«Me jubilo con el Disparo del Día de la Dona. Nunca pensé que llegaría tan alto»

Explica emocionada que «no pensé que llegaría tan alto» y confiesa que para ella es un sueño poder realizar esta masletà en un día tan relevante y ante miles de valencianos y visitantes.La expectación que se ha creado en la localidad donde reside, en l'Olleria, es tal que, como explica Nuria, «el Ayuntamiento ha llenado cinco autobuses con vecinos que quieren venir a Valencia a ver mi disparo».

De hecho, han puesto hasta «carteles en los autobuses que partirán de l'Olleria a las 9.30 horas y regresarán a las 19.30 horas. Me ha hecho mucha ilusión ver cómo se vuelcan conmigo».Nuria detalla que la empresa comenzó a disparar en la plaza del Ayuntamiento «en el año 2015, hace ahora diez años. Un año hicimos los fuegos de la exaltación de la fallera mayor infantil de Valencia y nos propusieron venir a la plaza del Ayuntamiento para las mascletaes y nos animamos, pero nunca pensé que llegaríamos tan alto, disparando en la plaza y en el Día de la Dona».

La pirotécnica explica que empezó con el arte de la pólvora «Juan Úbeda, que es el bisabuelo de mis hijos. Yo empecé en la pirotecnia a los 22 o 23 años porque me casé y la empresa la llevaba mi exmarido, porque yo antes me dedicaba al sector textil, que es lo clásico en la Vall d'Albaida».Si bien su exmarido se encargaba de los diseños y de los disparos, ella siempre ha estado en el área de la fabricación «que es lo que me gusta, llenar y atar los petardos».

Hace 16 años tuvo que ponerse al frente de la empresa como gerente «y sigo con la fabricación y mis hijos, Diego, Francisco Javier y José Vicente Nadal Martí hacen los diseños, el tema de ordenadores y disparos».Nuria explica que ella es nacida en Alfarrasí, pero vive en l'Olleria y recuerda que «en el pueblo llegó a haber 14 empresas pirotécnicas o lo que llamaban como 'polvoristes' y sólo quedamos nosotros y en l'Olleria están muy contentos de que llevemos el nombre a las mascletaes de Valencia».

En pandemia, como el resto de pirotécnicos, no pasaron buenos momentos, porque con el Covid no habían celebraciones ni disparos «y mis hijos, que tenían antes una empresa de reformas, y trabajaron mucho en la zona de Pirineos, retomaron esta actividad para poder mantener la pirotecnia y una firma de supermercados que colaboran con nosotros dio trabajo de obras a mis hijos y así logramos superar este momento».

Ella, además, como es una mujer muy inquieta en ese tiempo de pandemia se dedicó «de forma voluntaria a coser mascarillas cuando todavía no se podía acceder a las sanitarias. Empezaron mis hermanas, pedimos telas a empresas textiles y hicimos para el centro de salud y las residencias de mayores.

Ahora espera jubilarse en verano, pero antes participarán con el colectivo de ¡Fallers pel Món'. «Con ellos hemos ido por toda España y hasta a Andorra. Hemos estado en Almería y este año, en Pascua, dispararemos en Cartagena». Además tienen previstos este verano encargos de disparos en Calpe, San Vicente del Raspeig «donde el año pasado conseguimos el primer premio de mascletaes» y también harán espectáculos en l'Olleria, Ontinyent y Albaida. Y añade que no se aburrirá. «Dejo a mis hijos al frente de la empresa y buscaré aficiones como manualidades, porque me encanta coser, y caminar».