Secciones
Servicios
Destacamos
Una fallera no puede contener las lágrimas al pie del monumento de su comisión, Reino de Valencia-Duque de Calabria. Los artistas ultimaban la plantà, sobre todo en las comisiones de la sección de Especial, que necesitan de varios días para su montaje. Las falleras ya lucían moños y tenían preparados los trajes. Esta foto fue portada de LAS PROVINCIAS el día 12 de marzo porque simbolizaba el sentir de toda la familia fallera.
La Feria de Muestras se convirtió en un desolado almacén de ninots que no iban a arder, y no por haber sido indultados. Allí, guardados hasta quién sabía cuándo en aquellos primeros días tras la suspensión de las Fallas y el inicio del confinamiento.
La presión que han ejercido los colectivos falleros permitió que Sanidad cediera a la apertura de los casales. El pasado mes de junio, las comisiones contrataron empresas de desinfección para cumplir con los protocolos y que la vuelta fuera más segura.
La empresa. Así se firmaba el aviso de suspensión de la Feria de Fallas. Con la decisión de cancelarla, la plaza y los toriles quedaban vacíos, esperando con incertidumbre la vuelta a los ruedos y los aplausos. Y aún aguardan las buenas faenas y a que los toreros salgan a hombros por la puerta grande.
Crespo disparó el 10 de marzo la que sería la última mascletà. Ya aquel día olía a pólvora, pero también a despedida. La pirotécnia Tomás de Càlig tenía fijado el 11 su día grande en la plaza del Ayuntamiento pero no pudo ser.
La fallera mayor de Valencia, Consuelo Llobell, no pudo contener las lágrimas durante la rueda de prensa que convocó el 12 de marzo, un día después de la suspensión. Intentaba consolarla el concejal de Cultura Festiva, Carlos Galiana.
La estructura donde se va dibujando el manto de la Virgen de los Desamparados recibió apenas un puñado de ramos para honrar a la patrona, que en 2020 se quedó sin su Ofrenda.
La pirotecnia enmudeció. Las mascletaes se suspendieron bruscamente mientras la pandemia avanzaba. La imagen de los operarios municipales colocando el letrero de 'suspesa' en los anuncios de los disparos ocupa ya un triste lugar en los anales de las Fallas.
La Cabalgata del Ninot fue uno de los últimos actos falleros que pudieron celebrarse. Con mucha menos gente en las calles, ya se vislumbraba un futuro oscuro para las fiestas josefinas.
Las floristas fueron uno de los colectivos que más sufrieron la suspensión de las Fallas a seis días de la Ofrenda. Nadie pasó a recoger los claveles que debían vestir el manto de la Virgen, un producto perecedero que acabó en los contenedores de basura.
Los ninots de la comisión Micer Mascó desfilaban por las calles con un destino insólito: la Feria de Muestras. Un testigo del traslado inmortalizaba el momento con su teléfono. Estos días volverán a ver la luz después de más de un año de oscuridad.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.