroja desde ha servido un disparo apasionado y emocionante propio de un artista que nunca decepciona.
De ritmo clásico y atronadora, así ha sido 'Tacaeta', titulo de la obra con la que ha rendido homenaje a las víctimas de la dana. Seis minutos de duración y 120 kilos de material pirotécnico han dado cuerpo a un espectáculo con una primera fase de truenos al que han seguido otras doce fases de estructura clásica. Luego, tres paradas aéreas y seis retenciones de fuego aéreo terrestre para entrar en un final de fuerte bombardeo aéreo y una despedida cerrada y contundente. Y para cerrar, un final apoteósico salpicado de truenos, que como sonoras salvas han querido recordar a quienes perdieron la vida en la trágica noche del 29 de octubre de 2024.
Y para que nada faltara en el habitual encuentro, el balcón del Ayuntamiento, ese escaparate social –aunque en esta ocasión ha sido más bien político– en que cada año se convierte el emblemático mirador a la plaza, ha visto lleno el aforo.
La fallera Mayor, Berta Peiró, y la fallera mayor infantil, Lucía García, brillaban sobre todos los presentes en el mirador, que ha recibido a muchos rostros conocidos con la alcaldesa, María José Catalá, al frente y otros, también, muchos que querían verles de cerca. Abrazos, saludos, sonrisas en un foro festivo con presencia de la ministra de Ciencia, Innovación y Universidades, Diana Morant; la delegada del Gobierno, Pilar Bernabé, y Arcadi España, secretario de Estado de Política Territorial. Y no han faltado en esta primera línea de fuego Esteban González Pons, vicepresidente del Parlamento Europeo, y Borja Semper, portavoz del Partido Popular. Además, también se han dejado ver Sandra Gómez, eurodiputada socialista, el deportista paralímpico José Antonio Marí y la actriz Bárbara Goenaga, además de las Casas Regionales y Juntas Locales Falleras de Manises, Meliana, Massamagrell, Massanassa y Moncada. Y con todos ellos un nutrido grupo de concejales del PP y también de Compromís. Entre el público, justo debajo del balcón consistorial, un grupo de asistentes ha aprovechado la ocasión para con una pancarta decir: «Mazón dimissió».
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La fiesta ya se mascaba desde antes de que la fallera mayor y la fallera mayor infantil pronunciaran el esperado «senyor pirotècnic pot disparar la mascletà».Una hora antes de que en el reloj del antiguo convento de San Francisco sonaran las sagradas dos de la tarde, el salón de cristal de la Casa Consistorial lucía sus mejores galas. Allí se han acudido la alcaldesa, Berta Peiró y Lucía García para la recepción de los representantes de una decena de casas regionales con representación en la capital del Turia.
Pero las Fallas son mucho más. La mayor fiesta de los valencianos, la celebración que luce medalla de Patrimonio Inmaterial de la Humanidad, se extiende como la pólvora, su propia esencia, por todos los rincones de la ciudad. Cuando marzo estrena sus días, los ciudadanos circulan por las calles con un aire que pregona que la ciudad se viste de fiesta.
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Desde media mañana un recorrido por las calles daba muestra en los cruces de los semáforos del paso de grupos de amigos, de familias, de compañeros de falla que parecían llevar escrito en la frente vamos a la mascletà. Para completar el ceremonial, vallas cortando el tráfico, paso frecuente de mujeres vestidas de valenciana y, cómo no, el ruido de los petardos disparados por manos de niños que saben que el 1 de marzo se abre el fuego y salen a la calle a disparar acompañados de sus padres y abuelos como portadores del festivo arsenal.
Desde la céntrica plaza del Ayuntamiento hasta la Ciudad de las Artes y las Ciencias, el 1 de marzo de 2025 ha servido desde la calle el retrato de todas las tradiciones vinculadas a la fiesta. A lo largo del recorrido se veían las vías salpicadas de churrerías, buñoleras, terrazas repletas en busca de aperitivo y comida, y música de charanga.
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El Museo de las Ciencias Príncipe Felipe, donde la Exposició del Ninot espera hasta el 15 de marzo con las puertas abiertas, ha sido también escenario a visitar por no pocos amantes de la creatividad fallera.
«Venimos todos los años para ver la parte artística de la fiesta», señalaba Daniela Roig, fallera mayor de la comisión Joaquín Costa-Conde Altea, mientras esperaba junto a otros compañeros acceder a la muestra.
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También la Falla del Pilar aguardaba para la misma visita cumpliendo con la tradición anual de acercarse para descubrir entre los ninots por donde discurren las tendencias creativas. «Aquí se ve el trabajo de los artistas, que es muy duro a lo largo de todo el año. Merece la pena venir a verlo para reconocerlo y también para cumplir la tradición». Así hablaban José Luis Lázaro y Manuel Martínez, de la falla San Miguel-Vicente Iborra, del corazón del Carmen, desde los accesos al museo donde se contemplaba la imagen colorista de ese otro elemento ya inconfundible de la fiesta que ofrecen las parcas, la prenda que antes fue el polar y aún antes el blusón para conceder personalidad propia a las comisiones.
Y muy cerca, tanto como en el Palau de les Arts eran los brillantes y preciosos trajes de valenciana los que daban nombre al día. Por la mañana se entregaban los premios al 'Ús del valencià' en los monumentos. Y allí han acudido las falleras mayores de Valencia y sus cortes para encontrarse con numerosas comisiones no sólo de la ciudad, sino de toda la provincia.
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La escalinata del coliseo valenciano se ha convertido en el mejor escenario para inmortalizar el momento de quienes luciendo sus mejores galas han querido fotografiarse con la obra de Calatrava de fondo concediendo al momento la imagen del encuentro de la tradición más arraigada en la cultura popular con la ciudad del futuro.
La fiesta ya es imparable, el universo fallero está en marcha y los miles de seguidores también. Las Fallas 2025 no han hecho nada más que empezar y las calles ya apuntan maneras. En la que ha sido la primera jornada de mascletà y en la que no ha habido cabalgata del ninot, ha faltado también que luciera el sol. Al tiempo. Queda mucha tela que cortar.
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