Mantener conectadas a diferentes generaciones en pro del cuidado de la salud mental

El bienestar emocional ha ido ganando relevancia en todas las etapas de la vida, convirtiéndose en un aspecto fundamental al que prestar atención. Por ello, tanto en las residencias para personas mayores como en los centros especializados en salud mental para jóvenes, se le da una gran importancia al cuidado emocional de las personas.

Cuando hablamos de bienestar emocional, es muy importante hacer referencia a las relaciones intergeneracionales ya que tienen un sin fin de beneficios para las personas que forman parte de ellas. Las generaciones más jóvenes pueden nutrirse de la sabiduría y experiencias de las personas mayores; así como las personas mayores pueden entender de la mano de los más jóvenes cómo la sociedad ha ido cambiando y sentirse acompañadas.

Una de las líneas de acción del Plan de Salud Emocional de Seniors Residencias junto a Ita Salud Mental consiste en acercar a diferentes generaciones para enriquecerse las unas de las otras, favoreciendo el desarrollo integral de las personas, fomentando el intercambio y la solidaridad.

Ejemplo de ello es el voluntariado intergeneracional que se desarrolla entre la residencia Seniors San Juan y el centro especializado en salud mental de Ita La Cañada, ambos situados en Valencia.

«En Seniors San Juan nos sentimos muy afortunados de poder participar en este proyecto y tener a personas voluntarias, aportando lo mejor de ellas mismas y con ganas de aprender de las personas que tienen a su alrededor y escuchar», explica Amparo Tello, Técnica en actividades socioculturales de Seniors San Juan.

La filosofía de cuidado de Seniors Residencia se basa en el Positive Care, un enfoque ético y personalizado del cuidado que va más allá del cuidado técnico y que tiene en cuenta las necesidades psicológicas, sociales y espirituales de la persona.

Fomentar las relaciones intergeneracionales es una gran herramienta para acabar con el sentimiento de soledad y con el estado anímico depresivo. Tanto los y las jóvenes como las personas mayores se benefician de estos encuentros intergeneracionales. Por un lado, las personas mayores pueden compartir su sabiduría y valores a los más jóvenes; mientras que estos transmiten su visión del mundo y les ayudan a entender los cambios que hay en la sociedad.

«Personalmente me gusta que vengan y compartan con nosotros las actividades que hacemos en San Juan, me tratan y se portan fenomenal conmigo», comenta Isidre, residente de Seniors San Juan.

Es un espacio donde poder relatar historias de vida, donde se generan vínculos, donde aparece el cuidado mutuo. Gracias a estos encuentros se trabaja la autoestima: las personas mayores tienen más vitalidad, aumenta su curiosidad gracias a las historias que les cuentan las jóvenes, sienten que aún pueden aportar su granito de arena en la sociedad. «Las personas mayores experimentan, en el plano emocional, un aumento de su vitalidad, del autoestima y sensación de utilidad social. También se reduce el sentimiento de soledad que a veces puedan llegar a tener y en el plano cognitivo, su memoria aumenta y se potencia las habilidades sociales. Por otra parte, las voluntarias y los voluntarios se valen de su realidad y regresan a su centro con otra visión más positiva y esperanzadora de la vida» añade Amparo.

Para los y las jóvenes del centro especializado en salud mental del adolescente de Ita La Cañada este voluntariado se ha vuelto una de las actividades más enriquecedoras del centro. «Les he cogido muchísimo cariño a todos. Y todos ellos me han aportado y enseñado cosas nuevas y gracias a ellos me han cambiado en algunos aspectos la forma de ver la vida», explica Alejandra, paciente de Ita La Cañada.

Para los jóvenes, este intercambio no solo les brinda un sentido de propósito y pertenencia, sino que también les ayuda a desarrollar habilidades sociales, fortalecer su autoestima y reducir el aislamiento; además de aprender de las experiencias de vida de otras personas, encontrar apoyo emocional y adoptar una visión más serena de la vida, lo que contribuye a disminuir el estrés y la ansiedad que puedan llegar a sentir. Como comenta Alejandra: «Me han recordado que la vida es muy corta y que no me tengo que enfadar por tonterías, que no debo tener miedo a equivocarme porque si no, nunca sabré si lo iba a hacer bien y cómo ellos me dice 'disfruta, que luego echarás de menos esos años'».

En Ita La Cañada, comprenden la importancia de abordar los trastornos y problemas de salud mental de manera integral, considerando todos los aspectos emocionales, cognitivos y sociales de los y las pacientes.

Cuando los y las jóvenes cuentan con un adecuado bienestar emocional, tienen más herramientas para tomar decisiones responsables, adaptarse a los cambios y prevenir problemas como la ansiedad, la depresión o el aislamiento social. Trabajar en su bienestar no solo mejora su calidad de vida en el presente, sino que también sienta las bases para una adultez más estable y satisfactoria.

Gracias a estas actividades intergeneracionales podemos fomentar el compromiso y la responsabilidad, creando un espacio de acompañamiento mutuo donde la conexión y el bienestar emocional se ven fortalecidos, ayudando y cuidado, desde otra perspectiva, a las personas.

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