Las juntas locales y federaciones de falla reclaman que se cree una dirección general para gestionar las fiestas

Las juntas locales y federaciones de fallas de los municipios de toda la Comunitat donde se plantan fallas reclaman que la Generalitat cree una dirección o subdirección general para que esté dedicada la gestión de la fiesta, «no sólo de las Fallas, sino de moros y cristianos, fiestas patronales y todos los festejos de la Comunitat», ha indicado Telmo Gadea, presidente de la Federación de Fallas de Gandia en nombre de todos los colectivos.

Ha defendido que igual que hay una dirección para el área de deportes o un órgano como el Instituto Valenciano de la Música, «necesitamos un ente supramunicipal que gestione las fiestas dotándolo de personal, capacidad legislativa y con presupuesto propio».

Gadea ha recordado que hay 600 comisiones repartidas en las tres provincias de la Comunitat y un censo de 250.000 falleros y ha lamentado que actualmente no hay una única línea de actuación ni de capacidades, ya que hay ayuntamientos, como el de Valencia, que sí tienen funcionarios dedicados al área de fiestas y en otros puntos no cuentan con personal, algo que hace difícil gestionar en igualdad de condiciones. Por eso ha dicho que «hay diferentes burocracias y recursos humanos y producen discordancias».

También ha criticado que así como se han regulado medidas para los comercios o para la hostelería durante la pandemia, «en el caso de las Fallas sólo han regulado restricciones severas y estrictas, no ha habido regulación de aforos ni de actividades y es imprescindible arbitrar normas para hacer actividades reguladas». Ha lamentado que «hemos entrado en una situación profiláctica, por lo que pudiera pasar, y han condicionado la vida de la fiesta», cuando recuerdan que en las actividades hechas anteriormente no se habían producido contagios.

En este sentido, ha explicado que hace falta trabajar para lograr una ecuación donde el resultado «sea positivo, no negativo ni cero porque no podemos permitir la extinción de una fiesta más que centenaria».

Telmo Gadea, en nombre de todos los colectivos, ha explicado que «estamos dispuestos a desarrollar las actividades de forma diferente hasta que no se retome la actividad de antes, pero las Fallas tienen otras partes que hay que trabajar, a las que no queremos renunciar como son la tradición, que alberga a artesanos y profesionales que han hecho de las Fallas su modo de subsistencia y esa es la parte de la tradición que nos obliga la Unesco a proteger y esa es la parte que corre peligro, porque la parte lúdica de comida, bebida y sentimiento o amor se recuperará pronto, pero la parte tradicional no es tan fácil de revitalizar«.

Por su parte, el vicepresidente de la Interagrupación, Miguel Prim, ha opinado que hace falta que haya un estamento «que sirva de paraguas institucional para saber quién nos escucha y guía en días como el 10 de marzo de 2020«.

También ha pedido una «nueva realidad festivo-sanitaria realista, consciente y responsable pero a la misma vez decidida que incluya medios tecnológicos para controlar los aforos y el movimiento de personas como complemento al resto de protocolos«.

Miguel Prim habló a dela fátiga festiva, al igual que la pandémica, y ha indicado que «los falleros nacieron para quemar las fallas y no para que las Fallas quemen a los falleros».

Por último, ha pedido a la clase dirigente «responsabilidad y que sean conscientes que a veces son más importantes los gestos que las ayudas«. Ha recordado que las Fallas generan 1.500 millones de euros, y que está en el ránking a la misma altura que empresas como Primark, Ikea o Acciona y Naturgy. Y ha explicado que en septiembre se puso a rodar la mesa de seguimiento de las Fallas y que se trata de explorar escenarios para unas Fallas seguras y efectivas.