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El ambiente que acostumbra haber en las calles del centro de la ciudad empieza a multiplicarse. Ruzafa inicia su transformación para convertirse en un barrio ... que vive por y para las fallas. Por las mañanas, aficionados de las fallas acuden para seguir la llegada de las piezas de los monumentos; por las tardes, las luces son el gran reclamo; y por las noches, los puestos de comida y las discomóviles atraen a miles de personas.
El bullicio empieza a ser visible en la calle Alicante, que tras su apertura ve pasar minuto a minuto a una multitud. La exposición de carteles de fallas reúne las miradas de los visitantes que han adelantado una semana su llegada a Valencia para evitar las masificaciones. «Mira ese del 99», comenta un turista andaluz al pasar por las inmediaciones de la plaza de toros.
En el corazón de Ruzafa, si ya de por sí es complicado aparcar un martes cualquiera la idea de hacerlo este domingo cuando las carpas ocupan cada cruce de calles disponible es lo más parecido a una utopía. Sin embargo, a eso de las 11:30 las calles todavía parecen estar sufriendo las consecuencias de la noche anterior. Algunos turistas, algunas familias y poco más. Eso sí, los grupos de falleros no dejan pasar la oportunidad de almorzar al sol. Un nutrido grupo de la falla Sueca-Literato Azorín disfruta del domingo fallero con cervezas y bocatas, mientras las primeras piezas de su monumento comienzan a llegar.
José Pedro Ros, presidente de la falla, confía en que el esfuerzo de Pedro Santaeulalia, afectado por la dana tenga recompensa. «Se han apretado las tuercas muchísimo para llegar, incluso han llegado con más margen que otros años», explica. También confía en que el buen tiempo respete y a partir del martes o miércoles se puede utilizar la grúa para empezar a subir piezas.
A pocos metros de allí en la falla, en la falla Cuba-Literato Azorín una veintena de piezas permite imaginar cómo será el monumento final, que como asegura el presidente de la comisión, «dará que hablar». El diseñador Carlos Corredera comentó que la falla «se podrá penetrar», al tener una alta connotación sexual. Será un incentivo más para los visitantes que nunca dejan de pasar por las calles de Ruzafa.
Sin embargo, la actividad del barrio es mucho mayor cuando cae el sol que una vez amanece. El esqueleto luminoso de las calles del barrio luce más bien poco en un día soleado (por fin) como este domingo. Pese a ello los food trucks de la calle Sueca, aún estando muchos de ellos a medio montar, reciben a los primeros clientes. Es un síntoma de que el barrio ha puesto la directa hacia su versión fallera. La acción ha comenzado.
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