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El cruce entre las calles Aparicio de Albiñana y Monestir de Poblet empieza a transformarse con la llegada de las primeras piezas del monumento ... con el que L'Antiga pretende repetir triunfo en categoría Especial. «Aspiramos a lo máximo», comentaba este sábado Rafa Mengó, uno de los tres presidentes de la comisión, después de un emocionante traslado de piezas desde el taller de Josué Beitia, en el que las lágrimas de emoción se mezclaban con los gritos de entusiasmo.
Los vencedores del año pasado siempre confiaron en que el diseño de Beitia, en el que está representada la unión de los continentes en forma de pangea, acabaría llegando a su ubicación habitual. Sin embargo, el artista ha tenido que sudar para sacar adelante el proyecto después de que la dana le afectase de manera directa. «Muchos le daban por muerto, pero él ha trabajado al 300% para tener esta falla», indica el presidente de una comisión que ya descuenta los días que restan hasta la plantà, cuando un equipo de más de 40 voluntarios ayudaran a los operarios de Beitia para levantar un monumento que alcanzará los 17 metros de altura.
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Las primeras piezas de la obra, que ha tenido un coste total de 200.000 euros, evidencian la apuesta de L'Antiga por los acabados y la innovación, dos factores que le llevaron al éxito en 2024. Aunque todavía es pronto para saber la composición, los presidentes desvelan que el monumento reflejará en la parte delantera los continentes de Europa, Asia, América y Oceanía, mientras que la parte trasera que «incluye sorpresas» mostrará un reflejo del continente africano. Desde la falla prometen que será una obra para disfrutarla por dentro, ya que incluirá robótica e incluso agua.
Eso será posible a partir de la semana que viene. Hasta ese momento, los falleros de L'Antiga cumplen con su agenda fallera al tiempo que la adaptan para no perturbar el montaje de la falla. «Este domingo tenemos paellas y nos toca dejar un pasillo para que puedan seguir trayendo piezas», comentan al tiempo que miran al cielo: «Tenemos muchas ganas de vivir unas fallas con tranquilidad, que menudo año llevamos».
Repetir título es el sueño de los presidentes, aunque saben que no será tarea fácil. «Hay una competencia que puede ser muy bonita», indica Rafa Mengó. ¿Un deseo más allá de la victoria? Objetividad por parte del jurado: «Eso es lo que pedimos todas las comisiones, que si una falla es bonita sea valorada por su belleza y nada más».
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