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LOLA SORIANO
Jueves, 10 de febrero 2022, 00:06
valenciA. Un mundo. Esa es la distancia que hay entre las declaraciones del presidente de la Generalitat, Ximo Puig, cuando se refiere a cómo se celebrarán las Fallas, y el mensaje que lanza el alcalde de Valencia Joan Ribó. El máximo representante del Consell ha resaltado esta semana que las Fallas y Magdalena «no podrán ser unas fiestas absolutamente normales porque aún está la pandemia», pero ha añadido que es cierto que la aceleración de la disminución de la pandemia hace ser «bastante optimistas», aunque insistió en que en los puntos donde pueda haber mayor posibilidad de contagios «tendremos que ser absolutamente preventivos».
Por su parte, el alcalde de Valencia, Joan Ribó, lleva semanas argumentando que la voluntad del Consistorio es que sean unas Fallas «normales», aunque siempre ha matizado que han previsto un programa de festejos de máximos, aunque siempre estará sujeto «a las recomendaciones o normas que marque la Conselleria de Sanidad». Incluso ha añadido que cuenta con la experiencia de las Fallas celebradas en septiembre y con el conocimiento y formación que han recibido los falleros.
Tanto el concejal de Cultura Festiva, Carlos Galiana, como el vicealcalde de Valencia, Sergi Campillo, en sus últimas comparecencias han insistido en el mismo mantra de unas Fallas normales. De hecho, Campillo aseguró tras una Junta de Gobierno que trabajan en directrices similares a las de 2019, con unas Fallas normales «aunque somos conscientes de que en cualquier momento Sanidad puede marcar normas de restricción para espectáculos».
El problema de fondo es que los falleros están recibiendo dos mensajes contradictorios y eso se ha traducido ya en que las comisiones, a través de sus delegados de sector, han puesto sobre la mesa del pleno de Junta Central Fallero celebrado este martes interrogantes varios como por ejemplo cómo se recogerán los ninots de la Exposició; si en la Ofrenda habrá que llevar mascarilla o los aforos que tendrán eventos como el intercambio de fotos.
De momento, la Junta ha sacrificado la Gala Fallera, una decisión que algunos han interpretado como una contradicción con las palabras de Ribó. Se trata de un acto que se tenía que celebrar el 25 de febrero, pero que al tratarse de un evento en un espacio cerrado donde se come y se bebe y donde suelen acudir 2.900 personas, se ha decidido posponerlo sin fecha.
El propio Carlos Galiana fue el que anunció el pleno de este martes la decisión y dijo que «no beneficia a nadie organizar esta fiesta a puertas de las Fallas y todos somos conscientes de lo que es este acto».
Otra cancelación anunciada es la de la Gala Fallera de las Juntas Locales, que en este caso, se traslada al 8 de abril. A la espera de saber si las Fallas serán parecidas a las de septiembre o si ganan más actos, como ahora en breve la Crida o las verbenas, la realidad es que los falleros esperan la celebración de la reunión de la Mesa de Seguimiento de las Fallas con la Conselleria de Sanidad como agua de mayo.
Las reacciones entre los colectivos falleros no se ha hecho esperar. Sobre los mensajes contradictorios de Puig y Ribó, el presidente de la Interagrupación de Fallas, Guillermo Serrano, asegura que «en realidad son discursos políticos», si bien no ocultan la contradicción.
En todo caso, Serrano afirma que «al final, el que tiene la responsabilidad de tomar las medidas es Sanidad y en una semana o diez días nos reuniremos y veremos la situación».
El presidente de la Interagrupación opina que «no sé si serán unas Fallas al 100% o como en septiembre». Cree que puede haber un término medio «e igual estamos contentos con el 85%». Por eso, afirma que «ahora lo único claro es que hay un bando que contempla unas actividades y está la coletilla de que Sanidad puede poner restricciones». Y aclara que sí se hará algo más que septiembre porque sí hay programada una Crida, mascletaes y verbenas». Y opina que hay que esperar a ver cómo bajan los contagios y celebrar unas Fallas con «responsabilidad y tranquilidad».
El presidente de la Federación de Fallas de Especial, Rafa Mengó, aclara que «queremos huir de enfrentamientos políticos y haremos lo que marque Sanidad». Eso sí opina que «yo no diré que serán unas Fallas normales, pero confiamos en que serán mucho mejores que en septiembre». Mengó reconoce que el mensaje bipolar «distorsiona y afecta al ánimo de los falleros».
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